La Calle de las Hierbas: un ejemplo de sustentabilidad, conocimiento, patrimonio e identidad en la región de los volcanes, México

The Street of Herbs: An example of sustainability, knowledge, heritage and identity in the volcanoes region México

https://www.who.int/es/publications/i/item/9789241506096

Karina Valencia Sandoval

Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Hidalgo, México

ORCID: https://orcid.org/0000-0002-7029-9779

E-mail: karina_valencia@uaeh.edu.mx

 

Resumen

La Calle de las Hierbas en el tianguis del municipio de Ozumba, Estado de México es el espacio donde la cultura y el patrimonio se entrelazan con la sustentabilidad a través de la trasmisión de saberes de la medicina herbaria. El objetivo del trabajo fue contribuir al debate y reflexionar sobre la «puesta en valor» del discernimiento sostenible de la Calle de las Hierbas basado en el «cuádruple resultado» como contribución para revalorar el conocimiento de la región. La orientación metodológica fue cualitativa con una investigación etnográfica y muestreo opinático con un total de 18 informantes clave (comerciantes que ofrecen sus productos, compradores de la zona, trabajadores del municipio y transeúntes del lugar), que permitió, a partir de las entrevistas semiestructuradas, describir la relación entre el desarrollo sustentable, el arraigo y el conocimiento ancestral como parte emocional, cultural y tradicional de este mercado. Se demuestra que, pese a su alta importancia y representatividad en la región de los Volcanes, los saberes y la identidad están quedando olvidados. De manera paralela, se identificaron aspectos económicos, sociales y medioambientales que orillan a sugerir la idea de plantear políticas y proyectos integrales y multidisciplinarios para aumentar la competitividad y el desarrollo sostenible de la zona.

Palabras clave: sostenibilidad, cuádruple resultado, medicina herbaria, revaloración, identidad

 

Abstract

The Street of Herbs in the tianguis of the municipality of Ozumba, State of Mexico, is where culture and heritage are intertwined with sustainability through the transmission of knowledge of herbal medicine. The objective of the work is to contribute to the debate and reflect on the «valorisation» of the sustainable discernment of the Calle de las Hierbas based on the «quadruple bottom line» as a contribution to revalue the region's knowledge. The orientation is qualitative with an ethnographic research and opinionated sampling with a total of 18 key informants (merchants offering their products, buyers of the area, workers of the municipality and passers-by of the place), which allowed describing the relationship between sustainable development, rootedness and ancestral knowledge as an emotional, cultural and traditional part of this market through semi-structured interviews. It is shown that, despite its high importance and representativeness in the Volcanoes region, knowledge and identity are being forgotten. At the same time, economic, social, and environmental aspects are identified, suggesting the proposal of integral and multidisciplinary policies and projects to increase the competitiveness and sustainable development of the area.

Keywords: sustainability, quadruple bottom line, herbal medicine, revalorisation, identity

Introducción

La actividad turística puede representar una oportunidad de desarrollo para las regiones al combinar el crecimiento económico, la justicia social, la sostenibilidad y el equilibrio espacial (Moreno et al., 2019); en este contexto, el turismo sustentable gira en torno al respeto del patrimonio de los pueblos considerando el entorno medioambiental de las comunidades y las expresiones culturales que envuelven a los individuos. Miranda y Alejo (2017) complementan esta idea al sugerir que para proteger la vida en el planeta es necesario preservar el conocimiento de los pobladores originales, quienes a través de generaciones han resguardado los secretos de la sustentabilidad. En este sentido, Cruz et al. (2020) relacionan la agricultura y los recursos naturales con los saberes o conocimientos tradicionales, que constituyen parte del patrimonio cultural de los pueblos. Asimismo, los autores destacan que, como parte de la sustentabilidad, se debe evitar la pérdida del conocimiento acumulado y de la identidad.

Entre tanto, los mercados al aire libre que se instalan de manera itinerante sobre las calles y aceras de las comunidades —o tianguis, como son conocidos tradicionalmente en México— aluden a una costumbre profundamente arraigada, que se ha mantenido por su importancia como medio de vinculación social y hasta política, impulsando la integración de diferentes regiones (García et al., 2016). En particular, el tianguis del municipio de Ozumba, ubicado en las faldas del volcán Popocatépetl en la zona oriente del Estado de México —según Corona y Vega (2020) data del siglo XVII— y gracias a su ubicación estratégica en la región es prueba viviente de la transmisión de conocimientos y del vínculo urbano-rural que persiste en la actualidad, donde existen espacios en los que la ancestralidad se respira con mayor intensidad.

En el tianguis de Ozumba, los puestos están organizados por calles y, entre los insumos que se pueden encontrar, sobresale un área dedicada a la venta de hierbas, mejor conocida como la Calle de las Hierbas, principalmente aquellas utilizadas con fines medicinales (Corona & Vega, 2020). Aunque la dinámica poblacional ha cambiado, y existe cada vez mayor número de servicios en la región, sigue prevaleciendo un gran interés por la medicina tradicional, en particular por la herbolaria que la convierte en una alternativa de atención primaria en salud, sustentada en el conocimiento medicinal histórico de sus culturas. A este respecto, como lo señalan Villanueva-Solis et al. (2020), si se encamina adecuadamente el comercio de plantas tradicionales podría constituir una alternativa en el cuidado de la salud, reconocida incluso como complementaria por la Organización Mundial para la Salud (OMS).

Ante este panorama, y pese a la globalización y el capitalismo, existen comunidades que son capaces de usar sus recursos naturales de una manera sostenible y culturalmente significativa, no solo como modo de subsistencia y soporte integral de la economía, sino, también, como un tributo a los conocimientos tradicionales y al desarrollo integral de la población. A ello se refiere Cantú-Martínez (2017) como «economía del conocimiento en la sostenibilidad» (p. 76), al señalar que el conocimiento de los pueblos permite evaluar, resolver y emplearse en beneficio de la sociedad. En palabras de Gomel-Apaza et al. (2023, p. 146) «la valoración de los conocimientos tradicionales de los pueblos es un imperativo global». En este sentido, el objetivo de este estudio ha sido contribuir al debate y reflexionar sobre la puesta en valor del discernimiento sostenible que representa la Calle de las Hierbas del municipio de Ozumba, Estado de México y cómo ello contribuye a revalorar el conocimiento y la historia de la región.

