Activación patrimonial y desarrollo turístico en
Saldungaray, Provincia de Buenos Aires: de «Pueblo Turístico» a «Best Tourism Villages» (ONU)
Heritage activation and tourism development in Saldungaray, Province of Buenos Aires: From «Tourist Village» to «Best Tourism
Villages» (ONU)
https://doi.org/10.24265/turpatrim.2025.n24.03
Flavio Adrián Bonanno
Centro de Investigaciones en Turismo,
Universidad Provincial de Ezeiza, Buenos Aires, Argentina
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9776-4781
E-mail: bonannofa@gmail.com
Resumen:
Este
artículo examina el proceso de activación patrimonial en Saldungaray (Provincia
de Buenos Aires, Argentina), ocurrido en el contexto del programa público «Pueblos Turísticos» (2008-2023),
orientado al desarrollo de la actividad en áreas no urbanas de la región. El
estudio analizó cómo la recuperación y exposición de elementos patrimoniales movilizó
formas emergentes de organización social, y cómo estas trazaron asociaciones
estratégicas para hacer, de un paraje marginado por la industria, un destino en
desarrollo considerado por la ONU en el certamen «Best Tourism Villages». El aporte empírico del trabajo consiste en la caracterización
del proceso de activación patrimonial, y de las formas en que ciertos actores
locales reinterpretan la noción de desarrollo y los objetivos propuestos por el
Programa, subordinando las premisas del Estado como planificador-promotor a una
visión legitimada localmente. De esta visión, se estima como consecuencia la
trascendencia del Programa que la localidad obtuvo en el reconocimiento
internacional.
Palabras clave: patrimonio,
activación turística, desarrollo local, Pueblos turísticos, Saldungaray.
Abstract:
This article examines the process of heritage activation in Saldungaray (Buenos Aires Province, Argentina), which took
place within the framework of the public program Pueblos Turísticos (2008–2023), aimed at promoting tourism
development in non-urban areas of the region. The study analyses how the
recovery and display of heritage elements mobilised emerging
forms of social organisation and how these forged
strategic alliances to transform a locality marginalised
by industry into a developing destination recognised by
the UN in the «Best Tourism Villages» competition. The empirical
contribution of this work lies in the characterisation
of the heritage activation process and in the ways certain local actors
reinterpret the notion of development and the objectives proposed by the
program, subordinating the State's planner-promoter premises to a locally legitimised vision. From this perspective, the town’s
international recognition is seen as a consequence that transcends the program's
original scope.
Keywords: heritage,
tourist activation, local development, Pueblos Turísticos, Saldungaray
1. Introducción
A través
de este artículo, se exponen los resultados y discusiones que se desprendieron
de una investigación realizada sobre un proceso de activación patrimonial en la
localidad bonaerense de Saldungaray, sudoeste de la Provincia de Buenos Aires,
motivo de su integración en el Programa Público Pueblos Turísticos. Además de
tratarse de un análisis exhaustivo sobre un proceso puntual en el marco de una
política existente, el trabajo adquiere notoriedad tras aceptar la postulación
del pueblo al certamen Best Tourism Villages 20241,
organizado por la Organización de Naciones Unidas (ONU). En gran medida, el
propósito subyacente de esta publicación se vincula con exponer la compleja
historia de turistificación del lugar, antes de su
reconocimiento internacional.
En el
contexto de los estudios sobre activación patrimonial, desarrollo turístico de
entornos rurales o no urbanos y desarrollo local, este trabajo indaga
críticamente sobre las premisas de desarrollo económico e de infraestructura
del Estado promotor del turismo, para analizar otros tipos de desarrollo como
el cultural y el social, que en el caso aquí abordado es reconocido y ponderado
por los actores locales. ¿Cómo son recibidas y resignificadas las políticas de
desarrollo y promoción turística en las localidades? ¿Qué sucede cuando las
miradas e intereses, respecto de la activación patrimonial, son distintas entre
Estado y actores locales? ¿Qué otras formas de desarrollo y reconocimiento movilizan
expectativas en este tipo de entornos, más allá de las típicas premisas acerca
de infraestructura y beneficios económicos de la actividad turística?
Estas
cuestiones se abordaron con un caso modélico2:
la intervención de «Pueblos
turísticos» en
Saldungaray. La institucionalización de formas de organización social
emergentes, la puesta en valor del patrimonio y las relaciones asociativas,
aunque conflictivas, entre comunidades y Estado, dan cuenta de resultados imprevistos,
aunque legitimados por los habitantes, que movilizaron otras formas de turismo
más allá de las supuestas por la política pública, las cuales trascendieron la
intervención particular del programa y le valieron al lugar una mirada global.
Objetivo
Analizar las
relaciones entre activación turística del patrimonio y formas de desarrollo
local en la localidad de Saldungaray (Provincia de Buenos Aires), en el marco
del Programa Pueblos Turísticos, indagando en sus diversos reconocimientos.
Marco teórico
Para este trabajo fue relevante el concepto de
patrimonio como elemento significativo que posibilita la configuración de
versiones identitarias —nacionales o locales—, a partir del valor simbólico que
ciertos actores sociales le otorgan, y su capacidad de representación para los
mismos (Prats, 1997. Interesa particularmente la manera en que Llorenc Prats (1998) lo identifica como un artificio ideado
colectivamente, e históricamente cambiante, afirmándolo como una construcción
social que alberga tanto intereses como tensiones, y que funciona como
referente identitario: aquello que
identifica.
Específicamente, el análisis tomó la propuesta
de Prats (1997, 2003), entre otros autores (Florescano, 1993; Mantecóon,
1998), cuando introduce el doble carácter del patrimonio reconociendo su valor como
recurso, cuyos usos y funciones pudieran coexistir simultáneamente. Por esto
mismo, además de abordarse el proceso de patrimonialización,
por el cual se construye, se considera el proceso de activación patrimonial
(Prats, 1997, 1998) que lo expone en relación con algún tipo de utilidad social.
Esta activación se verifica, principalmente, en la actividad turística.
Literatura más reciente sugiere que este proceso
no es necesariamente armónico, y que vela relaciones de poder posiblemente
conflictivas en lo que se considera patrimonio, y en lo que decide activarse.
En consecuencia, debe contemplarse un escenario dinámico de construcción y
activación patrimonial, sobre todo en experiencias que involucren la participación
del Estado y de diversas comunidades (Mancini & Pérez, 2021; Bonanno, 2023;
Pinassi & Bertoncello,
2023).
