El rol del storytelling en la conservación del patrimonio cultural: el caso de Santa Lucía, Guayas

The role of storytelling in the conservation of cultural heritage: The case of Santa Lucía, Guayas

https://doi.org/10.24265/turpatrim.2025.n24.07

 

Jorge Rodrigo Ruíz Murillo (corresponsal)

ORCID: https://orcid.org/0009-0000-5850-0479

E-mail: jorge.ruizm@ug.edu.ec

 

Fernando Chiriboga Cisneros

ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5764-8065

E-mail: edison.chiribogac@ug.edu.ec

 

Rafael Ortiz Zambrano

ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3677-4991

E-mail: rafael.ortizzam@ug.edu.ec

 

Franklin Marcelo Mora

ORCID: https://orcid.org/0000-0002-1618-898X

E-mail: franklin.moram@ug.edu.ec

 

* Universidad de Guayaquil, Guayas, Ecuador

 

Resumen

El documento aborda el papel del storytelling en la conservación del patrimonio cultural, centrándose en el caso de Santa Lucía, Guayas. En un contexto donde las tradiciones culturales enfrentan desafíos como la migración, la falta de interés en las nuevas generaciones y la globalización. El objetivo principal del estudio fue analizar al storytelling como una herramienta de conservación del patrimonio cultural en el cantón Santa Lucía. La metodología empleada incluyó un enfoque cualitativo a partir de entrevistas a miembros de la comunidad, en particular, a adultos mayores, expertos en patrimonio cultural y marketing y el método de la observación directa en relación con las prácticas culturales locales. Entre los resultados principales, se puede desatacar que el storytelling es una herramienta poderosa para conectar generaciones, transmitir valores y promover la participación comunitaria. El storytelling fortalece el sentido de pertenencia y actúa como un vehículo para la educación patrimonial, sensibilizando a jóvenes y adultos. Como conclusión, el estudio subraya que el storytelling no solo conserva el patrimonio cultural, sino que también lo revitaliza. Además, la tecnología digital amplifica su alcance, mientras que la participación comunitaria asegura que las tradiciones se mantengan vivas y relevantes frente a los desafíos contemporáneos.

Palabras clave: Storytelling, patrimonio cultural, transmisión oral, participación comunitaria, conservación

Abstract

This paper examines the role of storytelling in preserving cultural heritage, with a focus on the case of Santa Lucía, Guayas. In a context where cultural traditions face challenges such as migration, a lack of interest among younger generations, and globalisation, the primary objective of the study was to analyse storytelling as a tool for safeguarding cultural heritage in the canton of Santa Lucía. The research employs a qualitative approach, including interviews with community members, particularly elders, as well as experts in cultural heritage and marketing, complemented by direct observation of local cultural practices. The main findings highlight storytelling as a powerful means of connecting generations, transmitting values, and fostering community engagement. Storytelling enhances the sense of belonging and serves as a vehicle for heritage education, raising awareness among both youth and adults. The study concludes that storytelling not only preserves cultural heritage but also revitalises it. Moreover, digital technology amplifies its reach, while community participation ensures that traditions remain alive and relevant in the face of contemporary challenges.

Keywords: Cultural heritage, storytelling, oral transmission, community participation, conservation

Introducción

El patrimonio cultural es un factor estratégico clave que contribuye al desarrollo socioeconómico y cultural de las sociedades (Prados-Peña et al., 2023). La Convención de Faro destaca al patrimonio por su naturaleza dinámica no solo por ser considerado como una fuente o recurso, sino por ser un resultado de interacción continua entre personas y territorios, con el fin de ofrecer beneficios culturales, sociales y económicos (Sardaro et al., 2021). Por otra parte, el patrimonio se enfoca en la parte cultural y en lo natural (Cerquetti et al., 2022); el primero abarca lo material (tangible) e inmaterial (intangible) (Prados-Peña et al., 2023), el segundo, el paisaje cultural (Skublewska-Paszkowska et al., 2022). En conjunto, tanto el patrimonio cultural como el natural proporcionan a las sociedades recursos heredados del pasado o creados en el presente para beneficio de las generaciones futuras.

El patrimonio cultural tangible incluye artefactos y edificios, tales como: vestimenta, herramientas, maquinaria, documentos y archivos (Hauser et al., 2022); así como monumentos y hallazgos arqueológicos. Por su parte, el patrimonio cultural inmaterial se enfoca en las tradiciones y expresiones orales; prácticas sociales, rituales y eventos festivos; conocimientos y prácticas relacionados con la naturaleza y el universo y saberes vinculados con la artesanía tradicional (Skublewska-Paszkowska et al., 2022). Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el patrimonio cultural incluye elementos tangibles (monumentos y hallazgos arqueológicos), y elementos intangibles (tradiciones orales, las artes escénicas, las prácticas sociales y la artesanía tradicional) (Shakya & Vagnarelli, 2024).

El patrimonio cultural tangible desempeña un rol fundamental en la comprensión de los contextos históricos y, suele estar protegido por una serie de normativas específicas de conservación. Mientras que el paisaje cultural refleja la interacción entre los grupos sociales y sus espacios que contribuyen a la construcción de identidades colectivas y significados compartidos (Skublewska-Paszkowska et al., 2022). Las sociedades, además, cuentan con recursos inmateriales que se heredan de contextos históricos o se generan en entornos contemporáneos, con el objetivo de facilitar el bienestar de las generaciones venideras. El conocimiento, por ejemplo, simboliza las capacidades innovadoras y las manifestaciones culturales de varias comunidades, así como las prácticas ecológicas tradicionales que con frecuencia se transmiten de generación en generación y son fundamentales para la administración ambiental y la vida sostenible. En resumen, estos elementos sirven como manifestaciones esenciales para la preservación de la identidad cultural y, al mismo tiempo, reflejan los valores culturales y las normas sociales, contribuyendo así de manera significativa al tejido social de las comunidades.

En el contexto rural, el patrimonio cultural representa una oportunidad para el desarrollo económico, especialmente mediante el turismo. Ello genera empleo y promueve la valorización del legado local (Mu & Aimar, 2022). Asimismo, la arquitectura tradicional y los hitos culturales se pueden aprovechar para iniciativas de ecoturismo y conservación, lo que contribuye a preservar la identidad cultural y las tradiciones inherentes de las comunidades locales (Gökarslan & Tuncer, 2025). Además, el patrimonio cultiva un sentido de pertenencia y continuidad, esencial para la resiliencia y la dedicación de la comunidad, ya que actúa como guardián de la historia y de las tradiciones, al tiempo brinda oportunidades educativas para los residentes y los turistas (Mu & Aimar, 2022). Inclusive, facilita el diálogo intercultural y fomenta el entendimiento mutuo entre las diversas comunidades, cumpliendo una función educativa, al encarnar la historia y las tradiciones. Finalmente, siguiendo con Mu y Aimar ayuda a promover el diálogo intercultural y el entendimiento mutuo entre las diversas comunidades.

