Paisaje urbano histórico. Sugerencias metodológicas para el plan de manejo del casco histórico de Buenos Aires
Historic urban landscape. Methodological suggestions for the management plan of the historic district of Buenos Aires
Para citar este artículo
González Biffis, A. (2022). Paisaje urbano histórico. Sugerencias metodológicas para el plan de manejo del casco histórico de Buenos Aires. Turismo y patrimonio, (18), 9-29. https://doi.org/10.24265/turpatrim.2022.n18.01
Resumen
Las miradas más recientes a los centros históricos plantean la necesidad de comprender estos sectores
incorporando el concepto de paisajes urbanos históricos. Este término propone una percepción integral de
la ciudad y su entorno, sus procesos históricos físico-ambientales, socioculturales y económicos; además,
fomenta la incorporación de la arquitectura contemporánea, respetando el paisaje urbano heredado, su entorno
paisajístico y el desarrollo urbano sostenible. En este contexto, el presente estudio confronta el Plan de manejo
del casco histórico de Buenos Aires (2015) –como instrumento de planificación– con la Metodología para la
valoración, intervención y gestión de paisajes urbanos históricos –como instrumento académico–. El objetivo
es plantear sugerencias que se puedan aplicar al Plan de manejo, y así contar con un instrumento normativo
que incorpore la noción de paisajes urbanos históricos.
Palabras clave: centro histórico, paisaje urbano, metodología, plan, desarrollo sostenible.
Abstract
The most recent approaches to historic centers propose the need to understand these sectors by incorporating
the concept of historic urban landscapes. This term proposes an integral perception of the city and its
surroundings, its historical physical-environmental, sociocultural and economic processes; in addition, it encourages
the incorporation of contemporary architecture, respecting the inherited urban landscape, its landscape environment and sustainable urban development. In this context, the present study confronts the Management
Plan for the Historic District of Buenos Aires (2015) -as a planning instrument- with the Methodology for the
valuation, intervention and management of historic urban landscapes -as an academic instrument-. The objective
is to put forward suggestions that can be applied to the Management Plan, and thus have a normative instrument
that incorporates the notion of historic urban landscapes.
Keyword: historic center, urban landscape, methodology, plan, sustainable development.
Introducción
Desde fines del siglo pasado y principios del actual, se genera un quiebre con las ideas conservacionistas y
monumentalistas; aparecen nuevas miradas sobre lo patrimonial y los centros históricos que renuevan su
concepción, no solo porque incorporan temas hasta el momento ausentes, sino porque plantean la existencia
de un nuevo paradigma que tiende a superar al anterior o, al menos, a empezar a discutirlo con fuerza (Coulomb
y Delgadillo, 2017).
Los centros históricos constituyeron en el pasado toda la ciudad, albergando todos los usos necesarios para
su funcionamiento, concentraban funciones diversas porque una urbe –por definición– es el espacio de mayor
diversidad. Por lo tanto, la mirada homogénea que planteaba la monumentalidad, es una visión errónea, al
caracterizarse más bien por la heterogeneidad (Carrión, 2017). Los centros históricos han sido y deben seguir
siendo multifuncionales; la pérdida funcional y, por consiguiente, de vitalidad puede destruir valores y
particularidades, claves de su atractivo y, por tanto, de su sostenibilidad (Troitiño y Troitiño, 2018). Para ello,
su pluralidad y heterogeneidad deben ser pilares de su desarrollo urbano, económico y social (Coulomb, 2018).
Es así, que la necesidad de adaptación a nuevas necesidades y dinámicas han llevado a desarrollar, desde
la década de 1980, procesos de preservación, recuperación y revitalización de áreas históricas degradadas,
deterioradas físicamente, marginales socialmente y deprimidas económicamente. Muchos de estos procesos
se han enmarcado en planes de sector de manejo, de revitalización o maestros, como instrumentos operativos
indispensables para abordar áreas tan complejas como sustanciales. En ellos, se han observado nuevas políticas
de intervención del patrimonio, como pilar de la rehabilitación urbana y como una forma de desarrollo. Dado
que los centros históricos están en permanente cambio y en constante construcción, resulta clave no atarse a
su pasado, y más bien, pensarlos desde su futuro (Carrión, 2018).