El caso estudiado se
enmarcó en la modalidad del turismo rural, que se desarrolla en entornos
no urbanos y tiene como objetivo principal ofrecer experiencias basadas en la
naturaleza, la cultura y las tradiciones locales, impulsando la economía de
pequeñas localidades mediante la integración de actividades relacionadas con la
identidad y el patrimonio local (Prats, 2003; Pérez & Mancini, 2021;
Bonanno; 2021). Este tipo de turismo, que surge como alternativa al turismo
masivo o fordista, suele relacionarse con procesos de desarrollo local donde los
visitantes participan en actividades relacionadas con los modos de vida de sus
habitantes (Barrera, 2006; Cáceres & Troncoso, 2015; Mancini &Pérez, 2021).
En muchas ocasiones, el
turismo rural se complementa con políticas y programas públicos que incentivan
una gestión comunitaria, buscando que los beneficios socioeconómicos se
distribuyan equitativamente entre los habitantes locales, que las comunidades
se conviertan en los principales actores de la toma de decisiones sobre las
actividades turísticas y que, por lo tanto, se fomenten formas de desarrollo
local3 (Velázquez, 2018; Pérez & Mancini 2022; Bonanno, 2023). El turismo rural
comunitario, como modalidad, supone cierta integración de los habitantes no
solo en la oferta de servicios, sino también en los procesos de toma de
decisiones, asegurando que el desarrollo turístico sea sostenible y acorde con
sus intereses y valores (Maldonado, 2006; Cáceres & Troncoso, 2015; Pérez &
Mancini, 2022; Bonanno, 2023).
El Programa Pueblos
Turísticos evoca, precisamente, la modalidad rural - comunitaria como mecanismo
de integración de los actores locales donde pretende intervenir. Es por ello por
lo que, ante la ausencia de cierto tipo de capital e infraestructura
característicos del turismo de destinos masivos, los habitantes suelen poner a
disposición su patrimonio y sus formas de vida como capital cultural y social
que viabilice la actividad, regulando sus impactos y persiguiendo sus aparentes
beneficios (Pérez & Mancini, 2021; Bonanno, 2021; 2023). Este escenario,
por lo tanto, es rico empíricamente para observar las relaciones dinámicas
entre actores en el proceso de activación patrimonial, y sobre todo en la
orientación del tipo de desarrollo que se pretende.
Estado de situación
Si bien el turismo rural registra antecedentes
desde principios del siglo XX, con los grand
tour de casas rurales en Francia, o como complemento de las políticas
agrarias en España (Velázquez, 2018), su auge como se le conoce hoy se da en el
momento que Sergio Molina (2000) llama posturístico, desde los años sesenta y setenta
en adelante. Es desde entonces que se le suele apreciar como una modalidad
alternativa que emerge ante la saturación del turismo masivo y tradicional.
A la par de ese proceso, organismos
supranacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Organización Mundial del Turismo (WTO) y
el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), comienzan a producir
documentos y recomendaciones para incentivar su práctica en todo el mundo,
incorporando al patrimonio cultural y natural como recursos para el desarrollo
de la actividad, y sus consiguientes beneficios (Florescano, 1993; Viola,
2000). En Argentina, organismos como la Comisión Nacional de Monumentos, de
Lugares y Bienes Históricos (CNMLBH), así como la Comisión Provincial del
Patrimonio Cultural de la Provincia de Buenos Aires a nivel regional,
comenzaron a esbozar propuestas a fines de la década de los ochenta para
incorporar lo patrimonial dentro de la actividad turística, principalmente en
entornos rurales (Pérez, 2020).
La actividad turística a nivel
nacional se ha desarrollado históricamente a partir de la figura del Estado en
su doble rol: como planificador y como promotor a través de sus políticas (Schenkel & Almeida, 2015). La Provincia de Buenos Aires
no ha sido excepción, como sugiere Cecilia Pérez (2014 & 2020), este
derrotero histórico es tomado por distintas gestiones turísticas provinciales, desde
principios de este siglo, derivando en una serie de políticas que influenciaron
al Programa Pueblos Turísticos. Se podría hablar de un proceso de turistificación
llevado a cabo en el campo bonaerense,
a fin de diversificar y valorizar ciertos espacios del interior de la región,
ofreciendo atractivos alternativos a los lugares donde las grandes masas
vacacionaban (Pérez 2014; Velázquez, 2018; Troncoso & Pérez, 2019).
Este proceso se valió de cierta
diversificación del imaginario territorial y turístico pampeano, lo que se
identifica en la marca «Vivan las pampas», desde donde
comenzaron a diseñarse y promocionarse festividades en pueblos del interior,
así como en la ley Ley de Promoción de Pequeñas Localidades N.° 13251/04, y en la experiencia turística «Pueblos que laten», orientada al desarrollo del turismo
rural-comunitario en diversos puntos. Junto con la sanción de la Ley Nacional
de Turismo N.° 25997/04, constituyen hitos que integran
política pública, activación turística del patrimonio en entornos rurales y
objetivos de desarrollo local.
Hacia el año 2008, la cartera
turística bonaerense diseña y pone en marcha el Programa Pueblos Turísticos de
la Provincia de Buenos Aires, con el objetivo de «promover e incentivar el desarrollo de actividades y
emprendimientos turísticos sostenibles en las pequeñas localidades de la
Provincia de Buenos Aires, generando identidad, fuentes de empleo, recursos
genuinos y favoreciendo el arraigo» (Documento oficial
citado en Bonanno, 2021, p. 69). Sin embargo, en los lineamientos del Programa,
se identifican objetivos de agenda gubernamental que no necesariamente son
reconocidos y legitimados por los actores locales (Bonanno, 2021; 2023).
Este
trabajo pretende aportar conocimiento empírico al identificar modelos de
gestión relativamente asociativos, que implican decisiones no sólo en el
proceso de patrimonialización y activación, sino
también en el tipo de desarrollo que se espera por parte de las comunidades
locales. Reconociendo los aportes y discusiones hasta aquí evocadas, entre
otros posibles, se asumió un análisis en particular que expone ciertas
implicancias y consecuencias en la resignificación local de una política
turística.
2. Metodología de la investigación
referida
La metodología de la
investigación fue principalmente un estudio de caso, con matriz cualitativa.
Conforme el objetivo persigue posibles interpretaciones sobre el proceso
acontecido, se hizo énfasis en la observación etnometodológica
de su desarrollo in situ, y en el relevamiento de testimonios de actores
clave. En consecuencia, la estrategia se organizó en tres etapas: exploratoria,
trabajo de campo y sistematización de la información.