Sin embargo, el patrimonio cultural enfrenta desafíos. Entre ellos se encuentran la degradación física y la pérdida del capital social (Gökarslan & Tuncer, 2025). Además, los efectos de la globalización, que tiende a homogeneizar y estandarizar las culturas, debilitando la diversidad del patrimonio cultural al promover una cultura global más uniforme (Folorunso, 2021). La mercantilización cultural distorsiona el valor del patrimonio material y su lugar en las culturas locales, ya que los sitios patrimoniales se consideran cada vez más una fuente de ingresos y no un significado cultural, según Folonruso. La homogeneización de las culturas locales ha contribuido a la pérdida de identidades marginadas, lo que conlleva a socavar la identidad cultural y a los marcadores espirituales de pueblos y sociedades enteros (Anufrieva et al., 2020). Además, la colonización cultural implica que medios de comunicación globales y la cultura de masas reemplacen el patrimonio cultural nacional, afectando las expresiones culturales nacionales y disminuyendo su importancia (Folorunso, 2021).

Frente a estos desafíos, la conservación del patrimonio cultural surge como una solución, dado que es necesario encontrar un equilibrio entre el desarrollo económico y la protección de las tradiciones locales. Para ello, se requiere la colaboración entre varios actores: propietarios de los bienes patrimoniales, las comunidades locales y operadores turísticos. Este enfoque participativo garantiza la sostenibilidad a largo plazo de los sitios patrimoniales (Sardaro et al., 2021). De igual manera, destaca la cooperación internacional y los enfoques no económicos, lo que implica el compromiso de proteger el patrimonio cultural sin explotarlo para obtener beneficios materiales (Anufrieva et al., 2020). En este contexto, la literatura reciente ha señalado al storytelling como una herramienta de preservación del patrimonio, debido a que los individuos se comprometen de manera emocional y cultural (Djabarouti, 2021). En conjunto, el storytelling y la tecnología (inteligencia artificial) son elementos promocionales de la cultura autentica de cada comunidad (Fernández-Llamazares & Cabeza, 2018).

La literatura analiza el storytelling desde diversos enfoques, sin embargo, esta investigación se centra en su dimensión comunicacional. La Escuela Europea de Versailles (2021) define la narración como el acto de contar secuencialmente eventos reales o imaginarios, organizados con una estructura clara: inicio, desarrollo y desenlace. No obstante, el storytelling va más allá de una simple narración estructurada. En este sentido, Snijders (2017) explica que el storytelling implica la transmisión efectiva de un mensaje a través de una historia, mientras que el Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital (2023) subraya que este proceso implica la manera particular en que una persona comunica los hechos. De acuerdo con la Universidad Autónoma del Perú, (s. f.), la efectividad del storytelling radica en su capacidad para atraer al público mediante el uso de emociones, tono y personalidad, elementos que permiten que la historia cobre vida.

El storytelling se enfoca en el cómo se comunica el contenido, es decir, en la técnica que convierte un evento en una experiencia significativa y memorable para la audiencia. En esa línea, Walther (2023) sostiene que el storytelling permite al comunicador generar respuestas favorables mediante el uso de recursos expresivos como la modulación de la voz, el ritmo, las pausas y apoyos visuales —como imágenes o símbolos— que enriquecen la transmisión del mensaje. A modo de ejemplo ilustrativo, puede decirse que lo que se encuentra escrito en un libro constituye la narración, mientras que la manera en que se lee o presenta dicho contenido corresponde al storytelling, lo cual permite distinguir ambos conceptos.

Por otra parte, el storytelling ha sido adaptado al ámbito del patrimonio cultural, particularmente como una estrategia para su conservación. En este contexto, Ingov (2024) afirma que el storytelling oral constituye una forma dinámica de comunicación mediante la cual las historias se transmiten a través de palabras, canciones, cantos y poesía. Así, en muchas culturas, las tradiciones orales del storytelling continúan desempeñando un papel crucial en la preservación de la historia, los valores y la identidad de las comunidades.

El uso del storytelling como herramienta para la conservación del patrimonio cultural ha cobrado relevancia en los últimos años. Su aplicación ha permitido enriquecer las experiencias turísticas y promover la identidad cultural en comunidades como la Pila, Ecuador, donde se subraya la importancia de preservar el patrimonio cultural intangible (Mera-Cárdenas et al., 2024). En contextos institucionales, el storytelling también ha sido empleado en el posicionamiento de marca y la gestión de activos intangibles dentro de instituciones públicas mexicanas, principalmente, aquellas enfocadas en la conservación del patrimonio cultural (Barrios, 2022).

En el ámbito educativo y cultural, la animación digital combinada con storytelling ha sido utilizada para recrear eventos históricos y fortalecer la identidad cultural, como en el caso de Popayán, Colombia, donde esta estrategia ha servido como herramienta didáctica para la divulgación histórica (Muñoz et al., 2021). Aunque algunos enfoques no abordan directamente el storytelling, como es el caso de los estudios sobre herramientas de evaluación de riesgos para la conservación del patrimonio cultural inmueble, estos resaltan la importancia de adoptar estrategias contextualizadas en los procesos de prevención y mitigación de desastres (Díaz, 2016).

Este documento es el resultado de los avances del proyecto de investigación que se desarrolla actualmente por un grupo de docentes de la carrera de turismo de la Universidad de Guayaquil en el cantón Santa Lucía. Este cantón, caracterizado por su tradición agrícola, responde a su riqueza patrimonial debido a que cuenta con ciertas manifestaciones patrimoniales tangibles e intangibles. Sin embargo, enfrenta actualmente fenómenos, tales como: la destrucción tanto de tolitas como de vestigios arqueológicos encontrados, el desaprovechamiento del turismo como nueva actividad económica, la pérdida de prácticas culturales, la migración juvenil, entre otros. Esta investigación se ha justificado no solo por la especificidad del contexto local, sino por el potencial de aportar estrategias de conservación patrimonial en otras poblaciones rurales del Ecuador.     

El objetivo de la investigación fue analizar el storytelling como herramienta de conservación del patrimonio cultural, en el cantón Santa Lucía en la provincia del Guayas-Ecuador. Para cumplir con este objetivo, primero, se efectuó una revisión literaria de las acciones de protección y conservación del patrimonio cultural y del rol del storytelling en la transmisión y conservación; segundo, se usó el diseño metodológico narrativo para comprender el fenómeno de estudio y, por último, se examinaron las entrevistas usando el software Atltas.ti.v.9.

