Activación patrimonial y desarrollo turístico en Saldungaray, Provincia de Buenos Aires: de «Pueblo Turístico» a «Best Tourism Villages» (ONU)

Heritage activation and tourism development in Saldungaray, Province of Buenos Aires: From «Tourist Village» to «Best Tourism Villages» (ONU)

https://doi.org/10.24265/turpatrim.2025.n24.03

 

Flavio Adrián Bonanno

Centro de Investigaciones en Turismo, Universidad Provincial de Ezeiza, Buenos Aires, Argentina

ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9776-4781

E-mail: bonannofa@gmail.com


Resumen:

Este artículo examina el proceso de activación patrimonial en Saldungaray (Provincia de Buenos Aires, Argentina), ocurrido en el contexto del programa público «Pueblos Turísticos» (2008-2023), orientado al desarrollo de la actividad en áreas no urbanas de la región. El estudio analizó cómo la recuperación y exposición de elementos patrimoniales movilizó formas emergentes de organización social, y cómo estas trazaron asociaciones estratégicas para hacer, de un paraje marginado por la industria, un destino en desarrollo considerado por la ONU en el certamen «Best Tourism Villages». El aporte empírico del trabajo consiste en la caracterización del proceso de activación patrimonial, y de las formas en que ciertos actores locales reinterpretan la noción de desarrollo y los objetivos propuestos por el Programa, subordinando las premisas del Estado como planificador-promotor a una visión legitimada localmente. De esta visión, se estima como consecuencia la trascendencia del Programa que la localidad obtuvo en el reconocimiento internacional.

Palabras clave: patrimonio, activación turística, desarrollo local, Pueblos turísticos, Saldungaray.

 

Abstract:

This article examines the process of heritage activation in Saldungaray (Buenos Aires Province, Argentina), which took place within the framework of the public program Pueblos Turísticos (2008–2023), aimed at promoting tourism development in non-urban areas of the region. The study analyses how the recovery and display of heritage elements mobilised emerging forms of social organisation and how these forged strategic alliances to transform a locality marginalised by industry into a developing destination recognised by the UN in the «Best Tourism Villages» competition. The empirical contribution of this work lies in the characterisation of the heritage activation process and in the ways certain local actors reinterpret the notion of development and the objectives proposed by the program, subordinating the State's planner-promoter premises to a locally legitimised vision. From this perspective, the town’s international recognition is seen as a consequence that transcends the program's original scope.

Keywords: heritage, tourist activation, local development, Pueblos Turísticos, Saldungaray

1.       Introducción

A través de este artículo, se exponen los resultados y discusiones que se desprendieron de una investigación realizada sobre un proceso de activación patrimonial en la localidad bonaerense de Saldungaray, sudoeste de la Provincia de Buenos Aires, motivo de su integración en el Programa Público Pueblos Turísticos. Además de tratarse de un análisis exhaustivo sobre un proceso puntual en el marco de una política existente, el trabajo adquiere notoriedad tras aceptar la postulación del pueblo al certamen Best Tourism Villages 20241, organizado por la Organización de Naciones Unidas (ONU). En gran medida, el propósito subyacente de esta publicación se vincula con exponer la compleja historia de turistificación del lugar, antes de su reconocimiento internacional.

En el contexto de los estudios sobre activación patrimonial, desarrollo turístico de entornos rurales o no urbanos y desarrollo local, este trabajo indaga críticamente sobre las premisas de desarrollo económico e de infraestructura del Estado promotor del turismo, para analizar otros tipos de desarrollo como el cultural y el social, que en el caso aquí abordado es reconocido y ponderado por los actores locales. ¿Cómo son recibidas y resignificadas las políticas de desarrollo y promoción turística en las localidades? ¿Qué sucede cuando las miradas e intereses, respecto de la activación patrimonial, son distintas entre Estado y actores locales? ¿Qué otras formas de desarrollo y reconocimiento movilizan expectativas en este tipo de entornos, más allá de las típicas premisas acerca de infraestructura y beneficios económicos de la actividad turística?

Estas cuestiones se abordaron con un caso modélico2: la intervención de «Pueblos turísticos» en Saldungaray. La institucionalización de formas de organización social emergentes, la puesta en valor del patrimonio y las relaciones asociativas, aunque conflictivas, entre comunidades y Estado, dan cuenta de resultados imprevistos, aunque legitimados por los habitantes, que movilizaron otras formas de turismo más allá de las supuestas por la política pública, las cuales trascendieron la intervención particular del programa y le valieron al lugar una mirada global.

Objetivo

Analizar las relaciones entre activación turística del patrimonio y formas de desarrollo local en la localidad de Saldungaray (Provincia de Buenos Aires), en el marco del Programa Pueblos Turísticos, indagando en sus diversos reconocimientos.

Marco teórico

Para este trabajo fue relevante el concepto de patrimonio como elemento significativo que posibilita la configuración de versiones identitarias —nacionales o locales—, a partir del valor simbólico que ciertos actores sociales le otorgan, y su capacidad de representación para los mismos (Prats, 1997. Interesa particularmente la manera en que Llorenc Prats (1998) lo identifica como un artificio ideado colectivamente, e históricamente cambiante, afirmándolo como una construcción social que alberga tanto intereses como tensiones, y que funciona como referente identitario: aquello que identifica.

Específicamente, el análisis tomó la propuesta de Prats (1997, 2003), entre otros autores (Florescano, 1993; Mantecóon, 1998), cuando introduce el doble carácter del patrimonio reconociendo su valor como recurso, cuyos usos y funciones pudieran coexistir simultáneamente. Por esto mismo, además de abordarse el proceso de patrimonialización, por el cual se construye, se considera el proceso de activación patrimonial (Prats, 1997, 1998) que lo expone en relación con algún tipo de utilidad social. Esta activación se verifica, principalmente, en la actividad turística.

Literatura más reciente sugiere que este proceso no es necesariamente armónico, y que vela relaciones de poder posiblemente conflictivas en lo que se considera patrimonio, y en lo que decide activarse. En consecuencia, debe contemplarse un escenario dinámico de construcción y activación patrimonial, sobre todo en experiencias que involucren la participación del Estado y de diversas comunidades (Mancini & Pérez, 2021; Bonanno, 2023; Pinassi & Bertoncello, 2023).

El caso estudiado se enmarcó en la modalidad del turismo rural, que se desarrolla en entornos no urbanos y tiene como objetivo principal ofrecer experiencias basadas en la naturaleza, la cultura y las tradiciones locales, impulsando la economía de pequeñas localidades mediante la integración de actividades relacionadas con la identidad y el patrimonio local (Prats, 2003; Pérez & Mancini, 2021; Bonanno; 2021). Este tipo de turismo, que surge como alternativa al turismo masivo o fordista, suele relacionarse con procesos de desarrollo local donde los visitantes participan en actividades relacionadas con los modos de vida de sus habitantes (Barrera, 2006; Cáceres & Troncoso, 2015; Mancini &Pérez, 2021).