La etapa exploratoria consistió en
una exhaustiva búsqueda bibliográfica y en la recolección de diversas fuentes
secundarias, como normativas, materiales periodísticos e informes relacionados
con el Programa. Además, se estableció contacto previo con actores clave del
gobierno provincial, local y miembros de las organizaciones locales, para
anticipar y diseñar el trabajo de campo.
En la etapa de trabajo de campo,
desarrollada en cuatro estadías distribuidas entre los años 2018 y 2023, se
llevaron a cabo entrevistas semiestructuradas con funcionarios provinciales y
locales, así como con habitantes partícipes de la intervención en la localidad,
mayormente referentes de instituciones y organizaciones formalizadas o no. Las
entrevistas abordaron como ejes la intervención, el proceso de activación
patrimonial y la evaluación conjunta de impactos y resultados, y se diseñaron
en tres grupos, siendo entrevistadas un total de once actores clave: estos
fueron fuentes primarias.
Esto se complementó con observación
de las etapas de intervención de la política en curso (excepto la
primera), que permitió registrar detalles sobre el lugar y los procesos de patrimonialización y desarrollo turístico. También se visitaron
instituciones locales para acceder a sus archivos y documentos sobre la
actividad turística, vinculados o no al Programa, que constituyeron algunas de
las fuentes secundarias.
Finalmente, en la etapa de sistematización y análisis,
se organizó la información obtenida de las unidades de análisis (actores
clave y documentos), focalizándose en posibles conflictos, contradicciones o
tensiones dentro o entre las fuentes. Asimismo, se registraron visualmente los
elementos patrimoniales y productos de la intervención del Programa, como los
emprendimientos turísticos o los contenidos promocionales desarrollados por los
habitantes de Saldungaray.
3. Resultados y discusión
Presentación del caso: Pueblos Turísticos en
Saldungaray
Figura 1
Bandera de Puebos Turísticos en Saldungaray
El Programa Pueblos Turísticos (Figura 1) surge en 2008, como una iniciativa de la Secretaría
de Turismo (SECTUR) de la Provincia de Buenos Aires4,
con el objeto de promover el desarrollo del turismo comunitario en localidades no
urbanas5 ,
ubicadas a menos de 150 kilómetros de las Ciudades de Buenos Aires, Mar del
Plata o Bahía Blanca. Según los lineamientos6 del Programa, (Documento oficial citado en Bonanno, 2021) se busca «poner en valor todos aquellos recursos patrimoniales y/o
extrapatrimoniales existentes en las pequeñas localidades»,
con el objetivo de «generar emprendimientos turísticos auto sustentables y
sostenibles, donde los pobladores locales sean los protagonistas activos del
proceso». (p. 69) A la vez, asume como premisa que «la
Comunidad Local debe ejercer un rol sustancial y participativo en todo el
proceso. Una importante proporción de los beneficios quedará en la comunidad»
(p. 69).
Figura 2
Folletería de Pueblos Turísticos
Conforme
a los documentos normativos y promocionales
oficiales (Figura 2), así como se ha relevado en el
trabajo de campo, el Programa estructura una intervención territorial en cinco
momentos, no necesariamente consecutivos ni excluyentes entre ellos: (i) relevar el potencial
turístico de la localidad; (ii) capacitar a los actores locales partícipes tras una primera convocatoria
instrumentada por el gobierno local;
(iii) proyectar en conjunto con el municipio y los habitantes distintos tipos de
emprendimientos turísticos, proyectos y procesos de patrimonialización
y activación; (iv) promocionar turísticamente a la localidad mediante los canales de comunicación del Programa; y (v) integrar diversos pueblos que compartan una región o
un perfil de turista en particular.
Según
registros accedidos en 2023, Pueblos Turísticos llegó a integrar un total de 33
localidades en toda la Provincia. Saldungaray, por gestión de la Secretaría de
Turismo, Cultura y Deportes del distrito de Tornquist, fue postulada en 2010,
decidiéndose su integración en el año 2011. En dos investigaciones
consecutivas, se pudo estudiar el proceso comprendido durante más de una
década, que implicó una serie de transformaciones e hitos para la localidad.
Figura 3
Ubicación de Saldungaray en la Provincia de Buenos Aires
Nota. Imagen extraída de
Google Maps
Saldungaray es un pueblo del
sudoeste de la Provincia de Buenos Aires (Figura 3), en el partido de
Tornquist, fundado en 1900 por el terrateniente Pedro Saldungaray. Se encuentra
en la región serrana de Ventana, cerca de Sierra de la Ventana, y a 135
km de Bahía Blanca. Su origen se remonta a 1833 cuando fue establecida una
fortaleza militar, la Posta del Sauce, renombrada como Fortín Pavón
en 1862. El pueblo se desarrolló principalmente como un centro agroganadero y,
en la década de 1930, se modernizó con obras públicas, incluido un conjunto de
obras arquitectónicas del ingeniero Francisco Salamone.
Hoy cuenta con una población de 1351 habitantes, una bodega y una serie de
emprendimientos agroganaderos y turísticos operativos.
A pesar de ser el primer
asentamiento en la zona, su participación en el auge turístico de Sierra de la
Ventana fue marginal durante largo tiempo. Entre las décadas del treinta y del cuarenta,
la provincia de Buenos Aires impulsó un desarrollo turístico planificado,
inicialmente centrado en la costa atlántica, con Mar del Plata como principal
destino. Posteriormente, se diversificó hacia el interior, destacaándo
lugares como Sierra de la Ventana, Luján y San Antonio de Areco. En la región
de Ventania, las localidades de Sierra de la Ventana y Villa Ventana sobresalieron
por su entorno natural, y proximidad con el Parque Provincial Ernesto Tornquist.
Hacia fines del siglo XX, Sierra de la Ventana se consolidó como un destino
turístico masivo, aunque de características más bien cosmopolitas, con cierta falta
de un enfoque integral sobre el patrimonio local en el desarrollo turístico. Atento
a la necesidad de mitigar la emigración de jóvenes de la región, generar
fuentes de empleo alternativas y poner en valor el casco urbano de la
localidad, el gobierno local postuló a Saldungaray para integrarse al Programa Pueblos
Turísticos, y así tener un flujo turístico propio o, cuanto menos, participar
más activamente del circuito circundante.
Figura 4
Fortín Pavón
La postulación consideró, además de
las necesidades, el potencial que tenía Saldungaray acorde con los lineamientos
del Programa: el lugar cuenta con varios patrimonios históricos y culturales,
como el Fortín Pavón (Figura 4), declarado «Sitio Histórico Nacional» en 1980,
y las obras monumentales de Salamone (portal del
cementerio, mobiliario de la Plaza Independencia, mercado, matadero y
delegación municipal), incluidas posteriormente en el circuito turístico «Los
caminos de Salamone»”.