Acciones de conservación y protección del patrimonio cultural

La convención de la UNESCO sobre la protección del patrimonio mundial cultural y natural enfatiza que la importancia de salvaguardar el patrimonio cultural en contextos rurales (Cerquetti et al., 2022). En este sentido, la Carta de Venecia y la Carta de Arquitectura subrayan la necesidad de equilibrar los elementos culturales, sociales y ambientales, mediante la implementación de estrategias de conservación (Mu & Aimar, 2022).

La literatura analiza la preservación del patrimonio cultural desde múltiples perspectivas. Desde el enfoque político, Yang et al. (2025) resaltan los esfuerzos entre los especialistas en conservación, operadores turísticos, las entidades gubernamentales y la colaboración entre las comunidades locales, fomentando así una metodología más holística y sostenible para salvaguardar el patrimonio cultural de una región. Esta colaboración no solo cultiva un sentido de respeto y aprecio por las costumbres locales, sino que también permite a las comunidades participar activamente en la gestión de sus bienes culturales. No obstante, es imperativo establecer normativas que respalden estos esfuerzos de colaboración y que requieren la implementación de estrategias que incluyan: iniciativas educativas, incentivos financieros y el establecimiento de redes de cooperación que mejoren el intercambio de conocimientos y recursos entre las diversas partes interesadas involucradas.

Desde la perspectiva turística, Prados-Peña et al. (2023) argumentan que la integración de estas prácticas de conservación tiene el potencial de atraer a visitantes interesados en experiencias auténticas, salvaguardando simultáneamente la preservación de los sitios patrimoniales culturales y naturales. El turismo cultural se consolida como una estrategia de conservación eficaz para la conservación y reconoce su potencial capacidad para acumular recursos económicos, financieros y sociales.

Desde el enfoque tecnológico, Prados-Peña et al. (2023) señalan la importancia de implementar marcos de garantía de calidad mediante herramientas digitales que optimicen la gestión de los recursos patrimoniales y fomenten la participación ciudadana en los esfuerzos de preservación. Además, la fusión con tecnología digital permite a los visitantes interactuar de manera más profunda con el patrimonio cultural, generando así encuentros inmersivos que profundizan su comprensión y valoración de la historia y las costumbres regionales. Por otra parte, Feliziani et al. (2024) advierten que en los sitios patrimoniales que son susceptibles a peligros geológicos, es imperativo desarrollar metodologías de modelado geológico, con el objetivo de mejorar la resiliencia estructural y salvaguardar su conservación duradera, y que también mitigan los efectos negativos sobre el entorno cultural.

Participación comunitaria, valoración del patrimonio y educación patrimonial

La participación comunitaria es un elemento esencial para fomentar una comunidad solidaria y empoderada, en la que cada individuo se sienta valorado y motivado a contribuir al bienestar colectivo, especialmente en el ámbito de la conservación del patrimonio. En este sentido, Sardaro et al. (2021) destacan que las personas adultas mayores contribuyen con su experiencia y conocimientos, ofreciendo perspectivas valiosas sobre la historia y tradiciones locales que deben preservarse para las generaciones futuras.

Owley (2015) enfatiza que la teoría de la conservación no solo se enfoca en la protección del patrimonio cultural, sino también en su interpretación y transmisión a través de la participación de todos los miembros de la comunidad. Asimismo, subraya la importancia de la educación pública como herramienta para fomentar dicha participación. Desde una perspectiva complementaria, el mismo autor señala que la teoría del intercambio social ofrece un marco útil para que las comunidades se conviertan en anfitrionas activas. Esto implica una relación recíproca, no solo con los visitantes, sino también con comunidades vecinas, facilitando beneficios económicos y culturales a través del comercio y el turismo sostenible.

Desde el enfoque turístico, Pai et al. (2025) coinciden en que la comunidad debe comprometerse con un sentido de pertinencia y de salvaguarda del patrimonio cultural, con el fin de mantener las costumbres y tradiciones e identidades que son fundamentales para la cohesión social y el desarrollo sostenible. Este enfoque no solo fomenta un sentido de orgullo entre los miembros de la comunidad, sino que atrae a visitantes interesados en experiencias auténticas que respeten y valoren su patrimonio cultural.

Por su parte, Del Espino & Rodríguez (2023) explican que las comunidades han pasado de cumplir un rol pasivo a asumir un papel activo en la gestión del patrimonio cultural, convirtiéndose en generadoras de conocimiento. En ese proceso, se vuelve indispensable que los ciudadanos estén involucrados en la toma de decisiones sobre el uso y manejo de los recursos culturales. Mientras que, el uso de metodologías participativas1 y herramientas tecnológicas convierten a la comunidad en editoras de información como el mapeo2 o plataformas digitales. Este enfoque no solo empodera a las comunidades, sino que también refuerza un sentido de pertenencia, la responsabilidad social hacia la conservación de sus tradiciones y recursos naturales, y la valorización de sus bienes culturales especialmente en zonas rurales y vulnerables.

Con lo que respecta a la identificación y valoración del patrimonio es necesario que la comunidad se involucre, al respecto Shakya & Vagnarelli (2024) sostienen que ellos (comunidad) necesitan reconocer y caracterizar sus recursos culturales (materiales e inmateriales), en concordancia con lo planteado por la convención de la UNESCO. Mientras que, Del Espino & Rodríguez (2023) argumentan que una gestión patrimonial sostenible requiere de procesos para la toma de decisiones eficientes liderados por organismos públicos. Sobre ello, Prados-Peña et al. (2023) complementan esta visión al afirmar que la valoración del patrimonio debe considerar su importancia económica, social y cultural, pues influye directamente en la identidad comunitaria, la calidad de vida y el atractivo turístico del territorio. En esa línea, Folorunso (2021) sostiene que el desarrollo sostenible en sus dimensiones económica, social y cultural, y el patrimonio deben mantener una relación estrecha con la conservación del patrimonio cultural ya que esta interrelación fortalece la cohesión social, inclusión y la equidad, promoviendo una mayor satisfacción con la vida en comunidad.

La educación patrimonial es un pilar esencial para fomentar la conciencia y el aprecio por el patrimonio cultural, garantizando que las generaciones futuras comprendan su importancia y valor. En este caso, Folorunso (2021) menciona que la integración de iniciativas educativas puede empoderar a las comunidades para que participen activamente en la preservación del patrimonio, garantizando la continuidad de las expresiones culturales a lo largo del tiempo. Además, las comunidades y las organizaciones públicas necesitan comprender los conocimientos básicos sobre la importancia, protección y preservación del patrimonio cultural, con el fin de salvaguardarlos. En definitiva, la participación de los actores locales fomenta un sentido de propiedad y responsabilidad, que en última instancia mejora la eficacia de las iniciativas de conservación del patrimonio.