En muchas ocasiones, el turismo rural se complementa con políticas y programas públicos que incentivan una gestión comunitaria, buscando que los beneficios socioeconómicos se distribuyan equitativamente entre los habitantes locales, que las comunidades se conviertan en los principales actores de la toma de decisiones sobre las actividades turísticas y que, por lo tanto, se fomenten formas de desarrollo local3 (Velázquez, 2018; Pérez & Mancini 2022; Bonanno, 2023). El turismo rural comunitario, como modalidad, supone cierta integración de los habitantes no solo en la oferta de servicios, sino también en los procesos de toma de decisiones, asegurando que el desarrollo turístico sea sostenible y acorde con sus intereses y valores (Maldonado, 2006; Cáceres & Troncoso, 2015; Pérez & Mancini, 2022; Bonanno, 2023).

El Programa Pueblos Turísticos evoca, precisamente, la modalidad rural - comunitaria como mecanismo de integración de los actores locales donde pretende intervenir. Es por ello por lo que, ante la ausencia de cierto tipo de capital e infraestructura característicos del turismo de destinos masivos, los habitantes suelen poner a disposición su patrimonio y sus formas de vida como capital cultural y social que viabilice la actividad, regulando sus impactos y persiguiendo sus aparentes beneficios (Pérez & Mancini, 2021; Bonanno, 2021; 2023). Este escenario, por lo tanto, es rico empíricamente para observar las relaciones dinámicas entre actores en el proceso de activación patrimonial, y sobre todo en la orientación del tipo de desarrollo que se pretende.

Estado de situación

Si bien el turismo rural registra antecedentes desde principios del siglo XX, con los grand tour de casas rurales en Francia, o como complemento de las políticas agrarias en España (Velázquez, 2018), su auge como se le conoce hoy se da en el momento que Sergio Molina (2000) llama posturístico, desde los años sesenta y setenta en adelante. Es desde entonces que se le suele apreciar como una modalidad alternativa que emerge ante la saturación del turismo masivo y tradicional.

A la par de ese proceso, organismos supranacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Organización Mundial del Turismo (WTO) y el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), comienzan a producir documentos y recomendaciones para incentivar su práctica en todo el mundo, incorporando al patrimonio cultural y natural como recursos para el desarrollo de la actividad, y sus consiguientes beneficios (Florescano, 1993; Viola, 2000). En Argentina, organismos como la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y Bienes Históricos (CNMLBH), así como la Comisión Provincial del Patrimonio Cultural de la Provincia de Buenos Aires a nivel regional, comenzaron a esbozar propuestas a fines de la década de los ochenta para incorporar lo patrimonial dentro de la actividad turística, principalmente en entornos rurales (Pérez, 2020).

La actividad turística a nivel nacional se ha desarrollado históricamente a partir de la figura del Estado en su doble rol: como planificador y como promotor a través de sus políticas (Schenkel & Almeida, 2015). La Provincia de Buenos Aires no ha sido excepción, como sugiere Cecilia Pérez (2014 & 2020), este derrotero histórico es tomado por distintas gestiones turísticas provinciales, desde principios de este siglo, derivando en una serie de políticas que influenciaron al Programa Pueblos Turísticos. Se podría hablar de un proceso de turistificación llevado a cabo en el campo bonaerense, a fin de diversificar y valorizar ciertos espacios del interior de la región, ofreciendo atractivos alternativos a los lugares donde las grandes masas vacacionaban (Pérez 2014; Velázquez, 2018; Troncoso & Pérez, 2019).

Este proceso se valió de cierta diversificación del imaginario territorial y turístico pampeano, lo que se identifica en la marca «Vivan las pampas», desde donde comenzaron a diseñarse y promocionarse festividades en pueblos del interior, así como en la ley Ley de Promoción de Pequeñas Localidades N.° 13251/04, y en la experiencia turística «Pueblos que laten», orientada al desarrollo del turismo rural-comunitario en diversos puntos. Junto con la sanción de la Ley Nacional de Turismo N.° 25997/04, constituyen hitos que integran política pública, activación turística del patrimonio en entornos rurales y objetivos de desarrollo local.

Hacia el año 2008, la cartera turística bonaerense diseña y pone en marcha el Programa Pueblos Turísticos de la Provincia de Buenos Aires, con el objetivo de «promover e incentivar el desarrollo de actividades y emprendimientos turísticos sostenibles en las pequeñas localidades de la Provincia de Buenos Aires, generando identidad, fuentes de empleo, recursos genuinos y favoreciendo el arraigo» (Documento oficial citado en Bonanno, 2021, p. 69). Sin embargo, en los lineamientos del Programa, se identifican objetivos de agenda gubernamental que no necesariamente son reconocidos y legitimados por los actores locales (Bonanno, 2021; 2023).

Este trabajo pretende aportar conocimiento empírico al identificar modelos de gestión relativamente asociativos, que implican decisiones no sólo en el proceso de patrimonialización y activación, sino también en el tipo de desarrollo que se espera por parte de las comunidades locales. Reconociendo los aportes y discusiones hasta aquí evocadas, entre otros posibles, se asumió un análisis en particular que expone ciertas implicancias y consecuencias en la resignificación local de una política turística.

2.       Metodología de la investigación referida

La metodología de la investigación fue principalmente un estudio de caso, con matriz cualitativa. Conforme el objetivo persigue posibles interpretaciones sobre el proceso acontecido, se hizo énfasis en la observación etnometodológica de su desarrollo in situ, y en el relevamiento de testimonios de actores clave. En consecuencia, la estrategia se organizó en tres etapas: exploratoria, trabajo de campo y sistematización de la información.

La etapa exploratoria consistió en una exhaustiva búsqueda bibliográfica y en la recolección de diversas fuentes secundarias, como normativas, materiales periodísticos e informes relacionados con el Programa. Además, se estableció contacto previo con actores clave del gobierno provincial, local y miembros de las organizaciones locales, para anticipar y diseñar el trabajo de campo.

En la etapa de trabajo de campo, desarrollada en cuatro estadías distribuidas entre los años 2018 y 2023, se llevaron a cabo entrevistas semiestructuradas con funcionarios provinciales y locales, así como con habitantes partícipes de la intervención en la localidad, mayormente referentes de instituciones y organizaciones formalizadas o no. Las entrevistas abordaron como ejes la intervención, el proceso de activación patrimonial y la evaluación conjunta de impactos y resultados, y se diseñaron en tres grupos, siendo entrevistadas un total de once actores clave: estos fueron fuentes primarias.

Esto se complementó con observación de las etapas de intervención de la política en curso (excepto la primera), que permitió registrar detalles sobre el lugar y los procesos de patrimonialización y desarrollo turístico. También se visitaron instituciones locales para acceder a sus archivos y documentos sobre la actividad turística, vinculados o no al Programa, que constituyeron algunas de las fuentes secundarias.

Finalmente, en la etapa de sistematización y análisis, se organizó la información obtenida de las unidades de análisis (actores clave y documentos), focalizándose en posibles conflictos, contradicciones o tensiones dentro o entre las fuentes. Asimismo, se registraron visualmente los elementos patrimoniales y productos de la intervención del Programa, como los emprendimientos turísticos o los contenidos promocionales desarrollados por los habitantes de Saldungaray.