Estas obras fueron declaradas "«Patrimonio
cultural de la Provincia de Buenos Aires» en 2001 y «Bien de Interés Histórico
y Artístico Nacional» en 2014. La iglesia Nuestra Señora del Tránsito y la
estación de trenes, aunque sin reconocimientos formales, son valoradas
localmente.
Figura 5
Asamblea de ATUCOS
Si bien algunos elementos contaban
con un reconocimiento estatal previo, su reconocimiento local y su activación
turística, tuvo
como punto de inflexión, principalmente, la declaratoria como «pueblo turístico»
por parte del Programa, que integró a Saldungaray en julio del 2010. Antes de
esto, la comunidad local mostraba un interés disperso en el turismo, con la
participación de la Sociedad de Fomento en el cuidado de espacios públicos y la
organización de recorridos turísticos por estudiantes, autodenominados «patrullas
blancas».
El Programa Pueblos Turísticos
permitió consolidar este interés, no tanto por intervención directa o
asignación de recursos, sino más por el tipo de organización local que
promovió, destacando el surgimiento de la Asociación de Turismo Comunitario de Saldungaray ATUCOS (Figura
6), que disputó desde un primer momento con el propio programa la orientación
en la activación patrimonial y, por extensión, en el tipo de desarrollo
turístico buscado.
Resultados
a- Sobre la intervención y el proceso de activación patrimonial
Saldungaray se incorporó al Programa
Pueblos Turísticos como parte de una segunda generación de localidades
integradas, particularmente en la región III del Programa (cercanía a Bahía
Blanca). Esto implicó una intervención que, desde la SECTUR, se pretendía con
características análogas a lo ocurrido en las localidades de primera
generación, como Carlos Keen o Azcuénaga. La
solicitud local fue impulsada por el intendente Gustavo Trankels
y por el secretario de Turismo Rubén Testa, quienes en conjunto con ciertos habitantes
previamente vinculados con el turismo7
iniciaron el proceso de relevamiento en 2010.
Esta etapa inicial arrojó premisas
contundentes. En primer lugar, que Saldungaray arrastraba una larga historia de
marginación turística en comparación con otras localidades de la región;
también, que paradójicamente se trataba de un pueblo con problemas de empleo e
infraestructura, pero con mucha organización social; y finalmente, que el
acervo patrimonial del lugar era abundante en relación con otras ciudades
cercanas, y que podría activarse como atractivo para el turismo.
Los primeros contactos se
realizaron de manera anónima por técnicos provinciales, quienes evaluaron la
situación turística local como turistas, para obtener una perspectiva genuina
de los desafíos y potencialidades del pueblo. Tras la aceptación por parte del Programa Pueblos Turísticos, se llevaron a cabo reuniones con habitantes e instituciones
del lugar, autoridades locales y provinciales, centradas en la capacitación y
el fortalecimiento del turismo local.
Como
resultado, en 2011 se creó la Asociación de Turismo Comunitario de Saldungaray
(ATUCOS), un grupo clave en la gestión del turismo del pueblo. Además, en 2012
se inauguró la Oficina de Informes Turísticos municipal (Figura 6),
consolidando la inclusión de Saldungaray en la red de Pueblos Turísticos. Estos
hitos implicaron una transición entre la etapa de capacitación y la de
presentación de proyectos, en la que residentes y funcionarios disputarían
espacios estratégicos.
Figura 6
Centro de Información Turística
Pese a la insistencia de
ciertos agentes del Programa sobre explotar el patrimonio Salamone
e incentivar un turismo masivo, ATUCOS reunió una serie de demandas e intereses
de los habitantes entre los que se encontraba darle prioridad a la restauración
del Fortín Pavón, regular la cantidad de visitantes al pueblo, e integrar a las
cooperativas productoras de alimentos y a los artesanos en la oferta turística
local, evitando así inversiones externas indeseadas que vieran en Saldungaray
una oportunidad de usufructo. A diferencia de lo que ocurría en otras
localidades8 ,
los actores locales se resistían a emular un modelo de turismo masivo con
capitales externos, así como discutían la propuesta de un modelo centralizado por
el Estado y sus funcionarios, haciendo valer su marcada idiosincrasia
localista.
Esta idiosincrasia marcó,
en contraste con lo acontecido en otras localidades, una tendencia a la mayor
participación de los habitantes, sobre todo en la selección del patrimonio a
activar. Priorizar la historia del Fortín Pavón, en gran medida, implicó
ponderar una versión histórica del pueblo, en lugar de otra posible e
identificada previamente por el Estado, focalizada en el patrimonio
arquitectónico de Salamone, y su vinculación con el
período conservador de la historia nacional.
Figura 7
Centro de
Interpretación de la Obra Salamone
No obstante, y tras un proceso de
revalorización autogestiva y autofinanciada del
Fortín Pavón, se construyó a su lado, por iniciativa gubernamental, un predio
turístico que ATUCOS lograría administrar. Allí mismo, en 2013, la
municipalidad recibió fondos para restaurar obras de Salamone
y construir el Centro de Interpretación (Figura 7) dedicado al arquitecto, uno
de los existentes además de los de Azul y Laprida. Esta obra se sumó a la
revitalización de espacios turísticos como el cementerio y el matadero
municipal, y fue clave en la estrategia promocional del lugar, siendo algunas
de estas obras íconos en folleterías y publicidades. Esto implicó, un espacio
de reconocimiento y contacto entre los propios habitantes y las obras, que
favoreció cierta apropiación de una versión patrimonial hasta entonces sólo
ligada con la agenda del programa.
Lo que en un primer momento surgía
como conflicto entre posibles referencias identitarias, derivó en un proceso de
integración a partir de observar, en el testimonio de algunos de los actores
locales, la utilidad que la obra Salamone tenía para
el turismo. Esta integración se sublimó ante un sentido de apropiación y
pertenencia localista que se fortalecería: «Saldungaray, su gente y su estilo
de vida como patrimonio» 9 .
La presencia y el relato local de los habitantes a través de ATUCOS adquiría
protagonismo conforme transcurría la intervención del programa.
Entre 2013 y 2015, se impulsaron
proyectos de promoción y colaboración con localidades vecinas, destacando los «Caminos
de Salamone», y la participación de miembros de
ATUCOS, y de otras de las instituciones del lugar, en folletería, publicidades
y asistencia a eventos como la Feria Internacional de Turismo. Tras el cambio
de administraciones gubernamentales en 2015, la presencia de funcionarios
provinciales disminuyó, y ATUCOS asumió un rol clave en la gestión turística
local.