Para maximizar su impacto, es crucial establecer alianzas estratégicas entre instituciones educativas, gobiernos y organizaciones no gubernamentales. Estas alianzas precisan incentivar el intercambio de conocimientos y recursos, y dar lugar a programas educativos que promuevan la conciencia cultural y el respeto al patrimonio. Según, Folorunso, (2021) los programas locales de educación y salvaguardia, deben incorporar ciertos elementos, tales como: el compromiso de la comunidad para salvaguardar, el respeto por las percepciones locales, el desarrollo de capacidades que permitan a las comunidades convertirse en agentes activos, la identificación de bienes culturales, la promoción de la participación intergeneracional en la transmisión de conocimientos y tradiciones, así como el establecimiento de mecanismos de evaluación para medir el éxito y la sustentabilidad de dichas iniciativas a lo largo del tiempo.

Finalmente, Mire (2011) afirma que la educación patrimonial contribuye a los objetivos del desarrollo sostenible al promover la armonía con los entornos culturales y las necesidades comunitarias. Además, destaca el papel en la mejora de la calidad de vida y el fomento de relaciones armoniosas entre las personas y el entorno natural. La integración de estos elementos no solo suscita el respeto a la diversidad cultural, sino que también impulsa el desarrollo local y la resiliencia comunitaria frente a los desafíos contemporáneos.

El rol del storytelling como herramienta en la conservación patrimonial

Según, De Groot & Zwaal (2007) el storytelling consiste en la creación de una narrativa, que incluye una serie de evento, destinada a transmitir un mensaje significativo a una audiencia. Esta capacidad para contar historias permite a las comunidades compartir su historia y tradiciones, fortaleciendo su identidad cultural, y al mismo tiempo despertando el interés de los visitantes. En este sentido, Djabarouti (2021) subraya que estas historias son reflejos de las perspectivas tanto personales como culturales de quienes las relatan, generando un proceso afectivo.

El uso del storytelling como medio de comunicación, entrelaza las experiencias vividas con los valores culturales, permitiendo que la audiencia no solo comprenda el contexto histórico, sino también conectar emocionalmente con él. Las historias construidas de esta perspectiva inspiran un sentido de pertenencia y comunidad, fomentan la empatía entre las personas y promueven el respeto hacia la diversidad cultural. De Groot & Zwaal (2007) explican que las ideas, creencias y experiencias personales dan forma a la identidad de cada narrador, creando un espacio donde las diferencias son valoradas y celebradas.

El impacto del storytelling va más allá de la simple transmisión de información, ya que actúa como un puente entre diferentes culturas y generaciones, promoviendo un diálogo enriquecedor que reconoce y celebra tanto las diferencias como las similitudes humanas. De acuerdo con De Groot & Zwaal (2007) este enfoque es fundamental para la evolución del patrimonio construido3, no solo para el recurso cultural material, sino para el inmaterial. Para estos autores, la narrativa también debe tener un componente lúdico y emocional: las historias deben ser entretenidas y generar tensión, emoción e implicación, para potenciar la capacidad de involucrar a la audiencia.

En referencia al patrimonio construido, Cerquetti et al. (2022) señalan que el objetivo de esta infraestructura es ser igual a la original, asegurando así su conservación como recurso cultural. Por su parte, Djabarouti (2021) argumenta que estos elementos patrimoniales están vinculados con la reactivación económica y revitalización cultural; En esta misma línea, Sardaro et al. (2021) reconocen que dichos recursos culturales forman parte integral del desarrollo sostenible, y reflejan una relación dinámica entre las personas y los espacios que habitan.

Finalmente, Trichopoulos et al. (2021) afirman que el storytelling transmite imágenes del yo y del colectivo, así como un conjunto de valores que permiten a las comunidades identificarse y reconectarse con su historia común. Esta conexión no solo fortalece el sentido de pertenencia, sino que también crea un ambiente propicio para la reflexión crítica sobre el pasado y sus repercusiones en el presente. En este sentido, el storytelling, se convierte en una poderosa herramienta para preservar la historia, fomentar el diálogo intergeneracional y promover una comprensión más profunda de las múltiples experiencias que conforman la identidad cultural de una comunidad.

Storytelling, tecnologías emergentes y transmisión oral en la conservación del patrimonio

Según Rodríguez et al. (2022) el compromiso activo de la comunidad es fundamental en la creación y comunicación del storytelling, con el fin de crear una conexión profunda con el patrimonio cultural, fomentando tanto su preservación como su interpretación de los bienes patrimoniales. El storytelling actúa como un medio multimodal que facilita la expresión de diversas experiencias y perspectivas, enriqueciendo el entendimiento colectivo sobre la historia y las tradiciones compartidas.

Asimismo, los autores destacan que el storytelling se potencia mediante plataformas digitales y medios audiovisuales, integrando música, relatos orales, imágenes y voz. De esta manera, se generan representaciones semánticas a través de entornos digitales, que permiten construir historias comprensivas y accesibles que conectan a las audiencias con su patrimonio cultural de forma más profunda y significativa (Mathioudakis et al., 2022).

En función de lo planteado, Gonçalves et al. (2022) señalan que las tecnologías digitales en 3D, se enfocan en representar el patrimonio cultural intangible; mientras que Skublewska-Paszkowska et al. (2022) afirman que las realidades virtuales y aumentadas crean experiencias inmersivas. Estas aplicaciones hacen posible que el cliente se comprometa con el patrimonio cultural desde una manera interactiva y personalizada; Prados-Peña et al. (2023) mencionan que estas plataformas digitales fomentan la creación de storytelling, orientado a comunicar la importancia del patrimonio cultural. Sin embargo, el uso de estas tecnologías como el machine learning aún es limitado. Cabe destacar, que esta incorporación podría representar una oportunidad significativa para la conservación y difusión del patrimonio cultural, ya que puede facilitar el análisis de grandes volúmenes de datos históricos y culturales y descubrir patrones y conexiones que profundicen nuestra comprensión del pasado.

En cuanto a la transmisión oral, Wenyan (2025) hace notar al storytelling como una forma que usan las personas para preservar y compartir conocimientos y experiencias, lo cual sirve como un documento histórico y un recurso vital, es decir, estos individuos proveen de historias vividas y la evolución de su identidad cultural, enfatizando la importancia de preservar. Este tipo de storytelling abarca expresiones como la música, formas de comunicación, frases populares, festividades, rituales, prácticas comerciales, agrícolas y medicinales, todas esenciales para mantener la identidad cultural y fortalecer el sentido de pertenencia entre generaciones. No obstante, estas expresiones han sido adaptadas con el tiempo, convirtiéndose en un componente esencial de la transmisión oral contemporánea.