Desarrollo sustentable, patrimonio y cultura

Gómez y Garduño (2020) indican que, a partir de la publicación del Informe Brundtland (1987), comenzó la discusión entre los términos desarrollo sostenible y desarrollo sustentable, aludiendo con ello a un debate de carácter geográfico y temporal más que etimológico. Por su parte, López (2016) sostiene que los argumentos del debate entre el uso de ambos términos implican la intención real «para cambiar las tendencias insostenibles y contradicciones intrínsecas a la interacción entre desarrollo económico y deterioro medioambiental, o la cultura y estilos de vida que las sustentan de las sociedades contemporáneas» (p. 114). A su vez, Ynzunza-Cortés et al. (2016) señalan que, si bien la sustentabilidad está ligada en primera instancia con los recursos naturales, deben considerarse otros aspectos como el económico, ambiental y social, a lo que Elkington en 1997 se refería como Triple resultado (TBL); es decir, el mundo se percibe como un sistema holístico integrado por un todo en el que la comunidad juega un rol importante para entrelazar estos tejidos (Loviscek, 2020). Posteriormente, se le agregó una dimensión más, la cultura, refiriéndose a las acciones que los pueblos llevan a cabo para manifestar su identidad y tradiciones, por lo tanto, se denominó como Cuádruple resultado (QBL) (Miranda & Romero, 2017).

Tyrtania (2016) complementa y afirma que el concepto de sostenibilidad se ha manejado como si fuese algo obvio y relacionado más con cuestiones de tipo ecológico, cuando en realidad se trata de un concepto compuesto de diferentes aristas tales como: a) la cultural, b) la demográfica, c) la económica, d) la política, e) la ética y f) la medioambiental. Frente a la necesidad de compaginar el desarrollo económico, el cambio social y la gestión de los recursos naturales, entre otros, se han propuesto diversos conceptos de desarrollo sustentable, como se puede apreciar a continuación en la Tabla 1.

 

Tabla 1

Definición de desarrollo sustentable

1

Nota. Elaboración propia a partir de Cortés y Peña (2015), Madroñero-Palacios y Guzmán-Hernández (2018), Cantú-Martínez (2018), Velázquez y Vargas-Hernández (2012) y Cantar et al. (2021).

Parada (2010) complementa las definiciones al señalar que el «desarrollo se asocia a una mejor calidad de vida de la población, esto tiene que ver con la posibilidad de cubrir las necesidades básicas de cualquier ser humano ... y la vía para lograrlo es el desarrollo sustentable» (p. 65). Es decir, independientemente de la definición que se seleccione como más adecuada, la idea es plantear la posibilidad de que las comunidades se desarrollen de una manera integral y armoniosa. Como se comentaba líneas arriba, Cantar et al. (2021) argumentan que la base ecológica de la sustentabilidad no limita otras dimensiones como la social y, destacan que la cultura y el patrimonio se han entrelazado a la sustentabilidad con el paso del tiempo. Los autores mencionan que la participación comunitaria, considerando sus identidades locales, fue un tema abordado en la Carta de Burra de la que se originó el término de significación cultural «entendida como el valor estético, histórico, científico, social o espiritual para las generaciones pasadas, presentes y futuras» (Cantar et al., 2021, p. 77).

El desarrollo sustentable abre paso, entonces, a un nuevo binomio entre naturaleza y cultura. Rueda (2021) define cultura como «la relación de la sociedad con su medioambiente» (p. 10), no obstante, una definición más amplia es la que emite la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (2004):

La cultura adquiere formas diversas a través del tiempo y del espacio. Esta diversidad se manifiesta en la originalidad y la pluralidad de las identidades que caracterizan los grupos y las sociedades que componen la humanidad. Fuente de intercambios, de innovación y de creatividad, la diversidad cultural es, para el género humano, tan necesaria como la diversidad biológica para los organismos vivos. En este sentido, constituye el patrimonio común de la humanidad y debe ser reconocida y consolidada en beneficio de las generaciones presentes y futuras. (p. 4)

En consecuencia, las creencias, valores y saberes de las comunidades construyen la esencia de la ética sustentable en la que se reconoce la coexistencia de los derechos colectivos e individuales de los grupos sociales. Como se ha dicho, el patrimonio cultural y natural de los pueblos es la columna eje que brinda significado a los quehaceres de la sociedad, da identidad y pertenencia que se expresa a través de la relación entre los miembros y el medioambiente.

Medicina tradicional y conocimiento 

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (2023) la medicina tradicional puede definirse como «el conjunto de conocimientos, capacidades y prácticas basados en las teorías, creencias y experiencias propias de culturas diferentes, bien sean explicables o no, utilizadas para mantener la salud y prevenir, diagnosticar, mejorar o tratar enfermedades físicas y mentales»; por su parte, Lima et al. (2019) vinculan a la medicina tradicional con un conjunto de experiencias que se traducen en conocimientos populares.

En este sentido, Menéndez (2022) plantea que la medicina tradicional que hoy conocemos es el conjunto de conocimientos de grupos indígenas, afroamericanos y europeos que convergieron en un punto de la historia (siglo XVI para ser precisos). Sin embargo, también aclara que, aunque el origen puede considerarse múltiple, lo cierto es que son las comunidades indígenas de Mesoamérica, las que tienen mayor influencia y peso en el desarrollo de este tópico.

La medicina tradicional, de origen multicultural, abarca el uso de hierbas, preparaciones herbarias y productos derivados con las sustancias activas de las plantas. Corell-Doménech (2019) reflexiona sobre su aceptación y su uso derivado principalmente de cuestiones económicas (razón por la cual se asocia, en particular, con comunidades rurales); sin embargo, incluye como factor el sistema de creencias de los mexicanos. En consecuencia, el uso de plantas medicinales como medio para preservar la salud va más allá de la alternativa médica, incorpora el bienestar social, económico, ambiental y cultural de las comunidades. En palabras de Jiménez et al. (2015, p. 1793) «los recursos vegetales, son considerados producto de la cultura» y señalan que el empleo de las hierbas refleja la organización social, familiar y los niveles de consumo de la sociedad. A esto se añade el trabajo de Cuevas y Cavazos (2019) quienes subrayan que el uso de plantas puede generar nuevos modelos de negocios debido a su uso alternativo.

No obstante, la sustentabilidad de la medicina herbaria comienza desde el cultivo. Aunque existen plantas que crecen de manera espontánea y no intencional (no necesariamente en los terrenos agrícolas, sino en el huerto familiar), las personas salvaguardan las plantas y fomentan su crecimiento (Jiménez et al., 2015). Estas prácticas de conservación de la diversidad herbaria permiten la subsistencia de factores socioculturales e históricos que inciden en el desarrollo comunitario (Gutiérrez-García et al., 2020). Por lo tanto, los saberes tradicionales en conjunto con la herbolaria representan beneficios sociales y económicos, como una alternativa de desarrollo para la población.