3.       Resultados y discusión

Presentación del caso: Pueblos Turísticos en Saldungaray

Figura 1

Bandera de Puebos Turísticos en Saldungaray

 1

El Programa Pueblos Turísticos (Figura 1) surge en 2008, como una iniciativa de la Secretaría de Turismo (SECTUR) de la Provincia de Buenos Aires4, con el objeto de promover el desarrollo del turismo comunitario en localidades no urbanas5 , ubicadas a menos de 150 kilómetros de las Ciudades de Buenos Aires, Mar del Plata o Bahía Blanca. Según los lineamientos6 del Programa, (Documento oficial citado en Bonanno, 2021) se busca «poner en valor todos aquellos recursos patrimoniales y/o extrapatrimoniales existentes en las pequeñas localidades», con el objetivo de «generar emprendimientos turísticos auto sustentables y sostenibles, donde los pobladores locales sean los protagonistas activos del proceso». (p. 69) A la vez, asume como premisa que «la Comunidad Local debe ejercer un rol sustancial y participativo en todo el proceso. Una importante proporción de los beneficios quedará en la comunidad» (p. 69).

Figura 2

Folletería de Pueblos Turísticos

2 

 

Conforme a los documentos normativos y promocionales  oficiales (Figura 2), así como se ha relevado en el trabajo de campo, el Programa estructura una intervención territorial en cinco momentos, no necesariamente consecutivos ni excluyentes entre ellos: (i) relevar el potencial turístico de la localidad; (ii) capacitar a los actores locales partícipes tras una primera convocatoria instrumentada por el gobierno local; (iii) proyectar en conjunto con el municipio y los habitantes distintos tipos de emprendimientos turísticos, proyectos y procesos de patrimonialización y activación; (iv) promocionar turísticamente a la localidad mediante los canales de comunicación del Programa; y (v) integrar diversos pueblos que compartan una región o un perfil de turista en particular.

       Según registros accedidos en 2023, Pueblos Turísticos llegó a integrar un total de 33 localidades en toda la Provincia. Saldungaray, por gestión de la Secretaría de Turismo, Cultura y Deportes del distrito de Tornquist, fue postulada en 2010, decidiéndose su integración en el año 2011. En dos investigaciones consecutivas, se pudo estudiar el proceso comprendido durante más de una década, que implicó una serie de transformaciones e hitos para la localidad.

Figura 3

Ubicación de Saldungaray en la Provincia de Buenos Aires

3

Nota. Imagen extraída de Google Maps

 

Saldungaray es un pueblo del sudoeste de la Provincia de Buenos Aires (Figura 3), en el partido de Tornquist, fundado en 1900 por el terrateniente Pedro Saldungaray. Se encuentra en la región serrana de Ventana, cerca de Sierra de la Ventana, y a 135 km de Bahía Blanca. Su origen se remonta a 1833 cuando fue establecida una fortaleza militar, la Posta del Sauce, renombrada como Fortín Pavón en 1862. El pueblo se desarrolló principalmente como un centro agroganadero y, en la década de 1930, se modernizó con obras públicas, incluido un conjunto de obras arquitectónicas del ingeniero Francisco Salamone. Hoy cuenta con una población de 1351 habitantes, una bodega y una serie de emprendimientos agroganaderos y turísticos operativos.

A pesar de ser el primer asentamiento en la zona, su participación en el auge turístico de Sierra de la Ventana fue marginal durante largo tiempo. Entre las décadas del treinta y del cuarenta, la provincia de Buenos Aires impulsó un desarrollo turístico planificado, inicialmente centrado en la costa atlántica, con Mar del Plata como principal destino. Posteriormente, se diversificó hacia el interior, destacaándo lugares como Sierra de la Ventana, Luján y San Antonio de Areco. En la región de Ventania, las localidades de Sierra de la Ventana y Villa Ventana sobresalieron por su entorno natural, y proximidad con el Parque Provincial Ernesto Tornquist. Hacia fines del siglo XX, Sierra de la Ventana se consolidó como un destino turístico masivo, aunque de características más bien cosmopolitas, con cierta falta de un enfoque integral sobre el patrimonio local en el desarrollo turístico. Atento a la necesidad de mitigar la emigración de jóvenes de la región, generar fuentes de empleo alternativas y poner en valor el casco urbano de la localidad, el gobierno local postuló a Saldungaray para integrarse al Programa Pueblos Turísticos, y así tener un flujo turístico propio o, cuanto menos, participar más activamente del circuito circundante.

Figura 4

Fortín Pavón

4

 

La postulación consideró, además de las necesidades, el potencial que tenía Saldungaray acorde con los lineamientos del Programa: el lugar cuenta con varios patrimonios históricos y culturales, como el Fortín Pavón (Figura 4), declarado «Sitio Histórico Nacional» en 1980, y las obras monumentales de Salamone (portal del cementerio, mobiliario de la Plaza Independencia, mercado, matadero y delegación municipal), incluidas posteriormente en el circuito turístico «Los caminos de Salamone». Estas obras fueron declaradas "«Patrimonio cultural de la Provincia de Buenos Aires» en 2001 y «Bien de Interés Histórico y Artístico Nacional» en 2014. La iglesia Nuestra Señora del Tránsito y la estación de trenes, aunque sin reconocimientos formales, son valoradas localmente.

Figura 5

Asamblea de ATUCOS

 5

 

Si bien algunos elementos contaban con un reconocimiento estatal previo, su reconocimiento local y su activación turística,  tuvo como punto de inflexión, principalmente, la declaratoria como «pueblo turístico» por parte del Programa, que integró a Saldungaray en julio del 2010. Antes de esto, la comunidad local mostraba un interés disperso en el turismo, con la participación de la Sociedad de Fomento en el cuidado de espacios públicos y la organización de recorridos turísticos por estudiantes, autodenominados «patrullas blancas».

El Programa Pueblos Turísticos permitió consolidar este interés, no tanto por intervención directa o asignación de recursos, sino más por el tipo de organización local que promovió, destacando el surgimiento de la Asociación de Turismo Comunitario de Saldungaray ATUCOS (Figura 6), que disputó desde un primer momento con el propio programa la orientación en la activación patrimonial y, por extensión, en el tipo de desarrollo turístico buscado.

Resultados

a-      Sobre la intervención y el proceso de activación patrimonial

Saldungaray se incorporó al Programa Pueblos Turísticos como parte de una segunda generación de localidades integradas, particularmente en la región III del Programa (cercanía a Bahía Blanca). Esto implicó una intervención que, desde la SECTUR, se pretendía con características análogas a lo ocurrido en las localidades de primera generación, como Carlos Keen o Azcuénaga. La solicitud local fue impulsada por el intendente Gustavo Trankels y por el secretario de Turismo Rubén Testa, quienes en conjunto con ciertos habitantes previamente vinculados con el turismo7  iniciaron el proceso de relevamiento en 2010.