En este contexto, se incorpora el concepto paisaje aplicado a los centros históricos, entendiéndolo como
«cualquier parte del territorio tal como lo percibe la población, cuyo carácter es el resultado de la acción y la
interacción de factores naturales y/o humanos» (Consejo de Europa, 2000, p. 2). Toma importancia la calidad
de los espacios «como condición esencial para el bienestar individual y social» (Consejo de Europa, 2008, p.
6). Como sostiene Santos, el «paisaje es lo que llega a los sentidos, la dimensión del paisaje es la dimensión de
la percepción. Por eso, el aparato cognitivo tiene crucial importancia … la percepción es siempre un proceso
selectivo de aprehensión» (1996, p. 60).
Por ello, considerando este marco teórico de paisaje, el Memorándum de Viena (UNESCO, 2005) y la
Recomendación sobre el paisaje urbano histórico (UNESCO, 2011), conceptualizan paisaje urbano histórico
(PUH, de aquí en adelante) como el paisaje urbano de valor patrimonial, resultante de procesos históricos,
políticos, sociales, culturales y naturales, por lo que esta noción va más allá de los términos tradicionales centros
históricos, conjuntos o alrededores, para incluir un contexto territorial y paisajístico, una visión más integral de
la ciudad y su entorno. Por tanto, se propone no solo un cambio terminológico, sino un cambio de paradigma
relacionado con metodologías, herramientas e instrumentos de planificación y gestión (Conti, 2015). Además,
se invita a reflexionar sobre los usos y funciones que deben conservarse, recuperarse o rehabilitarse, y las
que deben ser desalentadas o eliminadas para rescatar la centralidad del centro histórico, asegurar su dinamismo
e integrarlo a su entorno, asumiendo el reto de mantenerlo vivo. Este concepto, deja atrás las ideas de
conservación física de elementos aislados (catálogos, inventarios, tipologías, etc.), dando paso a la gestión de
centros históricos habitados, vivos, dinámicos y articulados con su entorno (Sepúlveda, 2017).
En consecuencia, la recuperación, revalorización y revitalización del patrimonio material e inmaterial de
estas áreas patrimoniales conlleva un desarrollo económico, siendo el turismo sostenible uno de los principales
motores. Este concepto significa un avance teórico en la definición, conservación y gestión de los centros
históricos, facilitando la adecuación al paradigma de la sostenibilidad ambiental, económica y social (Lalana,
2011). Todos los centros históricos poseen un paisaje histórico, el concepto PUH ayuda a una mejor comprensión
del centro histórico, pero no puede reemplazarlo (Conti, 2009). La idea es que brinde una herramienta para
valorar, intervenir y gestionar los centros históricos como parte de un plan urbano general de desarrollo sostenible.
Incorporando estas consideraciones, el proceso metodológico propuesto para los centros históricos como
PUH ha sido pensado como un punto de partida y pretende integrar, en el marco del Patrimonio Cultural Material
e Inmaterial (UNESCO, 1972, 2003) los aspectos físico-ambientales, socioculturales, económicos e
institucionales. Estas cuatro dimensiones, por ser consideradas fundamentalmente integrales, son planteadas
en la metodología propuesta como alternativa de las tres dimensiones: ambiental, social y económica del
desarrollo sostenible; entendiendo que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades
de las futuras generaciones, que incorpora un cambio muy importante en cuanto a la idea de sostenibilidad,
principalmente ecológica, y a un marco que da énfasis al contexto económico y social del desarrollo
(Organización de las Naciones Unidas, 1987).
Los aspectos señalados, han guiado el proceso metodológico planteado para el tratamiento de la totalidad
del PUH como una unidad de paisaje que constituye a su vez un paisaje de atención especial. Así, la unidad
de paisaje es una porción del territorio con características homogéneas (naturales, culturales y visuales),
perceptivas y simbólicas (Nogué et al., 2016); mientras que paisaje de atención especial es un sector del territorio
que presenta heterogeneidad, complejidad o singularidad paisajística, que requiere orientaciones y métodos
particulares para su protección, gestión y planificación (Observatori del Paisatge de Catalunya, 2015).