La etapa siguiente estuvo marcada
por tensiones y conflictos entre la asociación local, junto con otras
instituciones del lugar que nucleaba para la actividad turística, con las
nuevas gestiones municipal y provincial. Las disputas tuvieron que ver, en
particular, con conservar la administración del Centro de Interpretación y del
Fortín Pavón, con dar continuidad a los procesos de restauración patrimonial y,
principalmente, con seguir incidiendo en las tomas de decisiones, por ejemplo, al
evitar que se instale una terminal de ómnibus en el predio turístico, y al
preservar un acuerdo implícito con la gestión anterior que sostenía la
obligatoriedad de los nuevos emprendimientos de pertenecer a residentes o, en el
caso de posibles inversores externos, ofrecer trabajo a los saldungareyenses.
Tras un nuevo cambio gubernamental
en 2019, y con un apoyo renovado por parte de la administración provincial,
ATUCOS logró conseguir personería jurídica como asociación civil, y acceder a
nuevas herramientas de financiamiento, promoción y publicidad. Los años
siguientes a la pandemia de 2020 implicaron un proceso de reactivación
turística, como en toda la Provincia. Hacia 2021 ATUCOS cumpliría una década en
actividad. Sin una fecha de cese oficial, el Programa Pueblos Turísticos sería
descontinuado hacia 2023, al priorizar la cartera turística provincial otras
políticas, como el programa Recreo 10.
Desde entonces, es la propia
organización local la que administra turísticamente el lugar, en una relación
más o menos asociativa con las distintas gestiones del Estado municipal. Fue
entre los propios actores locales que surgió una postulación, mediante la
cartera turística nacional, la cual llegó hasta el área de Turismo de la
Organización de las Naciones Unidas y en 2024, Saldungaray fue admitido como
pueblo partícipe del certamen Best Tourism Villages 2024, logrando
participar en las instancias finales de la competición 11.
b- Desarrollo económico e infraestructural, la visión del
Estado provincial
El
programa es ambicioso en cuanto a los resultados que pretende en términos de
desarrollo local. Si se revisa su documento de presentación, así como en el
relevamiento a funcionarios de orden provincial, se estima la creación de
emprendimientos, la revalorización del territorio, la restauración o creación
de obras, y la generación de puestos de trabajo, mercado e ingresos para los
habitantes del lugar. Se reconoce que, en gran medida, lo que el Estado
provincial supone como «desarrollo local» se vincula con
indicadores infraestructurales y económicos.
No
obstante, lo primero que debe decirse en este sentido es que la SECTUR, al
menos para el Programa Pueblos Turísticos, no dispone de mecanismos de
monitoreo y evaluación específicos y cuantitativos. Lo segundo y en relación
con lo anterior, es que las apreciaciones sobre el desarrollo económico e infraestructural
en Saldungaray son variables. Lo tercero es que, en gran medida, las obras y
demás cuestiones que requirieron fondos fueron obtenidas con recursos ajenos al
programa. Como indicadores de desarrollo económico e infraestructural, se
recuperan los siguientes:
A) La recuperación y/o restauración de lugares reconocidos
como patrimonios locales: en términos infraestructurales,
el indicador más contundente pudiera ser la restauración del conjunto de las
obras Salamone y del Fortín Pavón. Sin embargo, esta
restauración dependió casi enteramente de los habitantes (principalmente
nucleados en ATUCOS), con fondos obtenidos de la Municipalidad o, en su
defecto, con ingresos generados de manera autogestiva
por actividad turística, como es el caso de las visitas guiadas al Fortín, o la
venta de productos en el predio turístico.
Figura 8
Reconocimiento al Centro Salamone
· Nota. Imágenes extraídas de los canales de comunicación oficiales del área de Turismo del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.
B) La construcción
de infraestructura turística: sin duda, este ítem favoreció el proceso de turistificación, facilitando el desarrollo de actividades
turísticas que permitieran puestos de trabajo o ingresos más o menos formales.
Destacan:
● Creación de la Oficina de Informes
Turísticos (2012) bajo la órbita municipal y con fondos locales.
● Creación del Centro de
Interpretación de la Obra Salamone (2013) (Figura 8)
en el ámbito del gobierno provincial y con fines turísticos, a través de fondos
del Banco Provincia de Buenos Aires.
● Finalización de un tramo de la
ruta 72 —avenida Corrales en el interior del pueblo— (2016) por gestión del por
entonces exintendente Gustavo Trankels, que pasó a
ocupar un cargo directivo en el organismo Vialidad Nacional, de donde salieron
los fondos.
Sin embargo, no es del todo correcto decir que estas obras
hayan surgido como consecuencias previstas de la intervención del programa.
C) La creación y expansión de emprendimientos
orientados a generar puestos de trabajo: este ha sido uno de los principales objetivos de los funcionarios del Programa Pueblos
Turísticos. No obstante, la mayor parte de los testimonios sugieren que la
creación de puestos de trabajo ha sido más bien esporádica y en casos
particulares. Si bien la gestión municipal y la organización ATUCOS promovieron
formas de trabajo colectivo, se ha evidenciado, en su mayoría, un mercado laboral
precarizado y dependiente de estrategias puntuales. Entre ellas sobresalen:
● Alojamientos y servicios
gastronómicos, durante todo el proceso y por iniciativa privada, con la
condición de que fueran residentes quienes los crearan, o que contrataran habitantes
del lugar.
● Artesanos, ATUCOS dispuso en el
Centro de Interpretación Salamone un espacio para la
comercialización de artesanías de los habitantes del lugar. También hubo
oportunidad de que los emprendedores del lugar llevaran sus productos a las
ferias de turismo.
● Cooperativas, quizás la
experiencia con mayor y mejor organización social en relación con el empleo. Destacan
una panificadora y una productora de conservas que ocuparon el espacio del
mercado restaurado de la obra Salamone.
● Guiado turístico, un tipo de
trabajo informal que algunos habitantes, disponiendo ya de otras fuentes de
ingresos, practicaron como complemento.
D) El aumento de visitas por el proceso turístico orientado
desde el Programa Pueblos Turísticos: este es un punto sin estadísticas oficiales. Intuitivamente,
todos los consultados coinciden en un aumento considerable de visitantes. Según
Delia Gómez, encargada del Centro de Información Turística, hubo un aumento
sostenido en el registro de visitantes durante todo el proceso.
c- Desarrollo
social y cultural, lo reconocido entre los habitantes
Figura 9
Logo de ATUCOS
Nota. Imagen extraída de los canales de comunicación oficiales de ATUCOS.