Esta etapa inicial arrojó premisas contundentes. En primer lugar, que Saldungaray arrastraba una larga historia de marginación turística en comparación con otras localidades de la región; también, que paradójicamente se trataba de un pueblo con problemas de empleo e infraestructura, pero con mucha organización social; y finalmente, que el acervo patrimonial del lugar era abundante en relación con otras ciudades cercanas, y que podría activarse como atractivo para el turismo.

 

Los primeros contactos se realizaron de manera anónima por técnicos provinciales, quienes evaluaron la situación turística local como turistas, para obtener una perspectiva genuina de los desafíos y potencialidades del pueblo. Tras la aceptación por parte del Programa Pueblos Turísticos, se llevaron a cabo reuniones con habitantes e instituciones del lugar, autoridades locales y provinciales, centradas en la capacitación y el fortalecimiento del turismo local.

Como resultado, en 2011 se creó la Asociación de Turismo Comunitario de Saldungaray (ATUCOS), un grupo clave en la gestión del turismo del pueblo. Además, en 2012 se inauguró la Oficina de Informes Turísticos municipal (Figura 6), consolidando la inclusión de Saldungaray en la red de Pueblos Turísticos. Estos hitos implicaron una transición entre la etapa de capacitación y la de presentación de proyectos, en la que residentes y funcionarios disputarían espacios estratégicos.

 

Figura 6

Centro de Información Turística

 6

Pese a la insistencia de ciertos agentes del Programa sobre explotar el patrimonio Salamone e incentivar un turismo masivo, ATUCOS reunió una serie de demandas e intereses de los habitantes entre los que se encontraba darle prioridad a la restauración del Fortín Pavón, regular la cantidad de visitantes al pueblo, e integrar a las cooperativas productoras de alimentos y a los artesanos en la oferta turística local, evitando así inversiones externas indeseadas que vieran en Saldungaray una oportunidad de usufructo. A diferencia de lo que ocurría en otras localidades8 , los actores locales se resistían a emular un modelo de turismo masivo con capitales externos, así como discutían la propuesta de un modelo centralizado por el Estado y sus funcionarios, haciendo valer su marcada idiosincrasia localista.

Esta idiosincrasia marcó, en contraste con lo acontecido en otras localidades, una tendencia a la mayor participación de los habitantes, sobre todo en la selección del patrimonio a activar. Priorizar la historia del Fortín Pavón, en gran medida, implicó ponderar una versión histórica del pueblo, en lugar de otra posible e identificada previamente por el Estado, focalizada en el patrimonio arquitectónico de Salamone, y su vinculación con el período conservador de la historia nacional.

Figura 7

Centro de Interpretación de la Obra Salamone

 7

No obstante, y tras un proceso de revalorización autogestiva y autofinanciada del Fortín Pavón, se construyó a su lado, por iniciativa gubernamental, un predio turístico que ATUCOS lograría administrar. Allí mismo, en 2013, la municipalidad recibió fondos para restaurar obras de Salamone y construir el Centro de Interpretación (Figura 7) dedicado al arquitecto, uno de los existentes además de los de Azul y Laprida. Esta obra se sumó a la revitalización de espacios turísticos como el cementerio y el matadero municipal, y fue clave en la estrategia promocional del lugar, siendo algunas de estas obras íconos en folleterías y publicidades. Esto implicó, un espacio de reconocimiento y contacto entre los propios habitantes y las obras, que favoreció cierta apropiación de una versión patrimonial hasta entonces sólo ligada con la agenda del programa.

Lo que en un primer momento surgía como conflicto entre posibles referencias identitarias, derivó en un proceso de integración a partir de observar, en el testimonio de algunos de los actores locales, la utilidad que la obra Salamone tenía para el turismo. Esta integración se sublimó ante un sentido de apropiación y pertenencia localista que se fortalecería: «Saldungaray, su gente y su estilo de vida como patrimonio» 9 . La presencia y el relato local de los habitantes a través de ATUCOS adquiría protagonismo conforme transcurría la intervención del programa.

Entre 2013 y 2015, se impulsaron proyectos de promoción y colaboración con localidades vecinas, destacando los «Caminos de Salamone», y la participación de miembros de ATUCOS, y de otras de las instituciones del lugar, en folletería, publicidades y asistencia a eventos como la Feria Internacional de Turismo. Tras el cambio de administraciones gubernamentales en 2015, la presencia de funcionarios provinciales disminuyó, y ATUCOS asumió un rol clave en la gestión turística local.

La etapa siguiente estuvo marcada por tensiones y conflictos entre la asociación local, junto con otras instituciones del lugar que nucleaba para la actividad turística, con las nuevas gestiones municipal y provincial. Las disputas tuvieron que ver, en particular, con conservar la administración del Centro de Interpretación y del Fortín Pavón, con dar continuidad a los procesos de restauración patrimonial y, principalmente, con seguir incidiendo en las tomas de decisiones, por ejemplo, al evitar que se instale una terminal de ómnibus en el predio turístico, y al preservar un acuerdo implícito con la gestión anterior que sostenía la obligatoriedad de los nuevos emprendimientos de pertenecer a residentes o, en el caso de posibles inversores externos, ofrecer trabajo a los saldungareyenses.

Tras un nuevo cambio gubernamental en 2019, y con un apoyo renovado por parte de la administración provincial, ATUCOS logró conseguir personería jurídica como asociación civil, y acceder a nuevas herramientas de financiamiento, promoción y publicidad. Los años siguientes a la pandemia de 2020 implicaron un proceso de reactivación turística, como en toda la Provincia. Hacia 2021 ATUCOS cumpliría una década en actividad. Sin una fecha de cese oficial, el Programa Pueblos Turísticos sería descontinuado hacia 2023, al priorizar la cartera turística provincial otras políticas, como el programa Recreo 10.

Desde entonces, es la propia organización local la que administra turísticamente el lugar, en una relación más o menos asociativa con las distintas gestiones del Estado municipal. Fue entre los propios actores locales que surgió una postulación, mediante la cartera turística nacional, la cual llegó hasta el área de Turismo de la Organización de las Naciones Unidas y en 2024, Saldungaray fue admitido como pueblo partícipe del certamen Best Tourism Villages 2024, logrando participar en las instancias finales de la competición 11.

b-      Desarrollo económico e infraestructural, la visión del Estado provincial

El programa es ambicioso en cuanto a los resultados que pretende en términos de desarrollo local. Si se revisa su documento de presentación, así como en el relevamiento a funcionarios de orden provincial, se estima la creación de emprendimientos, la revalorización del territorio, la restauración o creación de obras, y la generación de puestos de trabajo, mercado e ingresos para los habitantes del lugar. Se reconoce que, en gran medida, lo que el Estado provincial supone como «desarrollo local» se vincula con indicadores infraestructurales y económicos.