Metodología

Desde un enfoque cualitativo y una perspectiva holística en la que se observa y se narran los hechos, se utilizó la investigación etnográfica que, como expresan Murillo y Martínez-Garrido (2010), es «el método más popular para analizar y enfatizar las cuestiones descriptivas e interpretativas de un ámbito sociocultural concreto» (p. 2). Ello permitió la descripción de lo que se vive y representa para la sociedad ozumbense y sus alrededores la Calle de las Hierbas. Se empleó una combinación de observación participante centrada en la dinámica del lugar y en la aplicación de entrevistas in situ, con la finalidad de aportar una reflexión sobre la relación entre desarrollo sustentable, arraigo y conocimiento ancestral como parte emocional, cultural y tradicional de este mercado local.

Se eligió un muestreo opinático en el que los elementos participantes (18 sujetos o informantes clave) fueron seleccionados según criterios estratégicos (voluntad y participación en las actividades de referencia), de acuerdo a la metodología de Álvarez et al. (2018). Así, se tuvo acercamiento con personas dispuestas a participar de la investigación, como comerciantes que ofrecen sus productos en el espacio mencionado (las mujeres fueron las principales interlocutoras), trabajadores del municipio y transeúntes del lugar. De esta manera, sus comentarios y opiniones se complementaron con la revisión de literatura, fotografía y videos que apoyan la descripción. Esta metodología posibilitó centrarse en un espacio y tiempo, definir conceptos relacionados e invitar al debate.

 

 

 

Tabla 2

Características de los informantes clave

2

 

Las entrevistas semiestructuradas se diseñaron basados en el Cuádruple resultado con la finalidad de explorar las percepciones de los informantes sobre el impacto de la Calle de las Hierbas, en términos de sustentabilidad, conocimiento y patrimonio. Algunos cuestionamientos realizados a los actores sociales giraron en torno a ¿desde cuándo vende en esta calle?, ¿cómo aprendió el uso de las plantas?, ¿cómo le enseña usted a sus hijos o parientes el empleo de las hierbas?, ¿cómo cuida sus hierbas?, ¿cómo se apoyan entre comerciantes?, ¿qué representa para usted el tianguis en términos de identidad cultural?, ¿cree que se está perdiendo el conocimiento tradicional sobre las plantas? entre otras preguntas ligadas a las siguientes dimensiones:

Tabla 3

Cuádruple resultado (QBL)

33b

Nota. Elaboración propia a partir de Miranda y Romero (2017).

 

Resultados y discusión

Zona de estudio

Ozumba se encuentra ubicado al oriente del Estado de México, colinda con los estados de Morelos y Puebla, del lado poniente con el volcán Popocatépetl (razón por la cual se considera ubicado en la zona Volcanes). Se compone de 492.13 kilómetros cuadrados (km2), lo que equivale a 0.21 % del territorio mexiquense y sus coordenadas son 19º02’21” de latitud norte y 98º48’14” de longitud oeste (Hernández-Guerrero et al., 2018). Linares y Bye (2009) mencionan que su nombre proviene del náhuatl atzompan que significa «sobre los cabellos del agua».

De acuerdo con la página oficial del Gobierno del Estado de México, el municipio se fundó el 9 de febrero de 1825 y se le denominó «Pueblo con encanto» en 2013. Es uno de los 125 municipios de la entidad y está conformada por las delegaciones de San Vicente Chimalhuacán, Santiago Mamalhuazuca, San José Tlacotitlan, San Lorenzo Tlaltecoyac, San Mateo Tecalco, y las haciendas de Atempa y Actopan (Edomex, 2023). Se encuentra ubicado a 70 kilómetros de Ciudad de México.

Según los registros, en 1620 Ozumba contaba con 676 habitantes, en su mayoría población mestiza. En contraste, para 2020, el Gobierno de México reportó que en el municipio residían 30 785 personas, de las cuales las mujeres constituían el 52 % (Gobierno de México, 2022) y el 26.9% de la población tenía menos de 14 años. Asimismo, se identificaron a 310 habitantes que aún hablan alguna lengua indígena, entre las que destacan están el tlapaneco (46.7 %), el mixteco (38.38 %) y el náhuatl (7.41 %).

Tabla 4

Indicadores de participación económica del municipio de Ozumba (%)

4

Nota. Elaboración propia a partir de Sistema Nacional de Información Municipal (2010).

El crecimiento de la población obligó a una reconfiguración social haciendo que la cabecera tuviese el privilegio del poder económico, político y religioso. A partir del siglo XVII los tianguis más grandes y con mayor impacto económico comenzaron a llevarse a cabo cada ocho días en las cabeceras de la región y se distribuyeron los días según los puntos geográficos de la zona (Amecameca y Tlalmanalco: domingos; Ozumba: martes; Chalco: viernes). Sin embargo, fue el tianguis de Ozumba el centro de intercambio más importante de la provincia de Chalco, el que trajo un gran número de afluencia de comerciantes y de visitantes de la Ciudad de México y otros lugares como Tlaxcala, Puebla, Morelos y Guerrero (Hernández, 2014; Linares et al., 2009).

El tianguis ha sido el medio de intercambio de mercancías, además de uno de los espacios donde se han forjado redes económicas, sociales y políticas, a la vez que se ha convertido en el lugar en donde nacen amistades y en el que las noticias llegan y se esparcen a otros lugares. De acuerdo con las palabras de Hernández (2014, p. 90) «las primeras noticias de la insurrección zapatista siguieron los mismos caminos que los productos y llegaron al mismo destino: el tianguis de Ozumba». La importancia histórica de este sitio, se refleja en el grabado de la antigua estación del ferrocarril interoceánico que pasaba por el municipio, inaugurado en 1880, donde se enmarca su estrecha relación con el transporte de mercancía y el tianguis de la región.