Metodología

Esta investigación adoptó un enfoque cualitativo con el objetivo de comprender, desde las voces de los actores locales, el papel del storytelling como herramienta para la conservación del patrimonio cultural en el cantón Santa Lucía. Este tipo de enfoque ha permitido captar significados, interpretaciones y experiencias en torno al patrimonio cultural, considerando la subjetividad de los participantes como fuente válida y enriquecedora de conocimiento.

El diseño metodológico estuvo centrado en el uso de la entrevista narrativa, la cual permite involucrar activamente a las comunidades con su patrimonio cultural, recolectando relatos personales y vivencias expresadas con sus propias palabras. Esta técnica facilita la reconstrucción de memorias y la identificación de elementos culturales que no están documentados en fuentes escritas formales. Las narraciones obtenidas constituyen relatos de primera mano de quienes han vivido o presenciado acontecimientos significativos para la historia y la identidad cultural local.

Se empleó como técnica de recolección de datos la entrevista semiestructurada, adaptada a distintos grupos de actores:

El muestreo fue no probabilístico, de tipo intencional, centrado en informantes clave que poseen conocimientos relevantes sobre el objeto de estudio. La unidad de análisis muestral de esta investigación estuvo compuesta por 41 participantes distribuidos de la siguiente manera (véase la Tabla 1). Con el propósito de garantizar una organización sistemática de la información y facilitar su posterior análisis mediante el software Atlas.ti v.9, se estableció un sistema de codificación para cada grupo entrevistado. Esta herramienta facilita el procesamiento cualitativo mediante codificación y categorización temática.

Tabla 1

Distribución de entrevistas por colectivo y codificación

1

 

El análisis de la información en la investigación siguió un proceso riguroso que comenzó con la transcripción textual y limpieza de los datos obtenidos en las entrevistas. A continuación, se elaboró un libro de códigos inicial, estructurado a partir de categorías predefinidas derivadas del marco teórico, tales como: conservación y protección del patrimonio cultural, transmisión oral, participación comunitaria en la gestión del patrimonio, educación patrimonial e intergeneracionalidad e innovación y uso de tecnologías digitales en la conservación. Posteriormente, se aplicó una codificación abierta, lo que permitió la emergencia de nuevos códigos directamente desde los relatos, reflejando temas, patrones y relaciones no previstos, pero relevantes para el estudio. Estos códigos fueron luego agrupados en familias o categorías analíticas, atendiendo a su recurrencia y coherencia temática. Finalmente, se realizó una interpretación cualitativa de los hallazgos, contrastando los referentes teóricos con las voces de los actores sociales, y poniendo en valor las contribuciones del storytelling en la comprensión y conservación del patrimonio cultural del cantón de Santa Lucía.

Resultados

Para el análisis de las entrevistas realizadas a los distintos actores clave —expertos en patrimonio cultural, expertos en marketing narrativo, funcionarios del GAD Municipal de Santa Lucía y personas adultas mayores de la comunidad— se definieron una serie de dimensiones temáticas derivadas de la revisión de la literatura y del marco teórico de la investigación. Estas dimensiones posibilitaron organizar, categorizar e interpretar los relatos obtenidos desde una perspectiva integral, considerando aspectos como la conservación y protección del patrimonio cultural, transmisión oral, participación comunitaria en la gestión del patrimonio, educación patrimonial e intergeneracionalidad e innovación y uso de tecnologías digitales en la conservación.

Desde la perspectiva de los expertos en patrimonio cultural, la Figura 1, muestra los códigos que evidencian una preocupación por la falta de presupuesto, el deterioro de bienes patrimoniales y la existencia de estrategias de conservación insuficientes. También se señala la presencia de políticas públicas inadecuadas, lo cual indica que, para este grupo, la conservación está directamente relacionada con decisiones estructurales a nivel institucional y con la planificación estratégica.

Los funcionarios del GAD, por su parte, manifiestan una visión más operativa. Los códigos reflejan acciones concretas como alianzas institucionales, identificación y registro del patrimonio natural, así como la implementación de estrategias de conservación que, aunque limitadas por recursos, buscan fomentar la participación comunitaria. También abordan los desafíos en la conservación, entre ellos las consecuencias de la pandemia, la escasez de personal y los obstáculos para inventariar nuevos patrimonios según los requisitos del MINTUR.

Las personas adultas mayores (PAM) aportan una mirada vivencial y simbólica del patrimonio. Sus aportes destacan la importancia de conservar elementos como la arquitectura tradicional, las leyendas locales, la identidad montubia y la medicina ancestral, reconociendo que estas manifestaciones son esenciales para mantener la continuidad cultural y la memoria histórica.

Desde el enfoque de los expertos en marketing narrativo (EMN), se incorpora el código «Storytelling como herramienta para conservar la identidad cultural», lo que subraya cómo la narrativa puede actuar como mecanismo de conservación, particularmente en el ámbito inmaterial. Esta mirada es innovadora, al proponer el uso de técnicas comunicativas para mantener viva la cultura, apelando a la emoción y la memoria colectiva.

Figura 1

Dimensión: conservación y protección del patrimonio cultural

2

Nota. Elaboración a partir de la información de Atlas.ti.v.9. La figura permite comprender cómo cada colectivo aborda esta dimensión desde sus respectivos roles y experiencias

En la Figura 2 se aprecia una estructura que evidencia cómo esta dimensión actúa como eje articulador de la memoria, identidad, comunicación y turismo. Desde la perspectiva de los expertos en patrimonio cultural, los códigos como historias patrimoniales para nuevos productos turísticos, reconocimiento de los ancestros, e historias como atractivo turístico reflejan un enfoque en el uso estratégico del relato para el desarrollo de productos culturales y turísticos. Además, el código dramatización para transmitir patrimonio sugiere que la escenificación y el relato oral pueden enriquecer la experiencia patrimonial, en asociación con visitantes y la industria del turismo.

Los expertos en marketing narrativo (EMN) aportan un enfoque emocional y comunicacional, destacando códigos como storytelling como conector emocional, para conectar con audiencias y transmisión cultural intergeneracional. Estos subrayan la importancia del impacto afectivo y simbólico del relato, posicionando el storytelling no solo como técnica de preservación, sino como puente generacional y de empatía social. En el caso de los funcionarios del GAD, se destaca un interés por el rol institucional del relato como estrategia de memoria viva. Los códigos recuperación de memorias vivas como narrativa, narrativas orales para preservar historia y storytelling intergeneracional como estrategia de memoria muestran cómo el municipio promueve la participación de actores clave como instituciones educativas y adultos mayores para sostener la transmisión cultural. Las personas adultas mayores aportan una dimensión profundamente identitaria. Los códigos relato de la cantonización, narrativas heroicas y de resistencia y personajes históricos con impacto cultural conectan el storytelling con procesos de lucha, memoria política y construcción simbólica del territorio. Estos relatos fortalecen la pertenencia y resignifican eventos locales como hitos fundacionales.