Al consultar principalmente a las
fuentes del lugar, ya fueran habitantes en general, representantes de
instituciones o funcionarios municipales, existe una tendencia a valorar y
ponderar cierta revalorización cultural y patrimonial, así como la propia
organización social, en detrimento de indicadores de desarrollo económico o
beneficios turísticos concretos. En los términos de una sociología clásica, se
identificó un incremento del capital cultural y social entre los actores
locales, más que un enriquecimiento económico. Como indicadores, deben
destacarse:
A) La creación de ATUCOS (Figura 9) y su injerencia en la
gestión turística local: esta forma de organización fue
estratégica para garantizar la participación de los locales en la intervención
del programa, y también para canalizar demandas y necesidades del pueblo, y
asociarse con el Estado en su resolución. A la vez, por lo general operó en
representación de otras instituciones del lugar, o participó activamente en la moderación
de conflictos y la promoción de consensos, ante la inexorable diversidad de
apreciaciones locales sobre todo el proceso.
Cabe decir que El Programa Pueblos
Turísticos promovió este tipo de organizaciones en la mayor parte de las
localidades intervenidas. No obstante, cierta idiosincrasia localista que se
impuso en momentos clave, y la capacidad de reunir trayectorias colectivas y
particulares previas vinculadas con el turismo, hizo de esta organización un
caso de estudio interesante que, incluso, permitió indagar en otros debates
sobre turismo comunitario y gestión participativa que siguen a este trabajo.
B) El fortalecimiento e institucionalización de la
participación local en los procesos de patrimonialización:
ATUCOS, y muchos de sus miembros, fueron los protagonistas del proceso de patrimonialización, ya que de sus iniciativas surgieron,
por ejemplo, las declaratorias de sitio histórico y la restauración del Fortín Pavón,
así como de las obras de Salomone. Es por medio de estos procesos que se
verifica algo de lo que el Programa Pueblos Turísticos esboza como «comunidad
local y beneficio comunitario».
C) Redefinición de lo comunitario: durante el proceso se fortalecieron
o crearon instituciones locales, como ATUCOS, y surgieron nuevos
emprendimientos con una marcada impronta local. Estas formas de organización
cuestionaron la visión del Programa Pueblos Turísticos sobre lo «comunitario»
como participación homogénea y sin conflicto. En cambio, lo comunitario se conviertió en una estrategia de los habitantes para
disputar modelos de turismo masivo o centralizados, resignificando los
lineamientos de la SECTUR.
D) La conformación de una versión identitaria local
para el turismo: lo que en términos de Prats (1998) figuraría como «un nosotros para los otros». El aspecto sociocultural más
sobresaliente es el arraigo que gran parte de los pobladores expresan sobre el
lugar y que transmiten. El Programa Pueblos Turísticos ha propiciado un
escenario ideal para la revalorización local, incluyendo complejos procesos de
activación patrimonial para su promoción turística. La oferta del pueblo está
claramente anclada en su identidad, sus modos de vida y sus referencias
históricas, en contraste con localidades más turísticamente cosmopolitas, como
la vecina Sierra de la Ventana. Es en gran medida sobre este capital cultural y
social, de alguna forma identitario, que iniciativas como Best
Tourism Villages
pudieron desarrollarse, y desde donde se ha reconocido el desarrollo de la
localidad.
Discusiones
a- Sobre la activación turística del patrimonio como recurso
El Programa Pueblos Turísticos refleja
el carácter interventor del Estado provincial en la patrimonialización
y el desarrollo turístico de la región, conforme lo han analizado los autores
evocados. El diseño del programa asume que las comunidades locales no reconocen
completamente el potencial de su patrimonio, y los técnicos y funcionarios de
la SECTUR son los encargados de identificar, promover y promocionar estos
recursos (Figura 10). En la etapa inicial, denominada «relevar», se busca
diagnosticar el potencial turístico de los elementos patrimoniales locales, con
equipos técnicos especializados en la materia. Sin embargo, este proceso generó
tensiones, ya que los habitantes de Saldungaray no siempre coincidían con los
criterios del Programa Pueblos Turísticos sobre qué constituye un recurso
patrimonial, y cómo activarlo. Esto se verifica en la dinámica de las capacitaciones
dentro de la etapa 2, en la elección de los proyectos de la etapa 3, y en las
estrategias e imágenes que se visibilizan en la etapa 4.
Figura 10
Folleto oficial de la SECTUR sobre
Saldungaray
Nota. Imagen extraída de los canales de
comunicación oficiales del área de Turismo del Gobierno de la Provincia de
Buenos Aires.
Un ejemplo claro es la obra de Salamone que, aunque considerada un atractivo turístico
clave por los funcionarios (atento a un circuito turístico que se encontraba en
desarrollo), no era ampliamente valorada por los residentes locales antes de la
intervención. La intervención estatal en la patrimonialización
de estas obras reflejó una versión hegemónica del patrimonio, impulsada por el
Estado provincial, en la que se priorizaron elementos asociados a la historia
oficial y la política del siglo XIX y XX. Estos elementos fueron promovidos
como parte de una narrativa identitaria12
que obviaba otras historias locales, como las de los pueblos originarios principalmente
reflejada en el Fortín Pavón, monumento que revestía mayor interés entre los
habitantes.
Pese a las tensiones iniciales, se
desarrolló un proceso de patrimonialización que permitió
a los residentes activar distintas versiones identitarias, a la vez que reconocer
y valorar otras posibles, en tanto recursos turísticos. En relación con el
patrimonio Salamone, tuvo como objetivo generar
conciencia sobre la importancia de las obras, facilitando cierta apropiación
local e integración en el circuito turístico. Con la participación de ATUCOS
como asociación intermediaria entre las comunidades y el Estado, se
desarrollaron instancias de validación y exposición de algunos de estos
elementos, siempre que reforzaran la narrativa de «idiosincrasia local».
El
Programa Pueblos Turísticos, por tanto, refleja un modelo en el que el Estado,
a través de discursos autorizados de técnicos y funcionarios, decide qué
constituye el patrimonio y cómo debe ser promovido, mientras que la
participación local pudiera resultar secundaria y, en muchos casos,
condicionada a la aceptación de la narrativa y los intereses turísticos
impuestos. Sin embargo, a medida que avanzó el proceso en Saldungaray, los
residentes comenzaron a resignificar el patrimonio, lo que permitió cierta
integración de los intereses locales en la estrategia turística.
b- Sobre el desarrollo en sus distintas variables a partir de
la activación turística
El Programa se fundamenta sobre una retórica
desarrollista reflejada, por ejemplo, en
la Ley de Promoción de Pequeñas Localidades (2004), cuyo objetivo es
revitalizar pueblos rurales afectados por la desindustrialización, el cierre de
ferrocarriles y la sojización. A la vez, promueve el
turismo comunitario como forma de gestión, buscando la preservación de la
identidad local y el fortalecimiento de los lazos comunitarios. Aunque en
teoría el Programa tiene un enfoque integral que combina el desarrollo
económico con el cultural, en la práctica se evidencian tensiones y diferencias
en cómo se interpretan estos objetivos.