No obstante, lo primero que debe decirse en este sentido es que la SECTUR, al menos para el Programa Pueblos Turísticos, no dispone de mecanismos de monitoreo y evaluación específicos y cuantitativos. Lo segundo y en relación con lo anterior, es que las apreciaciones sobre el desarrollo económico e infraestructural en Saldungaray son variables. Lo tercero es que, en gran medida, las obras y demás cuestiones que requirieron fondos fueron obtenidas con recursos ajenos al programa. Como indicadores de desarrollo económico e infraestructural, se recuperan los siguientes:

A)     La recuperación y/o restauración de lugares reconocidos como patrimonios locales: en términos infraestructurales, el indicador más contundente pudiera ser la restauración del conjunto de las obras Salamone y del Fortín Pavón. Sin embargo, esta restauración dependió casi enteramente de los habitantes (principalmente nucleados en ATUCOS), con fondos obtenidos de la Municipalidad o, en su defecto, con ingresos generados de manera autogestiva por actividad turística, como es el caso de las visitas guiadas al Fortín, o la venta de productos en el predio turístico.

Figura 8
Reconocimiento al Centro Salamone

8

·         Nota. Imágenes extraídas de los canales de comunicación oficiales del área de Turismo del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.

 

B)      La construcción de infraestructura turística: sin duda, este ítem favoreció el proceso de turistificación, facilitando el desarrollo de actividades turísticas que permitieran puestos de trabajo o ingresos más o menos formales. Destacan:

        Creación de la Oficina de Informes Turísticos (2012) bajo la órbita municipal y con fondos locales.

        Creación del Centro de Interpretación de la Obra Salamone (2013) (Figura 8) en el ámbito del gobierno provincial y con fines turísticos, a través de fondos del Banco Provincia de Buenos Aires.

        Finalización de un tramo de la ruta 72 —avenida Corrales en el interior del pueblo— (2016) por gestión del por entonces exintendente Gustavo Trankels, que pasó a ocupar un cargo directivo en el organismo Vialidad Nacional, de donde salieron los fondos.

Sin embargo, no es del todo correcto decir que estas obras hayan surgido como consecuencias previstas de la intervención del programa.

C)      La creación y expansión de emprendimientos orientados a generar puestos de trabajo: este ha sido uno de los principales objetivos de los funcionarios del Programa Pueblos Turísticos. No obstante, la mayor parte de los testimonios sugieren que la creación de puestos de trabajo ha sido más bien esporádica y en casos particulares. Si bien la gestión municipal y la organización ATUCOS promovieron formas de trabajo colectivo, se ha evidenciado, en su mayoría, un mercado laboral precarizado y dependiente de estrategias puntuales. Entre ellas sobresalen:

        Alojamientos y servicios gastronómicos, durante todo el proceso y por iniciativa privada, con la condición de que fueran residentes quienes los crearan, o que contrataran habitantes del lugar.

        Artesanos, ATUCOS dispuso en el Centro de Interpretación Salamone un espacio para la comercialización de artesanías de los habitantes del lugar. También hubo oportunidad de que los emprendedores del lugar llevaran sus productos a las ferias de turismo.

        Cooperativas, quizás la experiencia con mayor y mejor organización social en relación con el empleo. Destacan una panificadora y una productora de conservas que ocuparon el espacio del mercado restaurado de la obra Salamone.

        Guiado turístico, un tipo de trabajo informal que algunos habitantes, disponiendo ya de otras fuentes de ingresos, practicaron como complemento.

D)     El aumento de visitas por el proceso turístico orientado desde el Programa Pueblos Turísticos: este es un punto sin estadísticas oficiales. Intuitivamente, todos los consultados coinciden en un aumento considerable de visitantes. Según Delia Gómez, encargada del Centro de Información Turística, hubo un aumento sostenido en el registro de visitantes durante todo el proceso.

c- Desarrollo social y cultural, lo reconocido entre los habitantes

Figura 9

Logo de ATUCOS

9

Nota. Imagen extraída de los canales de comunicación oficiales de ATUCOS.

 

Al consultar principalmente a las fuentes del lugar, ya fueran habitantes en general, representantes de instituciones o funcionarios municipales, existe una tendencia a valorar y ponderar cierta revalorización cultural y patrimonial, así como la propia organización social, en detrimento de indicadores de desarrollo económico o beneficios turísticos concretos. En los términos de una sociología clásica, se identificó un incremento del capital cultural y social entre los actores locales, más que un enriquecimiento económico. Como indicadores, deben destacarse:

A)     La creación de ATUCOS (Figura 9) y su injerencia en la gestión turística local: esta forma de organización fue estratégica para garantizar la participación de los locales en la intervención del programa, y también para canalizar demandas y necesidades del pueblo, y asociarse con el Estado en su resolución. A la vez, por lo general operó en representación de otras instituciones del lugar, o participó activamente en la moderación de conflictos y la promoción de consensos, ante la inexorable diversidad de apreciaciones locales sobre todo el proceso.

Cabe decir que El Programa Pueblos Turísticos promovió este tipo de organizaciones en la mayor parte de las localidades intervenidas. No obstante, cierta idiosincrasia localista que se impuso en momentos clave, y la capacidad de reunir trayectorias colectivas y particulares previas vinculadas con el turismo, hizo de esta organización un caso de estudio interesante que, incluso, permitió indagar en otros debates sobre turismo comunitario y gestión participativa que siguen a este trabajo.

B) El fortalecimiento e institucionalización de la participación local en los procesos de patrimonialización: ATUCOS, y muchos de sus miembros, fueron los protagonistas del proceso de patrimonialización, ya que de sus iniciativas surgieron, por ejemplo, las declaratorias de sitio histórico y la restauración del Fortín Pavón, así como de las obras de Salomone. Es por medio de estos procesos que se verifica algo de lo que el Programa Pueblos Turísticos esboza como «comunidad local y beneficio comunitario».

C) Redefinición de lo comunitario: durante el proceso se fortalecieron o crearon instituciones locales, como ATUCOS, y surgieron nuevos emprendimientos con una marcada impronta local. Estas formas de organización cuestionaron la visión del Programa Pueblos Turísticos sobre lo «comunitario» como participación homogénea y sin conflicto. En cambio, lo comunitario se conviertió en una estrategia de los habitantes para disputar modelos de turismo masivo o centralizados, resignificando los lineamientos de la SECTUR.

D) La conformación de una versión identitaria local para el turismo: lo que en términos de Prats (1998) figuraría como «un nosotros para los otros». El aspecto sociocultural más sobresaliente es el arraigo que gran parte de los pobladores expresan sobre el lugar y que transmiten. El Programa Pueblos Turísticos ha propiciado un escenario ideal para la revalorización local, incluyendo complejos procesos de activación patrimonial para su promoción turística. La oferta del pueblo está claramente anclada en su identidad, sus modos de vida y sus referencias históricas, en contraste con localidades más turísticamente cosmopolitas, como la vecina Sierra de la Ventana. Es en gran medida sobre este capital cultural y social, de alguna forma identitario, que iniciativas como Best Tourism Villages pudieron desarrollarse, y desde donde se ha reconocido el desarrollo de la localidad.