 

Figura 2

Dimensión: transmisión oral y storytelling como medio de preservación

3

Nota. Elaboración a partir de la información de Atlas.ti.v9. La figura permite comprender cómo cada colectivo aborda esta dimensión desde sus respectivos roles y experiencias.

 Figura 3

Dimensión: participación comunitaria en la gestión del patrimonio

4  

 

Nota: elaboración propia, información tomada de ATLAS TI. v 9, la figura permite comprender cómo cada colect

Nota. Elaboración a partir de la información de Atlas.ti.v9. La figura permite comprender cómo cada colectivo aborda esta dimensión desde sus respectivos roles y experiencias

La Figura 3, según las personas adultas mayores, refleja un rol protagónico en la vivencia, transmisión y defensa del patrimonio. Los códigos más destacados incluyen iniciativas comunitarias: funciona como un nodo secundario fuertemente conectado con otros aspectos identitarios y funcionales del territorio, por ejemplo, la medicina ancestral, educación antes y después de la cantonización, expresiones materiales e inmateriales, religión, desarrollo local y actividades turísticas. Además, el sentido de pertenencia y papel de las mujeres en la cantonización complementan esta visión, destacando que la participación no es solo operativa, sino simbólica, histórica y emocional.

Los aportes desde los funcionarios del GAD resaltan una visión institucional de la participación comunitaria en la gestión del patrimonio, integrando políticas públicas, educación y desarrollo local. El código «participación institucional» muestra que el municipio reconoce y fomenta activamente la intervención ciudadana en procesos patrimoniales. la «degustación de platos típicos y actividades turísticas con participación comunitaria» evidencia un enfoque hacia el turismo cultural participativo, donde se revalorizan las expresiones locales y se promueve el empoderamiento comunitario. además, las «campañas educativas patrimoniales comunitarias» reflejan una estrategia que articula educación y patrimonio, orientada a sensibilizar y fortalecer la identidad local. En conjunto, estos códigos subrayan que la participación comunitaria no solo es un componente cultural, sino también un recurso estratégico de gestión pública y una vía para impulsar el desarrollo sostenible a nivel local.

Los aportes desde los expertos en patrimonio cultural reflejan una mirada formativa y reflexiva sobre la participación comunitaria, destacando estrategias más académicas e institucionalizadas para fortalecer el vínculo entre la comunidad y su patrimonio. códigos como «inclusión comunitaria en proyectos patrimoniales» y «conferencias y conversatorios» evidencian iniciativas orientadas al diálogo, la capacitación y la apropiación consciente del patrimonio desde la base social. Estas acciones promueven la participación y también aportan validez técnica y sostenibilidad institucional a las iniciativas locales, impulsando procesos formales y estructurados de involucramiento comunitario.

La Figura 4, según los expertos en patrimonio cultural, coincidieron en la relevancia de incorporar la educación patrimonial en el ámbito escolar como una herramienta fundamental para fomentar la valoración del patrimonio desde edades tempranas. Señalaron que la escuela constituye un espacio estratégico para el desarrollo de procesos educativos estructurados, en los que se pueden integrar contenidos históricos, culturales y simbólicos del entorno local. Asimismo, destacaron la necesidad de establecer alianzas sostenibles con las instituciones educativas, ya que estas permiten articular de manera eficaz el saber especializado con las dinámicas pedagógicas formales, promoviendo así una ciudadanía culturalmente consciente y comprometida con la preservación del patrimonio.

Funcionarios del GAD: los funcionarios municipales consultados señalaron que el rol del GAD es clave en la promoción de procesos educativos patrimoniales a nivel comunitario. Enfatizaron que, a través de campañas y programas impulsados desde lo local, se pueden generar espacios participativos orientados a la sensibilización, apropiación y revalorización del patrimonio cultural. Estas acciones, generalmente de carácter informal, permiten involucrar activamente a la población en actividades que fortalecen el sentido de pertenencia y consolidan una relación más directa entre la comunidad y su herencia cultural.

Personas adultas mayores: las personas adultas mayores entrevistadas manifestaron su papel como transmisoras del conocimiento histórico y cultural del territorio, principalmente mediante la oralidad. A través de relatos sobre la vida comunitaria, las tradiciones y acontecimientos significativos como el proceso de cantonización, contribuyen activamente a la preservación del patrimonio inmaterial. Además, expresaron que su participación en iniciativas educativas intergeneracionales les permite no solo compartir saberes, sino también fortalecer los vínculos entre generaciones, promoviendo el respeto y la continuidad cultural dentro de la comunidad.

Figura 4

Dimensión: educación patrimonial e intergeneracionalidad

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Nota. Elaboración a partir de la información de Atlas.ti.v9. La figura permite comprender cómo cada colectivo aborda esta dimensión desde sus respectivos roles y experiencias.


Con base en el análisis de la Figura 5 que representa la dimensión innovación y uso de tecnologías digitales en la conservación, se evidencia una convergencia significativa de perspectivas entre actores clave vinculados a la gestión y transmisión del patrimonio cultural. Las personas adultas mayores desempeñan un rol fundamental al aportar relatos históricos, leyendas locales, personajes simbólicos y memorias colectivas que conforman el acervo cultural intangible. Sus narrativas incluyen elementos de resistencia, representaciones metafóricas del cantón y preocupaciones sobre la pérdida de prácticas tradicionales frente a la modernización. La tecnología se presenta, entonces, como una herramienta para resignificar estos saberes y conservarlos a través de formatos accesibles e innovadores.

Los funcionarios municipales (GAD) reconocen el potencial de las herramientas digitales para la conservación patrimonial y la difusión cultural, particularmente mediante estrategias como el storytelling intergeneracional, que permite vincular generaciones a través de relatos que refuerzan la identidad comunitaria. Además, valoran la recuperación de memorias vivas como una narrativa legitimadora del patrimonio local, en asociación directa con el testimonio de personas adultas mayores.

Por su parte, los expertos en marketing narrativo destacan el papel de las tecnologías en la construcción de narrativas innovadoras, memorables y emocionalmente efectivas, subrayando la importancia de sensibilizar a las audiencias contemporáneas. Consideran que el uso de recursos digitales no solo potencia la visibilidad del patrimonio, sino que permite conectar emocionalmente con las comunidades mediante relatos bien estructurados, adaptados a los medios actuales.

Figura 5


Dimensión: innovación y uso de tecnologías digitales en la conservación

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Nota. Elaboración a partir de la información de Atlas.ti.v9. La figura permite comprender cómo cada colectivo aborda esta dimensión desde sus respectivos roles y experiencias.