Figura 1

Antigua estación de ferrocarril de Ozumba

5

Figura 2

Grabado en la antigua estación del ferrocarril de Ozumba sobre la importancia histórica del tianguis

6

Según lo anterior, no es difícil discernir que el comercio en el tianguis es un elemento que conforma la base económica de Ozumba y, aunque en la cabecera municipal se ha agregado un día más para el comercio (viernes), el tianguis de los martes continúa siendo la referencia tanto para locales como transeúntes. Algunos de los cultivos que destacan en las delegaciones del municipio son: maíz, frijol, jitomate, tomate, capulín, aguacate, tejocote, limón, pera, ciruela, membrillo, durazno, además de cempasúchil, nube, alhelí, alcatraz y nochebuena, entre otros (Hernández, 2014; Linares et al., 2009). Esa amplia gama de productos relacionados con la alimentación, se complementa con elementos como ganadería, textiles, calzado, herramienta agrícola, productos de higiene personal, juguetería y papelería, maquillaje, música, telefonía móvil y aparatos electrónicos, herbolaria, etc. Según describen Corona y Vega (2020), actualmente quienes ocupan un lugar fijo dentro del tianguis pagan una cuota al municipio por uso de suelo, cuota que está en relación con la extensión y tipo de puesto.

En su mayoría, los puestos están organizados por calles y tipos de mercancías que ofertan. Corona y Vega (2020) subrayan el dinamismo de la Calle de las Hierbas, la Calle del Aguacate, la Calle de las Cazuelas y el área de semillas.

La Calle de las Hierbas y todo lo que hay en ella

La calle Juventino Rosas, conocida por los lugareños como la Calle de las Hierbas, se ubica a pocos pasos del centro municipal de Ozumba, exactamente entre la iglesia dedicada a la Virgen María, en su advocación de la Purísima Concepción, y la Casa de Cultura José Antonio Alzate. Todos los martes, sin falta, y desde temprano se llena de diversos aromas provenientes del gran número de plantas que allí se comercializan, como lo expresa Zury, una de las transeúntes que acude de manera cotidiana:

La Calle de las Hierbas, un lugar tradicional, porque todo el tianguis está dividido; por ejemplo, la calle de las cazuelas, los de ropa de paca, pero la Calle de las Hierbas se me hace un lugar importante, porque mi familia que cree en los remedios caseros, ahí encuentran con facilidad lo que requiera aparte súper económico. (Zury, comunicación personal, 18 de julio de 2023)

Por otro lado, predominan las mujeres, principalmente de la tercera edad, sentadas al ras del suelo ofreciendo su mercancía; en menor proporción participan de la venta los hombres y los jóvenes, los niños acuden acompañando a sus padres principalmente cuando no hay actividades escolares. En este sentido Ramírez (2021) menciona que, ante la precariedad de los empleos, el comercio informal se ha convertido en una opción de subsistencia que llega a involucrar familias completas: «las improntas culturales preexistentes del tianguismo poseen también un alineamiento con condiciones económicas y laborales desiguales» (p. 102). En la Figura 3 se aprecia el dinamismo de la compra-venta que tiene lugar a lo largo del día en este espacio.

Figura 3

La Calle de las Hierbas

7

Existen dos modalidades de venta; una minoritaria, en la que los vendedores instalan sus puestos sobre tarimas o tablas, y otra predominante, en la que colocan sus productos sobre el suelo directamente o usando un plástico, tela o botes para colocar la mercancía. En cuanto a las plantas, la mayoría se vende en fresco, es decir, recién cortadas; en menor medida, se ofertan secas, en «preparados» o bien, en combinaciones de diferentes plantas. Los compradores transitan constantemente, sobre todo, hasta antes de las 3:00 p. m., algunos sólo preguntan y se marchan, otros muestran mayor interés y solicitan información sobre el consumo y beneficio de las plantas.

Figura 3

Venta en fresco y seco

8

Se contabilizan alrededor de cien personas que ofrecen sus productos a lo largo de la calle, aunque esta cifra va variando a lo largo del día, (ya que se incorporan y se retiran vendedores durante la jornada). Las mujeres son en su mayoría quienes realizan las transacciones.

No hay un registro como tal, pero yo creo que en la Calle de las Hierbas son como 150 personas las que venden ahí, por muy pocas 100 o 120, pero no menos. (Idalia, comunicación personal, 18 de julio de 2023)

Dimensión social

La demanda de los productos que se venden en este espacio se debe principalmente a su asequibilidad y aceptación cultural, según señalan Lara et al. (2023), el uso de plantas medicinales representa una opción económica para muchas personas. Además de lo anterior, la venta de plantas se hace en tres momentos del día y se inicia en la madrugada. Aunque Linares et al. (2009) expresan que la comercialización de hierbas ocurre en las primeras horas del día y hasta aproximadamente las 10:00 a. m. (para aprovechar la frescura de la planta); tanto los pobladores de la comunidad como los trabajadores del municipio coinciden en señalar que el horario de venta es más amplio.

Yo diría que, aunque el comercio en esa calle termina como a las 6 p. m., existe una dinámica en la que los vendedores van cambiando a lo largo del día, terminan unos y se ponen otros. (Ermilio, comunicación personal, 18 de julio de 2023)

Vengo de San José Tlacotitlan, llego a las 3 de la mañana y a veces nos vamos a las 5 de la tarde. (Juan, comunicación personal, 18 de julio de 2023)

Ahí llegan desde temprano, desde la madrugada, terminan de vender sus hierbas y llegan otros, esa calle siempre está ocupada. Es una de las calles principales que tienen esa dinámica, hay quien viene a comprar desde las cuatro de la mañana por mayoreo (Jorge, comunicación personal, 18 de julio de 2023).

En la Calle de las Hierbas existe la venta de diferentes productos en puestos que se colocan en los extremos de la calle, los principales son precisamente de recursos naturales (plantas de ornato, hierbas y alimentos) también hay un gran número de carretillas de carga o «diablitos» que pasan por el lugar durante el día. Un número considerable de vendedores pertenece al municipio de Ozumba y sus pueblos aledaños; no obstante, otro gran número proviene incluso de otros estados, algo similar ocurre con los compradores:

Aquí vienen de todos lados, vienen aquí de Cuautla, Atlautla, Tepetlixpa, Chalco, hasta de la Ciudad de México. Ellos conocen del lugar porque aquí se caracteriza por ser un tianguis tradicional, a veces vienen a probar y se quedan, otros ya no regresan, sobre todo por la distancia. La gente que viene a comprar igual viene de todos lados, han venido personas de otros estados, por ejemplo: de Hidalgo, de Puebla, de Tlaxcala. (Idalia, comunicación personal, 18 de julio de 2023)

            Además, los vínculos sociales que se hacen entre los vendedores que semana tras semana se ven y generan lazos de amistad muestran la sororidad que el tiempo ha fortalecido entre ellos, como lo narra Inés:

Aquí todos nos ayudamos. Como año y medio, antes vendía en la Calle del Aguacate, me vine para acá porque no tenía lugar. Las ventas están igual, pero aquí sí me hicieron favor de prestarme. (Inés, comunicación personal, 18 de julio de 2023)

Dimensión medioambiental

Al entenderse la sostenibilidad como un proceso holístico y armónico, la dimensión medioambiental se orienta hacia promover acciones para prevenir el cambio climático y preservar la naturaleza con el objetivo de salvaguardar los ecosistemas en el largo plazo. Como afirman López-Gutiérrez et al. (2014) «las plantas medicinales … constituyen la base del cuidado primario de la salud, la recuperación del medioambiente y el incremento en el ingreso familiar». En este contexto, las prácticas relacionadas con el uso de las hierbas reflejan un respeto por el medioambiente por parte de quienes comercializan. Esta relación puede observarse en el relato de María de los Ángeles donde se evidencia parte de esta realidad:

A mis hijos se les enseña desde que se siembra la planta, cómo se debe cultivar, cómo se debe fumigar, por que ahorita todo ya no es como antes que nada más se sembraba y ya, ahora ya todo es químico. (María de los Ángeles, comunicación personal, 18 de julio de 2023)

Sarauz (2021) manifiesta que entre los saberes compartidos también se encuentra el de respetar la tierra, reconociéndola como fuente de vida y sustento para el desarrollo económico, lo que contribuye al desarrollo sostenible de la región. Esto parece saberlo Juan quien sentado en un banco se encuentra haciendo manojos de epazote, limpiándolo y asegurándose que se encuentre en buenas condiciones para su venta:

Mis hijos casi no vienen, van a la escuela, a la prepa, pero sí saben para qué sirven porque me ayudan a cortar, todo lo cultivamos nosotros, hay que estar muy pendiente de las plantitas si no se plagan, más el epazote por que se enferma mucho. (Juan, comunicación personal, 18 de julio de 2023)

Dimensión económica

Desde el punto de vista de Zarta (2018) para alcanzar la sostenibilidad, desde el pilar económico, no hay mejor camino que un buen trabajo que permita el desarrollo del hombre con su entorno. Sin embargo, pese al impacto del abastecimiento de plantas medicinales de la Calle de las Hierbas, el ingreso de quienes comercian aquí es muchas veces incierto por su alta dependencia de los cambios climáticos que impactan en los cultivos. Además, los comerciantes deben alternar su venta con oficios que les permitan complementar sus ganancias para mantener a sus familias como lo relatan Rosa y Juan:

El precio depende de cómo lo deje la gente porque ‘cuando vale pues vale’ y cuando no … pues aquí estamos ‘tristeando’. (Rosa, comunicación personal, 18 de julio de 2023)

Vendo martes y viernes, cuando tengo tiempo me voy a sembrar jitomate, tomate, haba, calabaza con unos amigos. Ahorita que hay más agua vendo más. Cuando es secas casi no se da, tengo que trabajar en lo ajeno. O con los que siembran de riego. (Juan, comunicación personal, 18 de julio de 2023)

Al atardecer, comienza el intercambio de mercancías entre los propios vendedores; es decir, persiste la práctica ancestral del trueque, mecanismo de intercambio vinculado a las formas tradicionales de producción, distribución y consumo, que se sustenta en el beneficio mutuo. Ello persiste en la entidad como pieza clave de los mercados solidarios y como un sistema alternativo que genera redes de apoyo que fortalecen las relaciones sociales (Manríquez et al., 2017).

Por medio de la observación participante se constató que un gran porcentaje de vendedoras realizan este tipo de actividad con el objetivo de lograr un intercambio equilibrado. Incluso, muchas de ellas reconocen que es parte de la tradición local, como lo indica Manuela, quien sentada en la banqueta platica con las vendedoras que están a su lado mientras la gente pasa: «A veces, cuando no termino, hay gente que pasa y cambiamos; por ejemplo, ellos traen jitomatitos y se llevan mi epazote, mis nopalitos, depende lo que tenga y lo que quieran» (Manuela, comunicación personal, 18 de julio de 2023).

Dimensión cultural

En los tianguis convergen diferentes elementos socioculturales, haciendo de estos espacios una característica fundamental de la herencia mesoamericana (Argueta, 2016). Las plantas medicinales que se comercializan en la Calle de las Hierbas llevan consigo una estrecha relación salud-naturaleza asociadas a conocimientos populares y a la amplia riqueza cultural de México que ha permitido la transmisión de generación en generación de manera oral y formando parte de la memoria colectiva.

De pie, en un pequeño espacio, y rodeada de diferentes plantas, Guadalupe atiende a una persona que se acerca para preguntar qué es bueno para el dolor de estómago; esto lo lleva haciendo por más de dos décadas sin olvidar que las hierbas siempre han estado presentes en su vida, comenta:

Llevo vendiendo aquí 20 años, lo que pasa que nosotros desde que mi papá vivía siempre nos mantuvo con la venta de hierbas, íbamos a vender a Cuautla, él vendía sobre esta calle pero más para allá. Nos decía ‘enséñense a trabajar porque pues algún día ya no voy a vivir y se tienen que mantener ustedes’. Mi papá de ahí nos levantó. Somos 4 hermanos, mi hermana y yo somos las que nos dedicamos a esto, sólo las mujeres. Yo tengo hijos y les enseño para qué sirven las plantas, pero no vienen a vender y mis hijas se dedican al campo. (Guadalupe, comunicación personal, 18 de julio de 2023)

La Calle de las Hierbas es una construcción donde las prácticas, las raíces y los valores culturales se comparten. Como lo hace notar Paredes (2019), la identidad cultural da significado a los pueblos, permitiéndoles perpetuar sus conocimientos, costumbres y tradiciones como una forma de enaltecer sus raíces formando parte de la cotidianidad de los individuos. Cada comunidad tiene vivencias que las identifica. Por otra parte, Jiménez et al. (2015) señalan que la sabiduría ancestral, en relación con el uso y conservación de las plantas, se relaciona, no sólo con la cultura y la identidad de los pueblos, sino también con el desarrollo del territorio.

En la Calle de las Hierbas la construcción del conocimiento no es reciente, los saberes son compartidos de generación en generación. Según Sarauz (2021) la transmisión puede ser de manera vertical (de padres a hijos) u oblicua (a través de personas mayores o «sabias») en la que se comparten conocimientos.