En la reflexión sobre el desarrollo
local durante la intervención del Programa Pueblos Turísticos, se identificó
una tendencia a dos enfoques diferentes, según los actores involucrados. Los
funcionarios provinciales y municipales, generalmente, enfatizaron el
desarrollo desde una perspectiva económica vinculada con sus agendas de
gobierno, destacando la generación de empleo y recursos a través del turismo,
aunque sin ofrecer mediciones reales. Por otro lado, una significativa
proporción de los actores locales, principalmente través de la organización
ATUCOS, señalaron una mayor relevancia sobre aspectos sociales y culturales.
Los testimonios de
funcionarios provinciales y municipales muestran una valoración diversa del Programa
Pueblos Turísticos en Saldungaray, en particular en términos de su impacto
económico y social. Algunos funcionarios subrayan el éxito del programa en la
activación de nuevos mercados y el impulso económico mediante el turismo,
mencionando la aparición de nuevos emprendimientos como hoteles y una bodega, y
la participación de los habitantes en ferias turísticas. Sin embargo, otros son
más cautelosos, al reconocer transformaciones materiales, pero subrayan que el
empleo sigue siendo un desafío. Aunque hubo desacuerdos entre los funcionarios
de diferentes gestiones políticas, coincidieron, sobre todo, en la importancia
de la integración social y cultural dentro del modelo de desarrollo, señalando
cómo el programa promovió la identidad local y la organización comunitaria.
Algunos funcionarios municipales mencionaron la significación de la
participación de los residentes locales, principalmente a través de la
organización ATUCOS, para asegurar la continuidad del programa más allá de los
cambios políticos.
Por otra parte, el análisis de los
actores locales, especialmente los miembros de ATUCOS en Saldungaray, muestra
una visión del desarrollo fundamentalmente centrada en lo social y cultural, en
contraste con las premisas mercantilistas expuestas inicialmente por la
Secretaría de Turismo. ATUCOS surgió como una respuesta organizacional que pujó
por un turismo con énfasis en la participación local y la activación del
patrimonio reconocido por los habitantes. Algunos testimonios resaltan cómo el
programa favoreció procesos de patrimonialización,
aunque también reconocen tensiones entre las versiones identitarias a promover,
y limitaciones como la falta financiamiento e infraestructura básica.
Al integrar los
testimonios con lo observado durante proceso, se reconocen dos versiones de desarrollo en juego: una, centrada en el
crecimiento económico a través del turismo, apoyada por el Estado, y otra,
enfocada en el fortalecimiento social y cultural, promovida por los actores
locales, que valoran la autonomía y la participación en la gestión turística.
Es esta autonomía la que le valió continuidad a los residentes involucrados, y
que le permitió al pueblo trascender las capacidades y limitaciones del Estado
provincial.
Figura 11
Noticia de la televisión pública argentina sobre Saldungaray en Best Tourism Villages
Nota. Imagen extraída de los canales de comunicación oficiales de la Televisión Pública Argentina.
Hace ya algunos años, y ante el
evidente cese de actividades por parte del programa, las distintas
organizaciones locales en Saldungaray han desarrollado un esquema de gestión
asociativo con el Estado local, aunque en gran medida autónomo en lo que
refiere a planificación y promoción del lugar. En ese contexto es que, por
iniciativa de los habitantes, aunque mediado por el Estado nacional, el pueblo
ha decidido mostrar parte de su relato identitario construido desde el Programa
Pueblos Turísticos en el certamen internacional Best
Tourism Villages13,
(Figura 11) organizado por la ONU. Es que, si se analizan las premisas
iniciales del programa, ¿en el marco de cuál de los objetivos de desarrollo
previstos se encuadraría este hito? Sin duda, surge esta observación como una
consecuencia imprevista de la movilización local.
En este punto, los resultados
empíricos del trabajo permiten sostener que la intervención, a pesar de promover
la participación local, muestra en un primer momento la centralidad de los
funcionarios de la SECTUR en los procesos de activación y desarrollo turístico,
desde un rol de agentes del Estado promotor. Sin embargo, el modelo de turismo
comunitario del Programa Pueblos Turísticos implica grados variables de
participación de los residentes, dependiendo de las fases del programa. La
investigación revela que ATUCOS logró cierta legitimidad que le permitió, a
partir del capital simbólico adquirido, articular la participación local con
actores externos. Es a través de ese rol asociativo que Saldungaray trascendió
las propias capacidades del programa, logrando el reconocimiento de su
idiosincrasia local más allá de lo previsto por la política provincial.
4. Conclusiones
El desarrollo turístico en
localidades del interior bonaerense, como en el caso de Saldungaray, se
caracteriza por una intervención estatal que busca revalorizar territorios
mediante la promoción de su patrimonio como un recurso o atractivo con valor
identitario. La política implementada a través del Programa Pueblos Turísticos
se alinea con lineamientos internacionales impulsados por organismos como
UNESCO, ICOMOS y OMT, los cuales abogan por el patrimonio como un motor de
desarrollo local. En este sentido, el Estado provincial, en colaboración con
los municipios, impulsa una versión identitaria de la historia local que pone
en valor monumentos, elementos históricos y religiosos de pequeños pueblos, con
el fin de atraer turistas en busca de una alternativa a los destinos masivos.
Sin embargo, este proceso centralizado en parámetros y expectativas de la
Secretaría de Turismo ha manifestado distintos resultados en diversidad de
localidades, además de tensiones respecto a la participación en los supuestos
beneficios por parte de los actores locales, ya que las decisiones clave y los
recursos técnicos y financieros provienen de actores externos al pueblo, aunque
se fomente la participación de los habitantes en la gestión.
La noción de «comunitario» en los fundamentos turísticos del
Programa Pueblos Turísticos se construye bajo la premisa de una comunidad
cohesionada, cuya participación se instrumentaría a través de la creación de
organizaciones locales como la Asociación de Turismo Comunitario de Saldungaray
(ATUCOS). Esta organización actúa como intermediaria entre los habitantes e
instituciones locales y los funcionarios, canalizando demandas y necesidades
hacia el Estado. Sin embargo, la noción de comunidad como una unidad homogénea
oculta las diversas voces y opiniones que pueden existir dentro del pueblo. El
proceso de participación es complejo ya que, aunque hay un esfuerzo por incluir
a los habitantes en el diseño y la gestión de los proyectos turísticos, no
todos los residentes se sienten identificados con los objetivos del Programa
Pueblos Turísticos. No obstante, la creación de espacios de participación
formalizados por ATUCOS en Saldungaray permitió cierto grado de cohesión social
y legitimidad en el lugar, y ante el Estado local y provincial, que favoreció
cierta apropiación del programa, cuya intervención resultó más asociativa que
en otras localidades.