Metodología
Se confronta el Plan de manejo del casco histórico de Buenos Aires con la Metodología para la valoración,
intervención y gestión del PUH, pensada como un primer acercamiento para la aplicación de este concepto,
y como un instrumento para posibles futuras intervenciones en centros históricos. Lo que surge como producto,
luego de un largo proceso de análisis de 40 experiencias de intervención y gestión desarrolladas desde la década
del 80 a la actualidad, en América Latina, España e Italia. De manera concisa, se presentan los aspectos
básicos de la Metodología; no se profundiza en el marco teórico y el análisis de los casos, ya que el desarrollo
completo de la investigación se encuentra publicado en diversos artículos1
. El objetivo es plantear sugerencias
que se puedan aplicar al Plan de manejo, y de esta menera contar con un instrumento normativo y de
planificación, que además incorpore el concepto de PUH.
El proceso metodológico propuesto para el PUH, entendido como un paisaje de atención especial, está
organizado en tres etapas consecutivas e interrelacionadas: Etapa de gestión (A), Etapa de valoración (B) y
Etapa de intervención (C) (Figura 1). Para ello, se ha pensado en un proceso continuo compuesto de ocho
pasos sucesivos. Esta Metodología tiene los siguientes objetivos: crear un organismo de gestión del PUH; definir
y analizar componentes primarios y secundarios; valorar el paisaje del centro histórico (objetiva y
subjetivamente); elaborar una propuesta de intervención construida con la participación ciudadana; y crear los
instrumentos de gestión necesarios para la implementación de la propuesta.
Figura 1
Estructura del proceso metodológico propuesto
Tabla 1
Etapa de Intervención. Cuantificación de programas y estrategias/proyectos por dimensión
Tomando este modelo como base, el análisis del Plan de manejo del casco histórico de Buenos Aires se
estructura en tres partes, identificando las etapas de valoración, intervención y gestión, e indagando en los
aspectos considerados dentro de las dimensiones físico-ambiental, sociocultural, económico e institucional.
Resultados
El Plan de manejo del casco histórico de Buenos Aires
Según refiere Grossman (2012):
La valoración de los CH comporta una serie de acciones y conductas que no siempre encuentran los conductos adecuados … porque debe marchar en armonía con la evolución de la ciudad como organismo cívico-urbano que evoluciona con sus habitantes. En este sentido, algunos CH de ciudades de América Latina no consiguieron eludir los peligros que acechan a estas áreas protegidas. Y se observa así la tugurización y la decadencia, o una renovación sin control que puede suprimir las cualidades identitarias de estos enclaves … De lo expresado, se desprende la trascendencia que reviste la preparación de Planes de Manejo para los CH, a partir de una escala de valores previamente concertada y asumida. Esta fue la idea que impulsó desde los inicios … el Casco Histórico de Buenos Aires. (p. 26)
En este contexto, el Plan de manejo del casco histórico de Buenos Aires, surge como herramienta para
facilitar la gestión de este sector de la ciudad, en el marco del Plan estratégico de la ciudad de Buenos Aires.
El Plan de manejo vigente (2015), delimita el polígono del centro histórico –Decreto n.° 2.055 GCBA-200–
(Figura 2); abarca los barrios de San Telmo y Montserrat, con una superficie aproximada de 5 kilómetros, una
población de 100 000 habitantes y 1600 edificios de valor patrimonial –1300 catalogados–, fue reconocido en
el año 1992 como la Primera Área de Protección Histórica de la ciudad (APH Núm.1).
En el Plan de manejo del casco histórico de Buenos Aires el objetivo general se centra en la protección del
patrimonio tangible e intangible del centro histórico; los objetivos particulares se asocian al reconocimiento,
protección y puesta en valor del patrimonio histórico-cultural, arquitectónico y urbanístico: para afianzar el uso
residencial, la integración social y el desarrollo de actividades económicas, turísticas y culturales; para articular
y coordinar acciones que llevan adelante distintas áreas de Gobierno en el centro histórico; a fomentar la
participación ciudadana. Propone a su vez, lineamientos estratégicos para la intervención en el medio físico, la
revitalización de actividades económicas, la sostenibilidad del Plan de manejo del casco histórico de Buenos
Aires.