Daniel y Manuela se ubican casi en la esquina de la Calle de las Hierbas: él, de pie y ella, sentada, madre e hijo comparten la jornada. Él, más tímido, reconoce que la venta de las hierbas ha sido un aprendizaje desde niño:

Mi ‘jefa’ me va explicando para qué sirven las hierbas, además a mí me han curado. En el pueblo las ocupamos, también mi familia las usa. Venía desde niño con mis abuelos, toda mi familia se dedica a esto (Daniel, comunicación personal, 18 de julio de 2023).

Mi hijo aprendió de nosotros, porque nosotros aprendimos de los papás de mi esposo. Yo iba a sembrar y a cultivar con mis suegros, así empieza uno (Manuela, comunicación personal, 18 de julio de 2023).

La relación con la comunidad también se refleja en la construcción colectiva del espacio. Quienes comercian en la zona, manifiestan que aprenden de los compradores que visitan el lugar y que, en muchas ocasiones, adquieren las plantas con la intención de revenderlas, principalmente en el mercado de Sonora de la Ciudad de México. Además, las redes de apoyo se evidencian en la dinámica de la Calle de las Hierbas puesto que los vendedores aseguran que, entre ellos, también comparten los saberes.

Los compañeros nos decimos para qué sirve esto, para qué sirve lo otro. (Esther, comunicación personal, 18 de julio de 2023)

La gente que compra nos dice para qué sirven las plantas. Las combinaciones se dan y se hacen preparados. Tengo un hijo que vende todo lo seco, y otro que vende fresco. Ellos se llevan su mercancía a vender al mercado Sonora. En mi caso ya tengo clientes fijos que me vienen a buscar. (Elena, comunicación personal, 18 de julio de 2023)

No obstante, los mismos vendedores reconocen que, si bien, a ellos se les compartió este legado, no sucede de la misma manera con sus descendientes, en el sentido de que estos los apoyan, muchas veces, en llegar al lugar de venta o en el cultivo, pero no en dedicarse a la venta, porque se enfocan en otras actividades, incluyendo los estudios.

Por otra parte, el valor del espacio va más allá de los vendedores, cada martes se pueden ver muchos rostros recorriendo la zona que reconocen en este lugar parte del legado de los abuelos. No obstante, pese al valor emocional y del aprecio que sienten por el tianguis en general, también admiten que las generaciones más jóvenes no muestran el mismo interés por lo que aquí se trasmite. Considerando lo expuesto, hubo un acercamiento con los transeúntes como con Ana, quien lleva varias bolsas, y busca un toronjil para el dolor de estómago:

Antes iba con mi abuelita, ella me decía qué debía de comprar y con quién. Luego empecé a ir con mi marido. Pero a mis hijas no les gusta, ellas son más de farmacia. (Ana, comunicación personal, 18 de julio de 2023)

            Leticia coincide con la expresión de Ana, son sus familiares quienes le han trasmitido conocimientos sobre las hierbas, pero también reconoce que los mismos vendedores comparten con ella, apreciando profundamente el gesto.

A mí me enseñó mi mamá, mis tías a ir a la calle, pero me decían de las plantas más comunes, pero la gente de ahí es muy noble y te comparte para qué sirven las plantas porque hay muchas. A mis hijas les trato de decir, pero la verdad no se ven muy interesadas. (Leticia comunicación personal, 18 de julio de 2023)

Por otra parte, Molina et al. (2016) sostienen que las emociones relacionadas con el consumo son importantes para entender las acciones de los individuos favoreciendo la lealtad de estos últimos. Por ello, el elemento emocional con el lugar provee significados colectivos y construcciones sociales alrededor de su dinamismo e interacción. Beatriz y Fabiola coinciden al señalar que la influencia del lugar para la comunidad es notoria.

Ahí compro flores, hojas de aguacate … considero que es una parte muy importante del tianguis y de Ozumba … hasta de nuestra historia. Es una arteria principal. (Beatriz, comunicación personal, 18 de julio de 2023)

La Calle de las Hierbas representa para mí la nobleza y paz del pueblo, porque en su mayoría esa sección encuentras a la gente mayor vendiendo o conviviendo (Fabiola, comunicación personal, 18 de julio de 2023)

Conclusiones

La venta de plantas medicinales representa una vía significativa para preservar el conocimiento ancestral indígena, facilita el acceso a servicios de salud primaria mediante la medicina tradicional, dinamiza la economía local y la generación de empleo. En el municipio de Ozumba, Estado de México, la herbolaria sigue presente como parte integral de la cotidianidad, influenciada por la tradición, la cultura y la economía de sus habitantes. La llamada Calle de las Hierbas, una de las zonas más representativas y antiguas de su tianguis, destaca porque sus comerciantes reconocen en el entorno natural la base de su sustento familiar y comunitario.

Cada martes, la actividad comercial refleja una compleja red de relaciones sociales, económicas y medioambientales que expresan la transmisión intergeneracional de saberes, en un espacio donde se lucha por mantener vivas sus prácticas y conocimientos tradicionales. Sin embargo, en los últimos años se ha percibido un desinterés creciente, particularmente, entre los jóvenes, por los significados y prácticas que este lugar encierra. A pesar de formar parte del patrimonio cultural del municipio, no existen estrategias específicas de promoción para este espacio. La visibilidad que tiene se debe más a la costumbre que a políticas de fortalecimiento o difusión, aunque hay cierta presencia en redes sociales referida al tianguis en general.

Ante esta situación, es urgente plantear políticas públicas que reconozcan el valor del saber herbolario y fortalezcan estos espacios a través de iniciativas concretas. Una alternativa viable sería la implementación de talleres dirigidos tanto a los comerciantes como al público en general, tratando temas como la recolección sustentable, técnicas de cultivo, manejo de huertos, procesamiento de plantas y elaboración de remedios naturales. Este tipo de acciones permitiría no solo conservar el conocimiento, sino también mejorar las condiciones de vida de quienes dependen de esta práctica. Este estudio tiene limitaciones en cuanto a la generalización de resultados, dado que está enfocado en un área en particular lo que puede diferir de un trabajo realizado en otra región. Su carácter cualitativo puede verse influido por las percepciones de los participantes.

Conflicto de intereses

La autora manifiesta que no existen conflictos de intereses con respecto al documento

Responsabilidad ética

Declaro que el trabajo es el resultado de un proceso de investigación con las personas y lugares indicados en el documento. A los sujetos partícipes de las entrevistas se les explicó que la finalidad es únicamente de carácter investigativa sin fines comerciales o semejantes; por ello, no se presenta el nombre completo de las personas entrevistadas como recurso para salvaguardar su identidad. Además, en el documento de autoría propia se han citado correctamente documentos y autores que aparecen en el listado de las referencias como reconocimiento a su autoría.