En cuanto al impacto del proyecto
sobre el desarrollo local, el Programa Pueblos Turísticos parece haber generado
una nueva valorización del patrimonio y un fortalecimiento de la identidad
local, pero la evaluación sobre los beneficios económicos es ambigua y carente
de mediciones. Por un lado, algunos funcionarios y técnicos del Estado subrayan
los logros en términos de infraestructura, organización institucional y
creación de empleos vinculados al turismo, mientras que los habitantes locales,
aunque reconocen estos avances, valoran más los aspectos sociales y culturales
del programa. En este contexto, los conflictos que surgen están más
relacionados con las expectativas de desarrollo que con el uso del patrimonio
en sí. Aunque el proceso fue en su mayoría aceptado, algunos residentes no
comparten la visión del turismo como una vía viable para el futuro, en
especial, debido al temor de que el turismo masivo pueda alterar su estilo de
vida.
A pesar de las tensiones, el éxito
del Programa parece radicar en su capacidad de incentivar la revalorización de
los pueblos con sus particularidades, así como promover formas asociativas de
participación local, como ATUCOS. A la vez, lo interesante de este caso, en particular,
involucra cómo esta forma de organización emergente, y su puja por la visión
patrimonial y de desarrollo en el lugar, movilizó a un pueblo desatendido por
el mercado turístico local, se fortaleció identitariamente,
y desde allí se ofreció al turismo. La trascendencia que
implica el reciente reconocimiento internacional por parte de la ONU da cuenta,
en parte, de estilo.
Conflicto de intereses
El autor declara no tener ningún
conflicto de interés que involucre, de forma alguna, la elaboración y
publicación de este trabajo. Cabe aclarar que el autor no recibe financiamiento
alguno por este envío, ni se encuentra en etapa de evaluación por otra revista.
Responsabilidad ética
La realización de este trabajo de
investigación es enteramente del autor, quien además declara resguardar
fidelidad en relación con la información obtenida durante su trabajo de campo.
Por otra parte, se preservan la identidad de las fuentes primarias. El
tratamiento de estas, así como de otro tipo de fuentes documentales y afines,
se encuadra en las normas éticas características de este tipo de trabajo. Todas
las referencias han sido debidamente citadas.
Contribución
de autoría
Quien suscribe a la publicación de
este artículo es su único autor, así como del trabajo de investigación llevado
a cabo.
Se aclara que el autor no ha
recibido financiamiento específico para la publicación de este artículo, cuyo trabajo
de investigación se enmarca en su proceso de formación doctoral.
Financiamiento
El autor no ha
recibido financiamiento específico para la publicación de este artículo, cuyo
trabajo de investigación se enmarca en su proceso de formación doctoral.
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Aceptado: 2/05/2025
Revisado por pares anónimos
Datos de autor
Flavio Adrián Bonanno
Centro de Investigaciones en Turismo,
Universidad Provincial de Ezeiza, Buenos Aires, Argentina
Doctor
en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires, Argentina.
Actualmente, es profesor asociado de la Universidad
Provincial de Ezeiza, Argentina.
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9776-4781
E-mail: bonannofa@gmail.com
© Los autores. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional (CC - BY 4.0).
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[1] Best
Tourims Villages es un
certamen organizado por la Organización de las Naciones Unidas para el Turismo
(ONU Turismo), que escoge anualmente pueblos destacados por su oferta turística
en todo el mundo. Saldungaray fue finalista en la edición 2024 (Fuente:
argentina.gob.ar https://www.argentina.gob.ar/noticias/saldungaray-recibio-su-certificado-de-finalista-en-best-tourism-villages).
2 Identificado en
una exploración previa, al contrastar los resultados de esta intervención con
otras dentro del mismo programa. Estos contrastes, así como la exploración
previa, se hallan descritos con extensión en otro trabajo del autor (Bonanno,
2023).
3 Muchas veces sin
especificar de qué forma ocurriría y qué actores específicos de la supuesta
comunidad (o actores comunitarios) se beneficiarían, asunto que es discutido en
otra publicación del autor (Bonanno, 2023).
4 Durante la gestión de
Ignacio Crotto como secretario de Turismo de la
Provincia de Buenos Aires, y Daniel Scioli como gobernador.
5 Poblaciones con menos de 2000
habitantes, según la definición del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos
(INDEC) de la República Argentina.
6 Disponibles en un documento
presentación que se encuentra citado y anexado en uno de los trabajos del autor
(Bonanno, 2021). Tras una reestructuración del sitio web de la ex Secretaría de
Turismo, ya no se encuentra disponible en línea.
7 Entre ellos las mencionadas «patrullas
blancas», y una oficina vecinalista
de turismo que funcionó en la Sociedad de Fomento local, hasta 2011, ambas bajo
responsabilidad de la historiadora y bibliotecaria local «Chichita»
Torelli.
8 Se ha trabajado comparativamente
en otra de las publicaciones del autor (Bonanno, 2023), verificándose
contrastes con localidades como Carlos Keen y
Uribelarrea, en que los procesos adquirieron otras formas.
9 Así textual, surge del testimonio de uno de los
referentes locales entrevistados.
10 Subprograma
perteneciente al Programa de Reactivación Turística de la Provincia de Buenos
Aires (2021 –- actualidad), que
consta de estrategias promocionales en medios digitales, y stands
ubicados en distintos puntos vacacionales de la región (https://recreo.gba.gob.ar/).
11 Por lo que recibió un reconocimiento en septiembre de 2024,
pese a no recibir la declaratoria finalmente.
[12] Pérez y
Troncoso (2019) y Pérez y Mancini (2021) indagan en profundidad el proceso de patrimonialización y turistificación
de la Provincia de Buenos Aires durante los últimos veinte años, y cómo se ha
consagrado un imaginario bastante homogéneo (pese a los intereses de
diversificar la actividad) que acredita relatos de la historia oficial, y mitos
vinculados con la ruralidad pampeana.
[13] Se identifican hoy, también, nuevas estrategias de
promoción en medios digitales. Por ejemplo: https://www.instagram.com/atucos.saldungaray/