Figura 2
Delimitación del centro histórico de Buenos Aires
Nota. Adaptación del Plan de manejo.
Etapa de gestión
La Dirección General del Casco Histórico (DGCH) de la ciudad de Buenos Aires, creada en el año 2000,
es la encargada de llevar adelante el Plan de manejo del casco histórico de Buenos Aires. Este organismo, es
dependiente de la Subsecretaría de Patrimonio Cultural, tributaria del Ministerio de Cultura de la Ciudad de
Buenos Aires. La DGCH (2015), debe coordinar y articular con otras áreas para la implementación de gran
parte de las acciones en el centro histórico. El modelo de gestión cumple las siguientes características:
Instrumentos de gestión
El centro histórico cuenta con varios instrumentos legales (Ley 449/2000, Código de Planeamiento Urbano,
Ley 4464/2013, Área de Amortiguación-extensión APH1, Ley 3056/2009, Promoción Especial de Protección
patrimonial, y Ley 1227/2003, Protección del Patrimonio Cultural, CABA), incentivos de protección que
promueven su conservación, mantenimiento y puesta en valor; así como penalizaciones, sanciones y castigos.
El Plan de manejo del casco histórico de Buenos Aires incorpora una propuesta de nueva legislación para
completar y optimizar el marco legal vigente, incorporando regulaciones que controlan intervenciones que atentan
contra la integridad del conjunto urbano, permitidas en la actualidad en algunos sectores sin protección.
Etapa de valoración
Esta instancia ha sido desarrollada por parte de un equipo técnico interdisciplinario sobre la base de
información primaria y secundaria. Se identifican cuatro pasos: 1. Reconocimiento y análisis de componentes;
2. Identificación de áreas homogéneas; 3. Descripción y análisis del escenario actual; 4. Implementación de
instancia participativa.
Etapa de intervención
La propuesta se fundamenta en el marco legal comentado previamente. Se definen estrategias de
intervención para el centro histórico a partir de programas con enfoque integral, multidisciplinario y participativo.
Los programas contemplados son los siguientes: Protección y fortalecimiento del patrimonio cultural; Puesta
en valor de edificios patrimoniales y apoyo a la residencialidad; Promoción del desarrollo sustentable; Mejora
ambiental del espacio urbano; Concientización y divulgación del patrimonio; y Escuela taller. Para la elaboración
de cada programa se tienen en cuenta tres pasos: definición de objetivos, redacción de lineamientos generales
y diseño de acciones y propuestas (Tabla 2).
Tabla 2
Etapa de intervención. Cuantificación de programas y proyectos por dimensión
Figura 3
Confrontación: Metodología / Plan de manejo en etapa de gestión
En el Plan de manejo del casco histórico de Buenos Aires, –a pesar que en el documento la información
se muestra de modo alternado–, es posible reconocer las tres etapas planteadas en la Metodología, Gestión
(A), Valoración (B) e Intervención (C).
La confrontación de la Etapa de gestión (A) de la Metodología para PUH con el Plan de manejo del casco
histórico de Buenos Aires (Figura 3), permite reconocer que ambos instrumentos poseen aspectos en común,
aunque difieren en algunas cuestiones.