Financiamiento

El trabajo se realizó con financiamiento propio

Agradecimientos

A la comunidad que participó de las entrevistas y al Ayuntamiento de Ozumba, Estado de México por facilitar el acceso a los comerciantes de la zona.


Referencias

Álvarez, P., Requena, C., & Salto, F. (2018). Variables de medida para el razonamiento deductivo. Revista Iberoamericana de Diagnóstico y Evaluación - e Avaliação Psicológica, 4(49), 59-75. https://doi.org/10.21865/RIDEP49.4.05

Argueta, A. (2016). El estudio etnobioecológico de los tianguis y mercados en México. Revista etnobiología, 14(2), 38-46.

Brundtland, G .H. (1987) Nuestro futuro común: Informe de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. Documento de la ONU A/42/427. http://www.un-documents.net/ocf-ov.htm

Cantar, N. M., Endere, M. L., & Zulaica, M. L. (2021). La arqueología de la sustentabilidad en la concepción del patrimonio cultural. Revista de Estudios Sociales, (75), 71-86. https://doi.org/10.7440/res75.2021.07

Cantú-Martínez, P. C. (2017). Economía del conocimiento para la sostenibilidad. Economía y Sociedad, 22(51), 71-83. https://dx.doi.org/10.15359/eys.22-51.5

Cantú-Martínez, P. C. (2018). Desarrollo sustentable: cultura, patrimonio cultural y natural en México. Anuario Turismo y Sociedad, 23, 25-40. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6660002

 

Corona, L. E., & Vega, L. (2020). El tianguis de Ozumba de Alzate, Estado de México y la venta de maíces criollos e híbridos. Narrativas Antropológicas, (1), 28-39. https://revistas.inah.gob.mx/index.php/narrativasantropologicas/article/view/15550

Corell-Doménech, M. (2019). Terapeutas alternativos en México y la estrategia de la OMS sobre medicina tradicional 2014-2023: comunicación, creencias y factores socio-económicos. Perspectivas de la comunicación, 12(1), 59-77. http://dx.doi.org/10.4067/S0718-48672019000100059 

Cortés, H. G., & Peña, J. I. (2015). De la sostenibilidad a la sustentabilidad. Modelo de desarrollo sustentable para su implementación en políticas y proyectos. Revista Escuela de Administración de Negocios, (78), pp. 40-54. https://doi.org/10.21158/01208160.n78.2015.1189

Cruz, S., Torres, G. A., Cruz, A., Salcedo, I., & Victorino, L. (2020). Saberes tradicionales locales y el cambio climático global. Revista mexicana de ciencias agrícolas, 11(8), 1917-1928. https://doi.org/10.29312/remexca.v11i8.2748

Cuevas, V. B., & Cavazos, J. (2019). Uso de plantas aromáticas en el sector turismo en Tulum, Quintana Roo, México para la identificación de nuevos nichos productivos en la región. El Periplo Sustentable, (37), 205-221. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=774584

Elkington, J. (1997). Cannibals with forks: The triple bottom line of 21st century business. Mankato. Capstone.

García, R., Rappo, S. E., & Temple, L. (2016). Innovaciones socioambientales en el sistema agroalimentario de México: los mercados locales alternativos (tianguis). Agroalimentaria, 22(43), 1-22.

Gobierno del Estado de México. (2023). Ozumba, Pueblo con Encanto. https://turismo.edomex.gob.mx/ozumba

Gobierno de México. (2022). Informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social 2022. Unidad de Planeación y Evaluación de Programas para el Desarrollo. https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/699565/15_068_MEX_Ozumba.pdf

Gomel-Apaza, Z. O., Ishizawa-Oba, J., Granados-Carbajal, R. E., & Gamwell, A. (2023). Usos de conocimientos tradicionales de conservación de la agrobiodiversidad en adaptación al cambio climático en comunidades indígenas de Puno, Perú. Revista Espiga, 22(46), 140-163. https://dx.doi.org/10.22458/re.v22i46.5016

Gómez, J. A., & Garduño, S. (2020). Desarrollo sustentable o desarrollo sostenible, una aclaración al debate. Tecnura, 24(64), 117-133. https://doi.org/10.14483/22487638.15102

 

Gutiérrez-García, G., Espinosa-Ayala, E. Hernández-García, P. A., Pavón-Silva, T., & Márquez-Molina, O. (2020). Conocimiento y práctica de la herbolaria en el Estado de México, pautas hacia la sustentabilidad. Agrociencia, 54, 1043-1058.

Hernández, M. S. (2014). Ozumba, arte e historia. Gobierno del Estado de México. Fondo Editorial Estado de México.

Hernández-Guerrero, V. G., Meléndez-Camargo, M. E., Márquez-Flores, Y. K., & Arreguín-Sánchez, M. L. (2018). Estudio etnobotánico y evaluación de la actividad antiinflamatoria de Geranium seemannii Peyr. (Municipio de Ozumba, Estado de México). Polibotánica, (46), 287-303. https://doi.org/10.18387/polibotanica.46.19

Jiménez, P. A., Hernández, M., Espinosa, G., Mendoza, G., & Torrijos, M. B. (2015). Los saberes en medicina tradicional y su contribución al desarrollo rural: estudio de caso Región Totonaca, Veracruz. Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas, 6(8), 1791-1805. https://doi.org/10.29312/remexca.v6i8.496

Lara, E. A., García, A. R., Cruz, F., Uresti, D., Gonzales, J. A., Encina, J. A., & Uribe, Y. (2023). Estudio de plantas medicinales en el municipio de Pachuca de Soto Hidalgo, México. Polibotánica, (55), 197-211. https://doi.org/10.18387/polibotanica.55.13

Lima, Y., Guzmán, V., López, Y., & Satchwell, R. (2019). La medicina tradicional herbolaria en los sistemas de salud convencionales. Humanidades Médicas, 19(1), 201-217. http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S1727-81202019000100201

Linares, E., & Bye, R. (2009). La dinámica de un mercado periférico de plantas medicinales de México: el tianguis de Ozumba, Estado de México, como centro acopiador para el mercado de Sonora (mercado central). En J. Long & A. Attolini (Eds.). Caminos y mercados de México (pp. 631-664). Serie Historia General, Universidad Nacional Autónoma de México.