Tabla 2

Análisis de coocurrencias del estudio

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Discusión

El punto principal de esta investigación es la conservación del patrimonio cultural mediante el uso del storytelling. En este sentido, se pone de manifiesto a la teoría del intercambio social, que sugiere que las interacciones y el intercambio de conocimientos entre generaciones pueden fortalecer la identidad cultural y promover un sentido de pertenencia. Este enfoque también resalta la necesidad de involucrar a las nuevas generaciones en el proceso de preservación, asegurando que las tradiciones no solo sean recordadas, sino también vividas y reinterpretadas en un contexto contemporáneo.

La dimensión de conservación y protección del patrimonio cultural refleja una visión compleja y plural que integra tanto aspectos estructurales como simbólicos. Se identifican limitaciones presupuestarias y operativas que afectan los procesos de salvaguarda, lo que ha llevado a priorizar estrategias como los inventarios y las alianzas institucionales, en concordancia con Maldonado-Erazo et al. (2021), quienes afirman que el inventario contribuye significativamente a la protección del patrimonio cultural inmaterial. Paralelamente, la transmisión simbólica de saberes y la implementación de narrativas emergen como elementos fundamentales para preservar los valores culturales. En este sentido, Fernández-Llamazares & Cabeza (2018) sostienen que las narrativas culturales facilitan la comprensión de los valores patrimoniales y disminuyen las brechas entre la comunidad y los profesionales de la conservación. De igual forma, Djabarouti (2021) subraya que el patrimonio construido puede ser interpretado como una forma de narración cultural. Estas perspectivas convergen en la necesidad de abordar la conservación desde un enfoque interdisciplinario e intergeneracional, que considere tanto los elementos materiales como los inmateriales del patrimonio.

El segundo resultado revela que la transmisión oral y el storytelling se consolidan como estrategias fundamentales para preservar la memoria colectiva y fortalecer la identidad cultural. Estas prácticas permiten articular relatos históricos, saberes tradicionales y experiencias locales, configurando un medio efectivo para la conservación del patrimonio. En consonancia con Yang et al. (2025), se reconoce el valor de la participación de personas mayores en la transmisión de conocimientos culturales, contribuyendo activamente a la preservación del legado inmaterial. Asimismo, el storytelling se posiciona como un conector emocional capaz de llegar a nuevas audiencias y revitalizar la relación entre comunidad y patrimonio. Este enfoque también promueve el diálogo entre generaciones, aspecto enfatizado por Cerquetti et al. (2022), quienes sostienen que la transmisión de información debe ser fomentada inter generacionalmente, reforzando el aprendizaje colectivo (Ye et al., 2024). Además, se destaca su potencial para innovar en el desarrollo de productos turísticos culturales, articulando el valor simbólico del patrimonio con estrategias de comunicación contemporáneas.

El tercer resultado destaca que la participación comunitaria en la gestión del patrimonio cultural no es un acto simbólico, sino una estrategia multisectorial que articula memorias, saberes tradicionales, políticas institucionales y desarrollo económico-turístico. Esta participación opera en dos niveles: desde la base comunitaria, a través del sentido de pertenencia y las prácticas lideradas por personas adultas mayores, y desde la institucionalidad, mediante campañas, políticas inclusivas y acciones impulsadas por el GAD y expertos en patrimonio cultural. En línea con Signes-Pont et al. (2022), enfatizan que la comunidad debe involucrarse no solo como participante, sino también en el diseño de proyectos, generando soluciones colectivamente aceptadas. A diferencia de Del Espino y Rodríguez (2023), quienes resaltan la participación como medio para una gestión más sostenible mediante la integración de experiencias comunitarias, se plantea además la necesidad de crear capacidades institucionales, como sugieren Mu & Aimar (2022), incluyendo la atención al capital social y a los acuerdos políticos. Asimismo, Yang et al. (2025) subrayan el papel del Estado en la implementación de estrategias de conservación, mientras que Folorunso (2021) reconoce el involucramiento de actores globales como el Banco Mundial y la UNESCO. Finalmente, Del Espino & Rodríguez (2023) advierten la urgencia de que las comunidades colaboren con entidades públicas en la documentación y cartografía de los bienes culturales, ante la carencia de métodos suficientes para su registro.

El cuarto resultado trata sobre la educación patrimonial, constituye un eje fundamental para fomentar la valoración del patrimonio local, al integrar contenidos culturales y simbólicos que fortalecen la identidad comunitaria. En consonancia, Wenyan (2025) sostiene que la educación es vital para preservar la diversidad y riqueza de las prácticas culturales. En este contexto, resulta imprescindible establecer alianzas estratégicas con instituciones educativas y con las personas adultas mayores, quienes actúan como actores patrimoniales clave, facilitando el intercambio intergeneracional de saberes, la continuidad cultural y el fortalecimiento de los vínculos sociales. Asimismo, el autor subraya que la educación no formal, particularmente aquella transmitida en el seno familiar, cumple un papel crucial en la preservación del patrimonio inmaterial. Por otro lado, Cerquetti et al. (2022) enfatizan la necesidad de incorporar tecnologías digitales como apoyo a los procesos educativos patrimoniales, ampliando su alcance y efectividad. En esta línea, los gobiernos locales están llamados a propiciar espacios significativos de sensibilización y revalorización cultural. Al respecto, Mire (2011) destaca la importancia de implementar programas locales de educación y salvaguarda como estrategia para promover el conocimiento, la apropiación y la conservación activa del patrimonio cultural.

La tecnología digital es una herramienta clave para resignificar, conservar y difundir el patrimonio cultural inmaterial. Skublewska-Paszkowska et al. (2022) destacan que el uso de tecnologías digitales permite la conservación y la documentación del patrimonio cultural. Además, esta herramienta vincular generaciones a través del storytelling, con el fin de reforzar la transmisión del patrimonio y creando narrativas significativas, memorables alineadas con las dinámicas culturales actuales. En concordancia, el estudio de Paiva et al. (2023) afirman que el storytelling digital transforma las experiencias y promover la sostenibilidad. Otra característica fundamental es la conexión emocional que surge con las audiencias, 

 

Conclusiones

El storytelling es reconocido como un mecanismo potente para la preservación y transmisión del patrimonio cultural. A través de esta herramienta, se fomenta un vínculo emocional con la comunidad, lo que refuerza la identidad cultural y el sentido de pertenencia, al tiempo que permite a las nuevas generaciones alinearse con sus narrativas y tradiciones históricas, salvaguardando así el legado cultural para las generaciones futuras. El estudio de caso de Santa Lucía ilustra que la conservación del patrimonio cultural no puede ser entendida desde una sola perspectiva. Más bien, requiere una articulación entre conocimiento técnico, gestión pública, sabiduría ancestral y narrativas innovadoras. Esta riqueza de enfoques no solo responde a la complejidad del fenómeno patrimonial, sino que también constituye una oportunidad para diseñar estrategias de conservación más integrales, sostenibles y participativas.