En principio, la Metodología plantea la creación de un organismo de gestión considerando al centro histórico
como un PUH. En este punto, ya se detecta la primera diferencia, el Plan de manejo del casco histórico de
Buenos Aires está pensado en función del centro histórico, pero no incorpora el concepto de PUH, posiblemente
porque era un concepto muy reciente y de escasa aplicación práctica al momento de la última actualización del
documento. Otra de las principales diferencias se encuentra en el funcionamiento de cada organismo. En la
Metodología, el organismo de gestión propuesto –que tiene como objetivo el desarrollo de un plan especial– es
autárquico, posee independencia decisional, para lo que requiere de un marco jurídico propio e independencia
financiera, implementada, por ejemplo, mediante un fideicomiso. En cambio, el Plan de manejo del casco histórico
de Buenos Aires presenta dependencia institucional, depende de la Subsecretaría de Patrimonio Cultural,
subordinada al Ministerio de Cultura. Debe responder a los marcos legales correspondientes a las distintas
instituciones –aunque presenta una propuesta de nueva legislación que incorpora un área de amortiguamiento–,
coordinar y articular las acciones con otras áreas; por lo tanto, resulta muy importante para su funcionamiento la
articulación intrainstitucional.
Por otra parte, existen algunos aspectos similares. Ambos organismos cuentan con distintos instrumentos
operacionales (legales, de planificación y de participación ciudadana), intervienen en ellos actores públicos
como privados, estos últimos, necesarios para colaborar en el financiamiento de intervenciones. Es decir, la
participación ciudadana resulta un pilar vital para el desarrollo del instrumento.
Figura 4
Confrontación: Metodología / Plan de manejo en etapa de valoración
Tabla 3
Confrontación de componentes primarios y secundarios
En la Etapa de valoración (B), es donde se registran mayores diferencias en cuanto a la incorporación del
paisaje (Figura 4). Si bien los pasos del proceso a simple vista parecen coincidir, en su interior se expresan las
desigualdades. En principio, los sectores presentan distintas denominaciones, uno como PAE y el otro como
APH.
Al profundizar en su valoración, puede evidenciarse que la Metodología distingue entre componentes primarios
y secundarios. Los componentes secundarios son estudiados en la Metodología mediante estudios particularizados
que se desagregan en dos grandes partes, una Valoración objetiva y una Valoración subjetiva, para realizar un
abordaje por dimensiones del urbanismo sostenible (físico-ambiental, sociocultural, económica e institucional)
donde se reconocen valores del paisaje –mediante el método de Kevin Lynch (2015)–, conflictos, potencialidades,
tendencias, y se diferencian áreas. La Valoración subjetiva permite aportar en esta instancia la percepción de
la población. El último paso de esta etapa de la Metodología es la síntesis valorativa, donde se asocian los
resultados de ambas valoraciones para obtener una mirada única.
El Plan de manejo reconoce distintos componentes del centro histórico para su análisis, pero no los clasifica
ni los ordena como tales, aunque ha sido posible identificarlos en el texto y organizarlos según su pertenencia
a la dimensión físico-ambiental y a la sociocultural. Luego, identifica sus tendencias, lo que le permite delimitar
áreas homogéneas, y prosigue con la presentación del escenario actual, donde presenta los conflictos y
potencialidades del centro histórico. Se reconoce una instancia participativa como complemento de la valoración
técnica, que seguramente ha aportado en el reconocimiento de conflictos, potencialidades y tendencias como
elementos a considerar en la siguiente instancia de propuesta, pero no queda especificado en qué momento de
esta etapa se implementa. Solo queda en evidencia la percepción social del centro histórico por parte de la
población en el ítem «gente».
Como se expone en la Tabla 3, ambos instrumentos analizan componentes primarios y secundarios que
abordan el Patrimonio material e inmaterial, aunque la Metodología propone un estudio de cada componente
secundario desde las cuatro dimensiones (físico-ambiental, sociocultural, económica e institucional), y el Plan
de manejo analiza componentes principalmente enfocados en lo físico-ambiental o lo sociocultural, vinculándose
este último también con la dimensión económica.
Existen pasos compartidos como el reconocimiento de tendencias, conflictos y potencialidades, y la
identificación de áreas para definir aquellas prioritarias de intervención. No obstante, no se especifica en el
Plan de manejo el empleo de una metodología de paisaje donde se registre la percepción por parte de la
población de la imagen creada de cada uno de los componentes.
La instancia de valoración, donde se identifican problemáticas, potencialidades y tendencias del centro histórico
genera las herramientas para la instancia siguiente, la Etapa de intervención (C), (Figura 5 y Tabla 4).