Discusiones

a-      Sobre la activación turística del patrimonio como recurso

El Programa Pueblos Turísticos refleja el carácter interventor del Estado provincial en la patrimonialización y el desarrollo turístico de la región, conforme lo han analizado los autores evocados. El diseño del programa asume que las comunidades locales no reconocen completamente el potencial de su patrimonio, y los técnicos y funcionarios de la SECTUR son los encargados de identificar, promover y promocionar estos recursos (Figura 10). En la etapa inicial, denominada «relevar», se busca diagnosticar el potencial turístico de los elementos patrimoniales locales, con equipos técnicos especializados en la materia. Sin embargo, este proceso generó tensiones, ya que los habitantes de Saldungaray no siempre coincidían con los criterios del Programa Pueblos Turísticos sobre qué constituye un recurso patrimonial, y cómo activarlo. Esto se verifica en la dinámica de las capacitaciones dentro de la etapa 2, en la elección de los proyectos de la etapa 3, y en las estrategias e imágenes que se visibilizan en la etapa 4.

Figura 10

Folleto oficial de la SECTUR sobre Saldungaray


 10

Nota. Imagen extraída de los canales de comunicación oficiales del área de Turismo del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.

 

Un ejemplo claro es la obra de Salamone que, aunque considerada un atractivo turístico clave por los funcionarios (atento a un circuito turístico que se encontraba en desarrollo), no era ampliamente valorada por los residentes locales antes de la intervención. La intervención estatal en la patrimonialización de estas obras reflejó una versión hegemónica del patrimonio, impulsada por el Estado provincial, en la que se priorizaron elementos asociados a la historia oficial y la política del siglo XIX y XX. Estos elementos fueron promovidos como parte de una narrativa identitaria12 que obviaba otras historias locales, como las de los pueblos originarios principalmente reflejada en el Fortín Pavón, monumento que revestía mayor interés entre los habitantes.

Pese a las tensiones iniciales, se desarrolló un proceso de patrimonialización que permitió a los residentes activar distintas versiones identitarias, a la vez que reconocer y valorar otras posibles, en tanto recursos turísticos. En relación con el patrimonio Salamone, tuvo como objetivo generar conciencia sobre la importancia de las obras, facilitando cierta apropiación local e integración en el circuito turístico. Con la participación de ATUCOS como asociación intermediaria entre las comunidades y el Estado, se desarrollaron instancias de validación y exposición de algunos de estos elementos, siempre que reforzaran la narrativa de «idiosincrasia local».

El Programa Pueblos Turísticos, por tanto, refleja un modelo en el que el Estado, a través de discursos autorizados de técnicos y funcionarios, decide qué constituye el patrimonio y cómo debe ser promovido, mientras que la participación local pudiera resultar secundaria y, en muchos casos, condicionada a la aceptación de la narrativa y los intereses turísticos impuestos. Sin embargo, a medida que avanzó el proceso en Saldungaray, los residentes comenzaron a resignificar el patrimonio, lo que permitió cierta integración de los intereses locales en la estrategia turística.

b-      Sobre el desarrollo en sus distintas variables a partir de la activación turística

El Programa se fundamenta sobre una retórica desarrollista reflejada, por ejemplo, en la Ley de Promoción de Pequeñas Localidades (2004), cuyo objetivo es revitalizar pueblos rurales afectados por la desindustrialización, el cierre de ferrocarriles y la sojización. A la vez, promueve el turismo comunitario como forma de gestión, buscando la preservación de la identidad local y el fortalecimiento de los lazos comunitarios. Aunque en teoría el Programa tiene un enfoque integral que combina el desarrollo económico con el cultural, en la práctica se evidencian tensiones y diferencias en cómo se interpretan estos objetivos.

En la reflexión sobre el desarrollo local durante la intervención del Programa Pueblos Turísticos, se identificó una tendencia a dos enfoques diferentes, según los actores involucrados. Los funcionarios provinciales y municipales, generalmente, enfatizaron el desarrollo desde una perspectiva económica vinculada con sus agendas de gobierno, destacando la generación de empleo y recursos a través del turismo, aunque sin ofrecer mediciones reales. Por otro lado, una significativa proporción de los actores locales, principalmente través de la organización ATUCOS, señalaron una mayor relevancia sobre aspectos sociales y culturales.

Los testimonios de funcionarios provinciales y municipales muestran una valoración diversa del Programa Pueblos Turísticos en Saldungaray, en particular en términos de su impacto económico y social. Algunos funcionarios subrayan el éxito del programa en la activación de nuevos mercados y el impulso económico mediante el turismo, mencionando la aparición de nuevos emprendimientos como hoteles y una bodega, y la participación de los habitantes en ferias turísticas. Sin embargo, otros son más cautelosos, al reconocer transformaciones materiales, pero subrayan que el empleo sigue siendo un desafío. Aunque hubo desacuerdos entre los funcionarios de diferentes gestiones políticas, coincidieron, sobre todo, en la importancia de la integración social y cultural dentro del modelo de desarrollo, señalando cómo el programa promovió la identidad local y la organización comunitaria. Algunos funcionarios municipales mencionaron la significación de la participación de los residentes locales, principalmente a través de la organización ATUCOS, para asegurar la continuidad del programa más allá de los cambios políticos.

Por otra parte, el análisis de los actores locales, especialmente los miembros de ATUCOS en Saldungaray, muestra una visión del desarrollo fundamentalmente centrada en lo social y cultural, en contraste con las premisas mercantilistas expuestas inicialmente por la Secretaría de Turismo. ATUCOS surgió como una respuesta organizacional que pujó por un turismo con énfasis en la participación local y la activación del patrimonio reconocido por los habitantes. Algunos testimonios resaltan cómo el programa favoreció procesos de patrimonialización, aunque también reconocen tensiones entre las versiones identitarias a promover, y limitaciones como la falta financiamiento e infraestructura básica.

Al integrar los testimonios con lo observado durante proceso, se reconocen dos versiones de desarrollo en juego: una, centrada en el crecimiento económico a través del turismo, apoyada por el Estado, y otra, enfocada en el fortalecimiento social y cultural, promovida por los actores locales, que valoran la autonomía y la participación en la gestión turística. Es esta autonomía la que le valió continuidad a los residentes involucrados, y que le permitió al pueblo trascender las capacidades y limitaciones del Estado provincial.

 

Figura 11

Noticia de la televisión pública argentina sobre Saldungaray en Best Tourism Villages

11


Nota. Imagen extraída de los canales de comunicación oficiales de la Televisión Pública Argentina.

 

Hace ya algunos años, y ante el evidente cese de actividades por parte del programa, las distintas organizaciones locales en Saldungaray han desarrollado un esquema de gestión asociativo con el Estado local, aunque en gran medida autónomo en lo que refiere a planificación y promoción del lugar. En ese contexto es que, por iniciativa de los habitantes, aunque mediado por el Estado nacional, el pueblo ha decidido mostrar parte de su relato identitario construido desde el Programa Pueblos Turísticos en el certamen internacional Best Tourism Villages13, (Figura 11) organizado por la ONU. Es que, si se analizan las premisas iniciales del programa, ¿en el marco de cuál de los objetivos de desarrollo previstos se encuadraría este hito? Sin duda, surge esta observación como una consecuencia imprevista de la movilización local.