La transmisión oral y el storytelling no son meras herramientas de comunicación, sino dispositivos culturales complejos que integran memoria, educación, turismo, emocionalidad y acción institucional. La articulación entre colectivos permite vislumbrar un modelo de gestión patrimonial más inclusivo y dinámico, donde el relato se convierte en vehículo de sostenibilidad cultural. al mismo tiempo ofrece oportunidades para rejuvenecer el patrimonio cultural mediante metodologías innovadoras. Estas iniciativas no solo preservan los relatos históricos, sino que también fomentan un sentido de identidad y pertenencia dentro de las comunidades, garantizando que las generaciones futuras permanezcan conectadas con su legado cultural.

La dimensión de participación comunitaria en la gestión del patrimonio revela una visión integral en la que el patrimonio no solo se conserva, sino que se vive y se reproduce mediante prácticas diarias, memorias colectivas y saberes tradicionales. Esta perspectiva reconoce la participación comunitaria como un recurso estratégico de gestión cultural y turística, con potencial para fortalecer el desarrollo local de manera sostenible. Además, los aportes de expertos en patrimonio cultural otorgan validez técnica e institucional a estas iniciativas, apuntando a procesos formales de involucramiento que consolidan la apropiación comunitaria del patrimonio como eje fundamental para su preservación y proyección futura.

La dimensión de educación patrimonial e intergeneracional se configura como un eje fundamental para la sostenibilidad cultural, al articular saberes formales, comunitarios y vivenciales en procesos educativos inclusivos. La participación de expertos, instituciones públicas y personas adultas mayores permite no solo preservar el conocimiento histórico, sino también resignificarlo en contextos contemporáneos mediante enfoques innovadores. Esta interacción intergeneracional promueve el reconocimiento del patrimonio como una construcción colectiva, viva y en constante transformación. Al involucrar a distintos actores sociales, se potencia el sentido de pertenencia, se fortalecen los vínculos identitarios y se crea un espacio propicio para el diálogo cultural. Las metodologías participativas empleadas contribuyen a rejuvenecer los relatos patrimoniales, haciéndolos accesibles y significativos para las nuevas generaciones. En este sentido, la educación patrimonial no solo es un medio de conservación, sino también de renovación y proyección del legado cultural hacia el futuro.

La dimensión innovación y el uso de tecnologías digitales en la conservación del patrimonio cultural constituyen una herramienta estratégica para fortalecer la memoria colectiva y garantizar la continuidad del legado cultural en contextos contemporáneos. La integración de recursos digitales permite no solo preservar relatos, símbolos y prácticas tradicionales, sino también resignificarlos mediante narrativas dinámicas, sensibles y emocionalmente conectadas con las nuevas generaciones. Esta dimensión plantea una transición desde la conservación pasiva hacia una participación, donde lo simbólico se revitaliza a través de formatos accesibles y sostenibles. Las tecnologías emergen, así como vehículos de transmisión intergeneracional, capaces de articular pasado y presente, tradición y modernidad, en una lógica de diálogo constante entre el patrimonio y la comunidad

 

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener conflicto de intereses.

 

Responsabilidad ética

En la presente investigación, se han respetado las citas de las fuentes primarias, así como los autores que participaron en las entrevistas. Toda información recolectada está mencionada detalladamente en la sección de referencias.

Contribución de autoría

            JRRM: conceptualización, análisis formal, supervisión, redacción

            EFCHC: análisis formal, investigación, software, validación

            RMOZ: conceptualización, software, validación, redacción: revisión   

FMMM: referencias, procesamiento de datos, redacción, síntesis de resultados.

 

Financiamiento

            La investigación, se realizó con recursos propios de los autores.

Agradecimientos

Se agradece a las autoridades del cantón de Santa Lucía por su predisposición, así como a los expertos en el área de marketing y de patrimonio cultural, además, a la Lcda. Dalma Avilés por su colaboración.

 

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Recibido: 25/04/2025

Aceptado: 5/06/2025

Revisado por pares anónimos

 

Datos de autor:

Jorge Rodrigo Ruíz Murillo (corresponsal)

 

Universidad de Guayaquil, Guayas, Ecuador

Magíster en Gestión Turística por la Universidad Tecnológica América, Ecuador. Actualmente, es docente de la Carrera de Turismo de la Universidad de Guayaquil, Ecuador.

ORCID: https://orcid.org/0009-0000-5850-0479

E-mail: jorge.ruizm@ug.edu.ec

 

Fernando Chiriboga Cisneros

Universidad de Guayaquil, Guayas, Ecuador

Doctor en Ciencias Sociales y del Comportamiento por la Universidad de La Coruña, España. Actualmente, es docente de la Carrera de Turismo de la Universidad de Guayaquil, Ecuador.

ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5764-8065

E-mail: edison.chiribogac@ug.edu.ec

 

Rafael Ortiz Zambrano

Universidad de Guayaquil, Guayas, Ecuador

Magíster en Sistemas Integrados de Gestión de Calidad, Ambiente y Seguridad por la Universidad Politécnica Salesiana, Ecuador. Actualmente, es docente de la Carrera de Turismo de la Universidad de Guayaquil, Ecuador.

ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3677-4991

E-mail: rafael.ortizzam@ug.edu.ec

 

Franklin Marcelo Mora

Universidad de Guayaquil, Guayas, Ecuador

Doctorando en Ciencias Sociales y Estudios del Comportamiento en la Universidad de La Coruña, España. Magíster en Ecoturismo y Manejo de Áreas Naturales por la Universidad Tecnológica Equinoccial, Ecuador. Actualmente, es docente de la Carrera de Turismo de la Universidad de Guayaquil, Ecuador.

ORCID: https://orcid.org/0000-0002-1618-898X

E-mail: franklin.moram@ug.edu.ec

 

© Los autores. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional (CC - BY 4.0).

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1 Las metodologías participativas implican involucrar activamente a los miembros de la comunidad en los procesos de toma de decisiones, planificación e implementación, particularmente en áreas como la gestión del patrimonio cultural. Estas metodologías tienen como objetivo transformar a los ciudadanos de observadores pasivos a contribuyentes activos en la construcción y gestión del conocimiento (Del Espino & Rodríguez, 2023).

2 El mapeo es el proceso de creación de representaciones visuales de áreas geográficas, que pueden incluir diversos tipos de datos como características físicas, fronteras políticas y hitos culturales (Ramírez-Rosete et al., 2020).

3 El patrimonio construido hace referencia a lugares, estructuras y edificios que tienen un significado histórico, cultural o arquitectónico. Se trata de bienes materiales que se conservan y protegen por su valor histórico y su contribución a la identidad cultural (Sardaro et al., 2021).