Figura 5
Confrontación: Metodología / Plan de manejo en etapa de intervención
Tabla 4
Síntesis. Confrontación de programas y proyectos/estrategias por dimensión
Tanto la Metodología como el Plan de manejo presentan tres pasos iniciales similares, con la redacción de
objetivos, lineamientos y acciones (proyectos) contenidos en programas. Sin embargo, la Metodología intenta
incorporar al paisaje en esos tres pasos, y se distancia del Plan de manejo en los pasos vinculados a la
participación ciudadana. En ellos, se presenta a la población la propuesta preliminar mediante talleres llevados
a cabo en la fase de consulta pública; la finalidad es recibir proposiciones que deben ser consideradas,
incorporadas y ajustadas hasta lograr la propuesta definitiva que se presentará en reunión pública.
Puede deducirse de la Tabla 4, que la Metodología intenta abordar las problemáticas del centro histórico
dando respuesta a las diversas dimensiones de análisis, destinando 36.40% de los proyectos a la dimensión
físico-ambiental, pero buscando atender también aspectos sociales, por ejemplo, la suma de la dimensión sociocultural y la económica alcanza el 54.60%, más de la mitad de los proyectos propuestos. Por otro lado, el
Plan de manejo dedica el 62% de sus proyectos a la dimensión físico-ambiental, y la suma de las dimensiones
socio-cultural y económica llega al 40%, por debajo de la mitad propuesta. A su vez, no se registran proyectos
en la dimensión Institucional.
Figura 6
Síntesis del análisis – confrontación del proceso completo
Finalmente, con el análisis elaborado puede construirse el proceso del Plan de manejo y confrontarse con
el propuesto en la Metodología para PUH. El orden de los distintos pasos no resulta tan claro en el Plan de
manejo; no obstante, es posible distinguir los productos y los procesos llevadas a cabo en cada etapa.
El Plan de manejo presenta una estructura que inicia con la etapa de gestión, le sigue la etapa de valoración,
y culmina con la etapa de intervención. Este proceso, cumplido el tiempo determinado, es sometido a revisión
y actualización. Por su parte, la Metodología, presenta la etapa de gestión al inicio y al final del proceso,
acompañando a las siguientes etapas de valoración e intervención, con miras siempre a un seguimiento y control
de todo el proceso y a una puesta al día para su adaptación a las contantes transformaciones físico-ambientales,
socioculturales, económicas e institucionales.
Con respecto al paisaje, se evidencian diferencias principalmente en las etapas B y C. En la instancia B de
la Metodología se observa la incorporación del concepto de PUH y se incorpora la percepción de la población en el paso destinado a la Valoración subjetiva que posee el mismo peso en el proceso que el paso de Valoración
objetiva desarrollado por el equipo técnico, y va a influir en gran medida en el resultado final de síntesis valorativa
construida por ambas partes. Mientras que en el Plan de manejo existe un paso dedicado a la participación
ciudadana; aunque no queda claro el grado de participación de los ciudadanos en la valoración, descripción y
explicación del sector, así como el aporte de los habitantes y el del equipo técnico.
Por último, en la etapa C de la Metodología se propone un ida y vuelta entre el equipo técnico y la población
para el diseño, ajuste y selección de las estrategias más adecuadas. En tanto que el Plan de manejo no detalla
abiertamente en qué momentos de esta fase o en qué medida la población incide en la toma de decisiones
sobre las estrategias a implementar.
Conclusiones
El concepto de paisaje urbano histórico (PUH) surgió en el año 2005, reforzado por la recomendación de
Unesco (2011), que lo describe como un nuevo instrumento para contribuir en la gestión de las áreas históricas
de las ciudades. Hasta el momento, es empleado en algunos centros históricos latinoamericanos y otras ciudades
en el mundo; así tenemos a Querétaro (México), Cuenca (Ecuador), Sevilla (España), Burdeos (Francia), por
citar algunos, pero no ha logrado generalizarse, quizás por la falta aún de mecanismos que faciliten su
operatividad. En ese sentido, la Metodología propuesta –abierta a adaptaciones y ajustes según las
particularidades de cada sector–, intenta dar un paso hacia la aplicación del concepto de PUH. A partir de la
confrontación con el Plan de manejo del casco histórico de Buenos Aires, se logra esbozar una serie de
sugerencias con el fin de incorporar este concepto en una posible actualización.