En este punto, los resultados empíricos del trabajo permiten sostener que la intervención, a pesar de promover la participación local, muestra en un primer momento la centralidad de los funcionarios de la SECTUR en los procesos de activación y desarrollo turístico, desde un rol de agentes del Estado promotor. Sin embargo, el modelo de turismo comunitario del Programa Pueblos Turísticos implica grados variables de participación de los residentes, dependiendo de las fases del programa. La investigación revela que ATUCOS logró cierta legitimidad que le permitió, a partir del capital simbólico adquirido, articular la participación local con actores externos. Es a través de ese rol asociativo que Saldungaray trascendió las propias capacidades del programa, logrando el reconocimiento de su idiosincrasia local más allá de lo previsto por la política provincial.

 

4.       Conclusiones

El desarrollo turístico en localidades del interior bonaerense, como en el caso de Saldungaray, se caracteriza por una intervención estatal que busca revalorizar territorios mediante la promoción de su patrimonio como un recurso o atractivo con valor identitario. La política implementada a través del Programa Pueblos Turísticos se alinea con lineamientos internacionales impulsados por organismos como UNESCO, ICOMOS y OMT, los cuales abogan por el patrimonio como un motor de desarrollo local. En este sentido, el Estado provincial, en colaboración con los municipios, impulsa una versión identitaria de la historia local que pone en valor monumentos, elementos históricos y religiosos de pequeños pueblos, con el fin de atraer turistas en busca de una alternativa a los destinos masivos. Sin embargo, este proceso centralizado en parámetros y expectativas de la Secretaría de Turismo ha manifestado distintos resultados en diversidad de localidades, además de tensiones respecto a la participación en los supuestos beneficios por parte de los actores locales, ya que las decisiones clave y los recursos técnicos y financieros provienen de actores externos al pueblo, aunque se fomente la participación de los habitantes en la gestión.

La noción de «comunitario» en los fundamentos turísticos del Programa Pueblos Turísticos se construye bajo la premisa de una comunidad cohesionada, cuya participación se instrumentaría a través de la creación de organizaciones locales como la Asociación de Turismo Comunitario de Saldungaray (ATUCOS). Esta organización actúa como intermediaria entre los habitantes e instituciones locales y los funcionarios, canalizando demandas y necesidades hacia el Estado. Sin embargo, la noción de comunidad como una unidad homogénea oculta las diversas voces y opiniones que pueden existir dentro del pueblo. El proceso de participación es complejo ya que, aunque hay un esfuerzo por incluir a los habitantes en el diseño y la gestión de los proyectos turísticos, no todos los residentes se sienten identificados con los objetivos del Programa Pueblos Turísticos. No obstante, la creación de espacios de participación formalizados por ATUCOS en Saldungaray permitió cierto grado de cohesión social y legitimidad en el lugar, y ante el Estado local y provincial, que favoreció cierta apropiación del programa, cuya intervención resultó más asociativa que en otras localidades.

En cuanto al impacto del proyecto sobre el desarrollo local, el Programa Pueblos Turísticos parece haber generado una nueva valorización del patrimonio y un fortalecimiento de la identidad local, pero la evaluación sobre los beneficios económicos es ambigua y carente de mediciones. Por un lado, algunos funcionarios y técnicos del Estado subrayan los logros en términos de infraestructura, organización institucional y creación de empleos vinculados al turismo, mientras que los habitantes locales, aunque reconocen estos avances, valoran más los aspectos sociales y culturales del programa. En este contexto, los conflictos que surgen están más relacionados con las expectativas de desarrollo que con el uso del patrimonio en sí. Aunque el proceso fue en su mayoría aceptado, algunos residentes no comparten la visión del turismo como una vía viable para el futuro, en especial, debido al temor de que el turismo masivo pueda alterar su estilo de vida.

A pesar de las tensiones, el éxito del Programa parece radicar en su capacidad de incentivar la revalorización de los pueblos con sus particularidades, así como promover formas asociativas de participación local, como ATUCOS. A la vez, lo interesante de este caso, en particular, involucra cómo esta forma de organización emergente, y su puja por la visión patrimonial y de desarrollo en el lugar, movilizó a un pueblo desatendido por el mercado turístico local, se fortaleció identitariamente, y desde allí se ofreció al turismo. La trascendencia que implica el reciente reconocimiento internacional por parte de la ONU da cuenta, en parte, de estilo.

 

Conflicto de intereses

El autor declara no tener ningún conflicto de interés que involucre, de forma alguna, la elaboración y publicación de este trabajo. Cabe aclarar que el autor no recibe financiamiento alguno por este envío, ni se encuentra en etapa de evaluación por otra revista.

Responsabilidad ética

La realización de este trabajo de investigación es enteramente del autor, quien además declara resguardar fidelidad en relación con la información obtenida durante su trabajo de campo. Por otra parte, se preservan la identidad de las fuentes primarias. El tratamiento de estas, así como de otro tipo de fuentes documentales y afines, se encuadra en las normas éticas características de este tipo de trabajo. Todas las referencias han sido debidamente citadas.

Contribución de autoría

Quien suscribe a la publicación de este artículo es su único autor, así como del trabajo de investigación llevado a cabo.

Se aclara que el autor no ha recibido financiamiento específico para la publicación de este artículo, cuyo trabajo de investigación se enmarca en su proceso de formación doctoral.

Financiamiento

El autor no ha recibido financiamiento específico para la publicación de este artículo, cuyo trabajo de investigación se enmarca en su proceso de formación doctoral.

 

Referencias

Barrera, E. (2006). Turismo rural: nueva ruralidad y empleo rural no agrícola. CINTERFOR / OIT. https://www.oitcinterfor.org/node/6179

Bertoncello, R. (2017). Prólogo. En A. Pinassi, Patrimonio cultural, turismo y recreación. El espacio vivido de los bahienses desde una perspectiva geográfica, (pp. 10-16). Ediuns.

Bonanno, F. A. (2021). Activación turística del patrimonio para el desarrollo local: El caso Saldungaray en el Programa Pueblos Turísticos [Tesis de licenciatura, Universidad de Buenos Aires]. Repositorio de Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. http://repositorio.filo.uba.ar/handle/filodigital/13787

Bonanno, F. A. (2023). Comunidades y turismo comunitario: Modalidades participativas y actores emergentes en el Programa Pueblos Turísticos de la Provincia de Buenos Aires (2008-2020) [Tesis de licenciatura, Universidad de Buenos Aires]. Repositorio Digital Institucional Facultad de Ciencias Sociales-UBA. https://repositorio.sociales.uba.ar/items/show/4157

Cáceres, C., & Troncoso, C. A. (2015). Turismo comunitario y nuevos atractivos en los Valles Calchaquíes Salteños: El caso de la Red de Turismo Campesino. Revista Huellas, 19, 73-92. https://cerac.unlpam.edu.ar/index.php/huellas/article/view/1008

Florescano, E. (1993). El patrimonio cultural y la política de la cultura. En E. Florescano (Comp.), El patrimonio cultural de México, (pp. 7-23). Fondo de Cultura Económica.