López, I. (2016). Sobre el desarrollo sostenible y la sostenibilidad: conceptualización y crítica. Barataria. Revista Castellano-Manchega de Ciencias Sociales, (20), 111-128. https://doi.org/10.20932/barataria.v0i20.16

López-Gutiérrez, B. N., Pérez-Escandón, B. E., & Villavicencio, M. A. (2014). Aprovechamiento sostenible y conservación de plantas medicinales en Cantarranas, Huehuetla, Hidalgo, México, como un medio para mejorar la calidad de vida en la comunidad. Botanical Sciences, 92(3), 389-404. https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2007-42982014000300006

Loviscek, V. (2020). Triple Bottom Line toward a Holistic Framework for Sustainability: A Systematic Review. Journal of Contemporary Administration, 25(3), e200017. https://doi.org/10.1590/1982-7849rac2021200017.en

Madroñero-Palacios, S., & Guzmán-Hernández, T. (2018). Desarrollo sostenible. Aplicabilidad y sus tendencias. Revista Tecnología en Marcha, 31(3), 122-130. https://www.scielo.sa.cr/scielo.php?pid=S0379-39822018000300122&script=sci_abstract&tlng=es

Manríquez, N. Martínez, F., & Colín, S. (2017). Reflexiones en torno a la economía solidaria: una revisión de la literatura. Iztapalapa. Revista de ciencias sociales y humanidades, 38(83), 11-42. https://doi.org/10.28928/revistaiztapalapa/832017/atc1/martinezgomezf/colincastillos/manriquezgarcian

Miranda, G. A., & Alejo, S. J. (2017). Contribuciones del conocimiento tradicional a la sustentabilidad: los Sabios-Educadores del Parque Ejidal Ecoturístico Totolapan, México. El periplo sustentable, (33), 690-722. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-90362017000200690&lng=es&tlng=es

Miranda, P., & Romero, I. (2017). Menos oposición y más cooperación: Aportes para el fortalecimiento de la democracia. Polis (Santiago), 16(46), 39-57. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-65682017000100039

Menéndez, E. (2022). Orígenes y desarrollo de la medicina tradicional: una cuestión ideológica. Salud Colectiva, 18, 1-25. https://www.scielosp.org/article/scol/2022.v18/e4225/es/

Molina, N., Mundina, J., García, F., & Alejos, E. (2016). El efecto de la experiencia de servicio emocional en las intenciones futuras del usuario de centros deportivos. Revista de Psicología del Deporte, 25(1), 97-100.

Moreno, Z., Ziritt, G., & Silva, H. (2019). Turismo Sostenible: percepciones, bienestar ciudadano y desarrollo loca. Revista Venezolana De Gerencia, 24(2), 104-130. https://doi.org/10.37960/revista.v24i2.31484

Murillo, F. J., & Martínez-Garrido, C. (2010). Investigación etnográfica. UAM.

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. (2004). Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural. En UNESCO, Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural. Una visión. Una plataforma conceptual. Un semillero de ideas. Un paradigma nuevo (Serie sobre la Diversidad Cultural, n.o 1) (pp. 4-5).

Organización Mundial de la Salud. (2023). Medicina Tradicional. OMS. https://www.who.int/es/publications/i/item/9789241506096

Parada, N. (2010). La cultura de la sustentabilidad y la formación de competencias profesionales: demanda del nuevo milenio. Consciencia y Diálogo, 1(1), 63-73. http://erevistas.saber.ula.ve/index.php/conscienciaydialogo/article/view/983

Paredes, A. (2019). La memoria y la tradición oral en la formación del conocimiento. Una mirada al desarrollo de la identidad cultural. Rehuso, 4(2), 28-40. https://doi.org/10.33936/rehuso.v4i2.2129

 

Ramirez, R. (2021). Tianguis y ciudad: comercio, espacio público y criticalidad urbana en el noreste mexicano. Revista Ciudades, Estados y Política, 8(3), 95-114. https://revistas.unal.edu.co/index.php/revcep/article/view/47429

Rueda, H. F. (2022). Dimensiones culturales y sustentabilidad como factores de convivencia ciudadana. Un estudio comparativo entre países. Revista Logos, Ciencia & Tecnología, 14(1), 8-17. https://doi.org/10.22335/rlct.v14i1.1453

Sarauz, L. A. (2021). Conocimiento ancestral de plantas medicinales en la comunidad de Sahuangal, parroquia Pacto, Pichincha, Ecuador. Vive Revista de Salud, 4(10), 72-85. https://doi.org/10.33996/revistavive.v4i10.77

Sistema Nacional de Información Municipal. (2010). Distribución de la población por condición de actividad económica según sexo, 2010. SNIM. http://www.snim.rami.gob.mx/

Tyrtania, L. (2016). La sustentabilidad es de quien la trabaja. Cultura y representaciones sociales, 10(20), 59-109. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2007-81102016000100059&lng=es&tlng=es.

Velázquez, L. V., & Vargas-Hernández, J. G. (2012). La sustentabilidad como modelo de desarrollo responsable y competitivo. Ingeniería de Recursos Naturales y del Ambiente, (11), 97-107.

Villanueva-Solis, I., Arreguín-Sánchez, M. L., Quiroz-García, D. L., & Fernández-Nava, R.. (2020). Plantas medicinales que se comercializan en el mercado 8 de julio y uno tradicional, ambos localizados en el Centro de Actopan, Hidalgo, México. Polibotánica, 1(50), 209-243.  https://doi.org/10.18387/polibotanica.50.14

Ynzunza-Cortés C. B., & Izar-Landeta, J M. (2016). Estudio exploratorio sobre cultura de sustentabilidad y medioambiente. Una muestra de la población del Estado de Querétaro. Conciencia Tecnológica, (51), 25-31.

Zarta, P. (2018). La sustentabilidad o sostenibilidad: un concepto poderoso para la humanidad. Tabula Rasa, (28), 409-423. https://doi.org/10.25058/20112742.n28.18

 

 

Recibido: 25/03/2025

Aceptado: 5/05/2025

Revisado por pares anónimos

 

Datos de autor:

Karina Valencia Sandoval

Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Hidalgo, México

 

Doctora en Ciencias Económicas por el Colegio de Postgraduados, México. Actualmente, es docente investigadora en la licenciatura y maestría en Administración de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México. Ha sido miembro del Sistema Nacional de Investigadores (I) desde 2017.

 

ORCID: https://orcid.org/0000-0002-7029-9779

E-mail: karina_valencia@uaeh.edu.mx



© Los autores. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional (CC - BY 4.0).

cc

[1] Periodo 2022-2024.