En la Etapa de gestión se sugiere la independencia institucional del centro histórico, porque las decisiones
técnicas pueden tener continuidad a lo largo del tiempo, con independencia de la alternancia gubernamental, lo
que se convierte en un beneficio; también se agiliza la toma de decisiones y la implementación con un proceso
más dinámico donde las propuestas son sometidas a evaluación por menos agentes. No obstante, un organismo
dependiente, como la Dirección del casco histórico de Buenos Aires, con tantas áreas, tiene su punto positivo,
ya que estas constituyen más mecanismos de control, sobre todo, cuando la financiación de la gestión se logra
mediante dinero público.
Con relación a las Etapas de valoración e intervención, en una futura actualización se considera que sería
superador un detalle más explícito de la participación ciudadana en el Plan de manejo, explicando el proceso
implementado para su elaboración donde queden plasmadas las diversas instancias de participación pública
que se han desarrollado en cada una de las etapas, a su vez, podría incorporarse algún momento de intercambio
en caso de que se considere necesario. Podría sugerirse la incorporación de una instancia de Valoración subjetiva
del paisaje para la construcción del análisis del sector, con alguna metodología de paisaje en la etapa diagnóstica
y otra instancia participativa en la etapa propositiva para la intervención. Estos momentos de intercambio con
la comunidad resultan claves en procesos donde los productos a los que se arriben incidan en la calidad de
vida. Deben ser resultado de un trabajo colectivo del equipo técnico y los ciudadanos, un trabajo diseñado y
pensado con la comunidad y para la comunidad.
Con el fin de lograr un abordaje homogéneo de las cuatro dimensiones del urbanismo sostenible (físicoambiental, sociocultural, económica e institucional), se podrían incorporar más actuaciones enfocadas en las
dimensiones sociocultural, económica e institucional, que como se observa en las tablas, parecieran tener menos
peso que la dimensión físico-ambiental. Se podrían fomentar más intervenciones, orientadas a evitar procesos
de gentrificación generando limitaciones al mercado inmobiliario o mejorando incentivos a propietarios;
incorporando más cursos de capacitación en servicios para asegurar la inserción laboral de los jóvenes; alentando
actividades de gestión comunitaria.
Finalmente, la incorporación del concepto de PUH, en una futura actualización del Plan de manejo, enriquece
la calidad de la intervención del centro histórico, valorizando en conjunto aspectos materiales, sociales,
económicos e institucionales, y fomentando la convivencia del patrimonio histórico –material e inmaterial– con
las necesarias intervenciones contemporáneas del sector y su entorno. De esta manera, se presenta esta la
aplicación del concepto de PUH y sus aportes para una mejor valoración, intervención y gestión de un centro
histórico en busca de un desarrollo turístico más sostenible.
Conflicto de intereses
La autora no tiene conflicto de intereses con el contenido de este trabajo.
NOTAS
1. La autora de este artículo toma como base su tesis doctoral que se encuentra publicada en: González, A. (2020). Una propuesta para los Centros
Históricos latinoamericanos desde la mirada integral del Paisaje. Revista ESTOA. / González, A. y Etulain, J. C. (2018). Problemáticas y Estrategias
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Alejandra Gonzalez Biffis
Comisión Nacional de Investigaciones Técnicas y Científicas, Argentina (CONICET), Centro de Investigaciones Urbanas y Territoriales (CIUT), Facultad
de Arquitectura y Urbanismo (FAU), Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Argentina.
Doctora en Arquitectura y Urbanismo. Magister en Conservación, restauración e intervención del patrimonio arquitectónico y urbano (CRIP); Arquitecta
por la Universidad Nacional de La Plata. Docente de la materia Planificación Territorial en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Argentina.
gonzalezbiffisale@yahoo.com.ar
ORCID:
https://orcid.org/0000-0002-2186-0734