Maldonado, C. (2006). Turismo y comunidades indígenas: impactos, pautas para autoevaluación y códigos de conducta. Serie Red de Turismo sostenible Comunitario para América, Latina. (SEED: Documento de trabajo n.o 79). Organización Internacional del Trabajo. https://www.ilo.org/es/publications/turismo-y-comunidades-indigenas-impactos-pautas-para-autoevaluacion-y

Mancini, C., & Pérez, C. (2021). El patrimonio cultural en tiempos de turismo comunitario: Relecturas, tensiones y reformulaciones. Revista de Turismo e Identidad, 2(2), 67-98. https://revistas.uncu.edu.ar/ojs3/index.php/turismoeindentidad/article/view/5482

Mantecón, A. R. (1998). Patrimonio. Estudios contemporáneos (Presentación). Alteridades, 8(16), 3-9. https://alteridades.izt.uam.mx/index.php/Alte/issue/view/35

Molina, S. (2000). El posturismo de los centros turísticos industriales a las ludópolis. Tesis económicas profesionales. https://psicologiayturismo.blogspot.com/2020/03/el-posturismo.html

Pérez, C. (2014). La Provincia de Buenos Aires (Argentina): De un espacio a un territorio turístico. Revista Turismo - Visão e Ação, 16(3), 544-572.  https://periodicos.univali.br/index.php/rtva/article/view/7741

Pérez, C. (2020). Los procesos de patrimonialización en la re-configuración de la idea de nación: La Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos (Argentina). Revista de Geografía Norte Grande, 75, 61-81. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-34022020000100061

Pérez, C., & Mancini, C. E. (2022). Las políticas públicas de turismo comunitario en Argentina. Revista Huellas, 26(2). https://doi.org/10.19137/huellas-2022-2620

Pérez, C., & Troncoso, C. (2019). La imagen turística del campo pampeano bonaerense (Argentina) desde la promoción oficial. Cuadernos de Antropología Social, 50, 85-106. https://doi.org/10.34096/cas.i50.5341

Pinassi, A., & Bertoncello, R. (2023). Aportes a la conceptualización del patrimonio comunitario y las comunidades patrimoniales desde una perspectiva territorial. PatryTer - Revista Latinoamericana e Caribenha de Geografia e Humanidades, 6(11). https://doi.org/10.26512/patryter.v6i11.47575

Prats, L. (1997). Antropología y patrimonio. Ariel.

Prats, L. (1998). El concepto de patrimonio cultural. Política y Sociedad, 27, 63-76.

Prats, L. (2003). Patrimonio + turismo = ¿Desarrollo? Pasos: Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 1(2), 127-136. https://www.pasosonline.org/Publicados/1203/PS000603.pdf

Schenkel, E., & Almeida, F. (2015). La política turística y la intervención del Estado. El caso de Argentina. Perfiles latinoamericanos, 23(46), 197-221.

Velázquez, F. (2018). La valorización turística del campo. En H. Castro & M. Arseno. Lo rural en redefinición. Aproximaciones y estrategias desde la geografía (pp. 253-279). Biblos.  http://www.geografiayturismo.uns.edu.ar/uploads/cursos/Programa_curso_posgrado_PCN_en_el_Espacio_Rural.pdf

Viola, A. (2000). La crisis del desarrollismo y el surgimiento de la Antropología del Desarrollo. En Antropología del desarrollo. Teorías y estudios etnográficos en América Latina, (pp. 9-64). Biblos.


 
Recibido: 03/02/2025

Aceptado: 2/05/2025

Revisado por pares anónimos


 

Datos de autor

Flavio Adrián Bonanno

Centro de Investigaciones en Turismo, Universidad Provincial de Ezeiza, Buenos Aires, Argentina

Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Actualmente, es profesor asociado de la Universidad Provincial de Ezeiza, Argentina.

ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9776-4781

E-mail: bonannofa@gmail.com

 

© Los autores. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional (CC - BY 4.0).


12



--------------------------------------------------

[1] Best Tourims Villages es un certamen organizado por la Organización de las Naciones Unidas para el Turismo (ONU Turismo), que escoge anualmente pueblos destacados por su oferta turística en todo el mundo. Saldungaray fue finalista en la edición 2024 (Fuente: argentina.gob.ar https://www.argentina.gob.ar/noticias/saldungaray-recibio-su-certificado-de-finalista-en-best-tourism-villages).

2 Identificado en una exploración previa, al contrastar los resultados de esta intervención con otras dentro del mismo programa. Estos contrastes, así como la exploración previa, se hallan descritos con extensión en otro trabajo del autor (Bonanno, 2023).

3 Muchas veces sin especificar de qué forma ocurriría y qué actores específicos de la supuesta comunidad (o actores comunitarios) se beneficiarían, asunto que es discutido en otra publicación del autor (Bonanno, 2023).

4 Durante la gestión de Ignacio Crotto como secretario de Turismo de la Provincia de Buenos Aires, y Daniel Scioli como gobernador.

5 Poblaciones con menos de 2000 habitantes, según la definición del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) de la República Argentina.

6 Disponibles en un documento presentación que se encuentra citado y anexado en uno de los trabajos del autor (Bonanno, 2021). Tras una reestructuración del sitio web de la ex Secretaría de Turismo, ya no se encuentra disponible en línea.

7 Entre ellos las mencionadas «patrullas blancas», y una oficina vecinalista de turismo que funcionó en la Sociedad de Fomento local, hasta 2011, ambas bajo responsabilidad de la historiadora y bibliotecaria local «Chichita» Torelli.

8 Se ha trabajado comparativamente en otra de las publicaciones del autor (Bonanno, 2023), verificándose contrastes con localidades como Carlos Keen y Uribelarrea, en que los procesos adquirieron otras formas.

9 Así textual, surge del testimonio de uno de los referentes locales entrevistados.

10 Subprograma perteneciente al Programa de Reactivación Turística de la Provincia de Buenos Aires (2021 - actualidad), que consta de estrategias promocionales en medios digitales, y stands ubicados en distintos puntos vacacionales de la región (https://recreo.gba.gob.ar/).

11 Por lo que recibió un reconocimiento en septiembre de 2024, pese a no recibir la declaratoria finalmente.

[12] Pérez y Troncoso (2019) y Pérez y Mancini (2021) indagan en profundidad el proceso de patrimonialización y turistificación de la Provincia de Buenos Aires durante los últimos veinte años, y cómo se ha consagrado un imaginario bastante homogéneo (pese a los intereses de diversificar la actividad) que acredita relatos de la historia oficial, y mitos vinculados con la ruralidad pampeana.

[13] Se identifican hoy, también, nuevas estrategias de promoción en medios digitales. Por ejemplo: https://www.instagram.com/atucos.saldungaray/